lunes, 1 de junio de 2015

IZQUIERDA DEL SIGLO XXI: EL DESAFÍO DE GANAR

PRIORIZAR TRATADOS DE INTEGRACIÓN REGIONAL. 
NO A LOS DE LIBRE COMERCIO CON LOS EEUU.
ANTEPONER RESCATE DEL ESTADO. 
NO A LA CENTRALIDAD DEL MERCADO

Escribe 
EMIR SADER (*)
Fuente:
BLOG del autor 
en Público.es España
23 de Mayo 2015

(*) EMIR SADER (BRASIL 1943): Sociólogo y científico. Es profesor Y Doctor de Ciencia Politica de la Universidad de São Paulo (USP) y de la Universidad  do Estado do Río de Janeiro (Uerj),  miembro de CLACSO (Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales). Reseña las consecuencias del modelo neoliberal que dejó a América Latina sumida en la precarización laboral en su Blog  que es “Carta Maior”


A lo largo de muchos años, la izquierda –en sus múltiples variantes– resistió a la avalancha aparentemente imparable del neoliberalismo. Defendió los derechos de las personas, denunció su expropiación por
los gobiernos y movilizó a los afectados. Cumplió, a fin de cuentas, con el rol histórico de la resistencia popular como función clásica de la izquierda. Hasta que los fracasos del modelo económico neoliberal situó a la izquierda ante el dilema de atreverse a ganar o tener miedo a hacerlo. El rol de la izquierda testimonial es más cómodo: garante de los argumentos y de la coherencia, se duerme en los laureles. Se pierde, pero se mantiene en las posiciones históricas de la izquierda. Otra vez será. O nunca. El miedo a la victoria es el

miedo a enfrentar la realidad como ella es y no como nos gustaría que fuera o como un día fue. Es encarar las herencias dejadas por los gobiernos tradicionales —especialmente las más crueles, las de los gobiernos neoliberales—. Es no poder entregarse a la construcción inmediata de los sueños, sino rescatar a los sectores más olvidados, recomponer estructuras de gobiernos desechas y negociar acuerdos que permitan ser mayoría parlamentaria. En resumen, tener el coraje de agarrar la realidad por los pelos, manipularla para que derive en una sociedad menos injusta, más solidaria, democrática y
pluralista. Partir de esa herencia maldita y transformar los ejes que la articulan y que dieron lugar a la precarización de las relaciones de trabajo, el consumismo, el egoísmo, la lógica de los centros comerciales, la violencia, el narcotráfico y la intolerancia. Los gobiernos posneoliberales en América Latina han tenido ese coraje de priorizar la atención a los olvidados socialmente, opción más que justa en el continente más desigual del mundo, en el continente que tuvo más gobiernos posneoliberales y los más radicales. Opción que probablemente tenga que ser hecha por todos los gobiernos que
triunfen después de la devastación de derechos llevada a cabo por el neoliberalismo. En Europa, continente que ha tenido el más generoso Estado de bienestar social y que sufre su final en manos de los gobiernos de la austeridad, las fuerzas —como ha sucedido en Grecia— que triunfen electoralmente, van a tener, además, que enfrentarse a toda la correlación europea de fuerzas, centradas en las políticas de ajuste, dispuestas a impedir cualquier alternativa. Van a tener que generar la correlación de fuerzas que cree sus espacios de maniobra para poder adquirir soberanía sobre sus destinos.Se trata, como se ha hecho en América Latina, de establecer alianzas para producir mayorías
institucionales que hagan posibles políticas sociales y no de ajuste fiscal; políticas que prioricen los tratados de integración regional frente a los de libre comercio con los EEUU y que antepongan el rescate del Estado frente a la centralidad del mercado; políticas que sean capaces de quebrar la hegemonía del capital especulativo, que democraticen los medios de comunicación y que pongan en marcha
reformas tributarias socialmente justas. Hay que tener el coraje de correr los riesgos de hacer la travesía entre la herencia neoliberal y los gobiernos antineoliberales. Para ello es necesario saber construir la hegemonía posneoliberal, produciendo nuevos equilibrios, inestables bajo ciertos aspectos, pero con la predominancia de la ruptura de los preceptos fundamentales del neoliberalismo. Esos son los desafíos de las izquierdas del siglo XXI. Ganar para transformar democraticamente a nuestras sociedades.  
(…Texto completo aquí)

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