miércoles, 28 de octubre de 2009

CEREBRO: FORTUNA DE SU VIDA...



NUESTRO
CEREBRO
UN CAPITAL
SUPREMO

Escribe
GONZALO
CANAL RAMIREZ (*)

Racionalice su actividad frente al cerebro y será mucho más persona humana, porque esa es la diferencia con los irracionales. Un dato consolador: en la autopsia de los ancianos sanos, muertos por accidente, se encuentra siempre el cerebro como el órgano mejor conservado y más apto. Ni se ensordece como el oído, ni se entenebrece Como el ojo, ni pierde sui poder de absorción como las paredes intestinales, ni se endurece como las venas, aunque tenga que ver con todo eso.

En cambio, se marchita con el alcohol excesivo y los otros abusos de actividad o de ocio. Cualquier afección cerebral repercute en todo el mecanismo síquico y físico de la persona. Si el ser humano dedicara al cultivo y ejercicio del cerebro, como centro pensante y volitivo, una mínima parte del tiempo y el dinero consagrado al de los sentidos –todos gobernados por el cerebro– la humanidad estaría hoy en un plano superior y la longevidad útil y satisfactoria tocaría los cien años.

Las industrias de los domésticos y el maquillaje, el enflaquecimiento, la dieta, el deporte y la moda, figuran hoy, en conjunto, entre las más millonarias del mundo, y gastan, todas juntas, más dinero que la industria farmacéutica, y esta tiene, entre sus cinco mil productos, actualmente codificados, un buen porcentaje de medicinas inútiles o perjudiciales, y uno muy pequeño de las drogas específicas para el cerebro.
Esto se explica por la poca “racionalidad humana” en el tratamiento de sí mismo y por la muy difícil medicina del cerebro que, como órgano máximo en la dirección de la vida, es también el más complicado. Se preserva fácilmente, se cura difícilmente. Con todo, la medicina del cerebro es antiquísima, como clínica y como cirugía. La tuvieron babilónicos, egipcios, griegos y romanos, a su manera, y en América, la practicaron los mazcas y los incas.

Sobre todo los Incas cuyas trepanaciones de cráneos sorprenden hoy, a pesar de los adelantos de nuestra ciencia médica y farmacológica. La “fosfórica materia gris” sigue siendo un cierto misterio, a pesar de los modernos “escanogramas” hechos e interpretados por computadora, cuyo costo escapa a la mayoría de los bolsillos. Además en este absurdo confusionismo de mitos, tabúes, costumbres e ideas hechas o prefabricadas, desde la antigüedad, para rechazar o reconocer la realidad.
Realidad que tiene el cerebro como el órgano más difícil de explorar en la persona humana, y el capital supremo del mismo, sigue siendo objeto directo de la mentira de curanderos, charlatanes y brujas, hechiceros y comadronas especialistas en pócimas y en brebajes. La prevención cuenta más que la curación. Su preservación es parte del cuidado general del espíritu y del organismo, de la sanidad total, como total es influencia sobre el resto del organismo.

Como gobernador de los otros órganos, estará mejor, cuando esos órganos le respondan mejor. Cerebrise frente a su cerebro. El es su mejor gracia, gratifíquelo usted. En el reside no solamente la fuente de la dinámica de la vida, sino también su equilibrio y armonía mental y emocional, tan necesarios a su edad. Los enemigos del cerebro son muchos. Pero si pregunta por los principales, los especialistas le dirán –aparte de los congénitos tres: el ocio, el exceso de fatigas y el alcohol que pulveriza las neuronas como el fuego las pajas. Y recuerde: ellas no se renuevan.
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(*) Gonzalo Canal Ramírez, es un reconocido especialista en temas de la Tercera Edad. De origen colombiano, esta radicado en España. Estos textos son del libro “ENVEJECER NO ES DETERIORARSE” que ha merecido innumerables ediciones y traducciones desde 1980, año de su aparición en España.

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