martes, 29 de julio de 2008

CAJA BANCARIA EN SU LABERINTO

LA CAJA BANCARIA
VICTIMA SIN CAUSA

Por Félix Duarte
Publicado en “LA ONDA Digital”
28 de julio de 2008
Somos habitantes de un tiempo donde las crisis, las “burbujas”, están a la orden del día. Económicas, alimentarias, inmobiliarias, energéticas, etc. Existen otras crisis que no tienen mucha prensa –razones hay– pero abarcan el mundo. Una es la seguridad social. Tambalea en el planeta. Quebrada en Uruguay. A Caja Bancaria le caben las generales de la ley en la crisis planetaria, aunque registra aspectos de su peripecia que la unen a un sistema financiero, jibarizado por mandato del capitalismo transnacional, cuya prioridad uno es acumular riqueza. Lo que pase...no importa.

La Caja está ligada al sistema financiero. Tose el sistema, se resfría la Caja. En Uruguay, crisis en los bancos empezaron por los ’60 (Transatlántico/1965) y todos saben que llegan al presente. Etapa “doméstica” de estafas, fraudes y vaciamientos. Por la mitad de ese período empezó a incidir la ofensiva –que era y es mundial– de los grandes grupos transnacionales. Fusiones para el “achique”, tecnología a todo vapor, la maravilla técnica de las comunicaciones, Internet, cajeros, mecanización y en ese universo de maravillas, el ser humano empezó a ser un intruso y desechable.

Décadas en que el sistema financiero se sacudió hasta las raíces y eso era, como el cuento infantil...”para comerte mejor”. En los años ’60 había 70 bancos y la mitad de capitales nacionales. Hoy no llegan a 20 y todos de capitales extranjeros. Y ahí quedan –reductos de burocracia– los del Estado. Los bancos quedaron con el negocio grande, sacándose de encima, como una pelusa, el menudeo. Hoy existe aquí un sistema paralelo, que no se llaman “bancos” pero hacen trabajo financiero. Son más de 300 empresas, en las que trabajan más de 10.000 personas.

Un sistema de seguridad social interactúa con dos generaciones. La que trabaja costea pasividades de la que trabajó antes y asi la rueda sigue tiempo adentro. Pero la Caja Bancaria... ¿Como anda en esto? La generación que trabaja es de 12.000 bancarios que aportan. La generación que trabajó antes es de 16.000 bancarios que cobran pasividad. Reglas actuariales y financieras dicen que la seguridad social debe contar –para ser viable– con 4 o 5 trabajadores por cada jubilado. La Caja que nos ocupa tiene aportando a menos de un trabajador por cada pasividad.

En este gremio no se conoce la palabra “evasión” y la Caja siempre fue muy bien administrada en el manejo de la inversión de sus fondos en las épocas de “vacas gordas”, que las tuvo...como el país. De esos fondos –hoy queda muy poco– salio lo que permitió pagar hasta ahora. Nunca recibió un peso del Estado pero mucho fue lo que invirtió para obras públicas. Hoy, en que tiene déficit, a través del IRPF y ahora el IASS los jubilados bancarios aportan a Rentas Generales para cubrir al BPS, con más de un 40 % de déficit, o a los Retiros Militares con el 80 % de déficit.

¿Por qué son más los jubilados? Porque en todo eso que vimos antes, en que el sistema financiero, ya extranjero, en ese remover humedades y goteras y revocar de nuevo, les sobraba algo. La gente. No la precisaba. Había una computadora para el lugar de Juan que se jubila. ¿Cerramos Caja de Ahorros que tenía 5 funcionarios? “No problem...” diría Half... se pone un cajero. Y asi se puede seguir y seguir. El otro punto es que la tecnología y la ciencia complican algo ese recambio. Ocurre que la gente tiene más años de existencia. ¿Y que? Que si vive más, cobra por más años.

¿Qué piden los jubilados? ¿Una monedita por favor? No. Que se cambien algunas reglas ya que el sistema tanto cambió. ¿Por qué debe ser el jubilado el que costee la vajilla rota? Si queda tan poca gente trabajando y los negocios son más, no es justo que el banco siga aportando por pocos funcionarios. Que aporte algo sobre el giro del negocio y se rebaja el aporte sobre trabajador. Si hay tanta gente por fuera de los bancos, haciendo cosas en las que los bancos no son ajenos. No señor, no lo son. Esos más de 10.000 que pasen a aportar a la Caja Bancaria. Y sin aumentar los aportes. Que sigan aportando a la Caja, lo mismo que aportan ahora.

Son algunos datos –queda mucho en el tintero– sobre la Caja. Pero hay cosas mucho más graves no ya para la Caja –de alguna manera algo se va a encontrar– sino que esto más grave es para el Uruguay. Existe franciscana pobreza del Banco Central en el control del sistema financiero que corre por fuera de los bancos. Algunos datos que se manejan por ahí, dicen que en ese sistema sin control –en el que los bancos no serían ajenos– circulan unos 2.500 millones de dólares. Si esos 10.000 pasaran a la Caja, habría cierto control. Por eso los bancos están en contra.

La semana pasada, un matutino daba la noticia del interés de importantes empresas financieras del exterior para radicar filiales en Uruguay. Y el medio agregaba que según fuentes...”el interés existe pero en circuitos por fuera del control del Banco Central” Así se dijo y a nadie se le movió un pelo del bigote. Por estos días es noticia el convenio de un banco con una Red de Cobranzas, para conceder créditos del banco a través de esa Red. Eso inauguraría 400 bocas para créditos en todo el país. Eso... ¿Es o no es un ramo propio del sistema financiero?

El tema de la Caja Bancaria es muy serio. El colectivo bancario, incluyendo núcleos familiares, es del orden de las 100 mil personas. Si la Caja colapsa, en eso van unidos también los trabajadores de hoy. Ni que hablar del sindicato. Pero más grave es el futuro del país –con Caja o sin Caja– porque hay un escenario en que las zonas francas que cada vez aumentan más y cada vez goza de mejor salud un sistema financiero por fuera de todo control que crece a ojos vistas, sin inquietar en lo más mínimo a los que debería inquietar... ¿Que nos está pasando?...

Para cerrar, algo que nos viene a la memoria. Todos saben que uno de los objetivos de la dictadura era lograr otra Bahamas aquí en el sur. Mucho legisló por decreto para eso. Cuando se acercaba su final, juntó bastante de esos decretos en lo que se llamó “Ley de Intermediación Financiera” (Ley 15.322, set/1982). No había logrado su sueño la dictadura pero deja una semilla. Esa ley entro a la democracia y nunca, nadie la mencionó y esta ahí. Hoy, con el capital transnacional barajando las cartas... ¿Será el momento para que se instale aquella Bahamas aquí en el sur...?
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