jueves, 31 de julio de 2008

EL MUNDO EN QUE ESTAMOS ( 2 )

EL MERCADO DEL
AGUA EMBOTELLADA

(PARTE DOS final)
Los compañeros de Attac Suiza, que acaban de querellarse con NESTLÉ por espionaje a su organización, han publicado el documento que reproducimos sobre consecuencias del crecimiento de la transnacional en el mercado del agua embotellada
.
(CONTINUACION DE LA NOTA DE AYER)Existen también otra serie de preocupantes consecuencias a observar: con el fin de satisfacer la creciente demanda, la explotación de manantiales puede obstaculizar la reposición natural del agua, causando daños en el equilibrio ecológico. El caso más conocido a este respecto lo encontramos en Brasil: durante muchos años, Nestlé ha succionado y desmineralizado manantiales en el parque natural de Sao Lourenço con el fin de producir agua embotellada de la marca Pure Life. La excesiva extracción ha modificado la composición mineralógica de ciertos manantiales, e incluso ha provocado que uno de ellos se secara completamente. Tras muchos años de protestas y trámites legales, un movimiento ciudadano consiguió al fin, en 2006, llegar a un acuerdo amistoso con Nestlé para suspender su producción. Lamentablemente, los daños ecológicos son irreversibles, algo que Nestlé no ha reconocido aún. En Michigan, Nestlé adquirió la licencia de explotación de varios manantiales, en los que construyó plantas embotelladores con el fin de producir la marca Ice Mountain. Gracias a un movimiento de resistencia llevado a cabo especialmente por habitantes de la zona, desde el año 2000 han sido interpuestas varias denuncias por perjuicios medioambientales. Las organizaciones han llevado el caso hasta el Tribunal Superior de Michigan, el cuál reconoció que Nestlé había provocado daños en el medio ambiente, pero interrumpió el proceso con el pretexto de que el perjuicio no había afectado personalmente a los habitantes y, por tanto, no estaban autorizados a interponer ninguna denuncia. En otras palabras: la empresa se beneficia de un vacío legal para poder continuar impunemente con sus actividades.
La industria del agua embotellada consume alrededor de 1,5 millones de toneladas de plástico cada año. La producción del plástico necesita de materias primas no renovables y vierte grandes cantidades de productos químicos tóxicos en el agua y en el aire. Nestlé se acoraza en su sistema de reciclaje, pero por cada tonelada recuperada de botellas de plástico son desechadas cuatro toneladas. Las botellas de plástico desechadas son, o bien expulsadas directamente a la naturaleza, donde se descomponen lentamente; o bien acaban en vertederos, donde finalmente acaban en la tierra, expulsando materias tóxicas y contaminando las aguas freáticas; o bien son quemadas en incineradoras, expulsando materias nocivas al aire (nitrógeno, fósforo y dióxido de carbono). Por último, debe también citarse la gran cantidad de combustible que se necesita para el transporte y distribución de las botellas.
Nestlé Waters es un agente importante en la expansión mundial del mercado del agua embotellada, lo que implica su gran responsabilidad en sus consecuencias. A pesar de las benevolentes declaraciones de sus objetivos, su meta principal es y sigue siendo el crecimiento y la maximización de ganancias. Es muy problemático que un bien tan valioso como el agua sea sometido a tal lógica. La ganancia de Nestlé Waters en el año 2006 fue de 834 millones de francos suizos [aprox. 514 millones de euros]. Pero ¿qué balance debe hacerse para el medio ambiente y para las personas?
(Traducción para Attac Madrid, Alberto Bernal)
ATTAC SUIZA.
http://schweiz.attac.org/-Nestle-Kampagne

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