SE DEBIÓ HABER DICHO LA VERDAD:
"PARTICIPAMOS DE LA NEGOCIACIÓN,
"PARTICIPAMOS DE LA NEGOCIACIÓN,
NO DIREMOS LO QUE SE NEGOCIA
LO SABRAN AL FIRMAR EL ACUERDO,
CUANDO EL PARLAMENTO LO RATIFIQUE...”
Escriben
ANTONIO ELÍAS
y ENRIQUE OREGGIONI (*)
Fuente Semanario "Voces"
Publica "Rebelión"
2 de Junio 2015
(*) ANTONIO ELÍAS. Economista. Máster en Economía. Escritor. Profesor de
Economía Pública y Economía Institucional. Periodista e investigador. Analista
(Red Voltaire-Internacional) Integrante
de la Red de Economistas de Izquierda de Uruguay (Rediu) la que fue fundada y
está constituida por universitarios que trabajan en el área de la economía.
Propone reflexión sobre características de este período desde el
punto de vista económico-social. Tambien forma parte de la Sociedad
Latinoamericana de Economía. ENRIQUE
OREGGIONI. Contador Público. Asesor y Auditor en organismos públicos y privados
del país. Consultor en sector público de diversos países. Socio de consultora
internacional. En sistemas integrados de información y administración
financiera pública. Docente en Finanzas Públicas y Política Fiscal de la
Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de la República. Miembro de
la REDIU y de la SEPLA
El TISA es un instrumento del imperialismo para acceder a los espacios
económicos hoy ocupados por los Estados. En el concepto de servicios se incluyen,
además de otras: la salud, la educación, la
justicia , el agua, la electricidad,
las comunicaciones, que en buena parte se proveen por empresas estatales, por
tratarse de servicios públicos. Lo que se pretende es privatizar todo lo
comercializable. La finalidad primera y última es abrir espacios para una mayor
acumulación de ganancias para las transnacionales que operan en el mundo
entero. Las sucesivas crisis han restringido de diversas maneras las
áreas
tradicionales de actividad y han aumentado el número y la competencia entre las
empresas. Las ganancias merman por lo
que buscan expandir sus operaciones en otros espacios de los países. Para eso
buscan avanzar con instrumentos de guerra económica y someter a los países que
participan a una normativa supranacional, de modo tal que lo que se establece
en esos ámbitos – tratados, acuerdos o cualquiera sea su nombre o sigla -no
podrá ser modificado por la sola voluntad de ningún gobierno integrante del
“acuerdo”. Por tanto los estados pierden su capacidad natural de regular y
gestionar las actividades sociales económicas y de cualquier tipo, renunciando
a su condición de estado
nación que hoy conocemos. Estos “convenios” tienen
sólo puerta de entrada y quienes se vinculen quedan atrapados en las mil
argucias que están escritas. La mayoría del contenido lo constituyen cláusulas
que antes eran consideradas cuasi delitos por abusivas.- Son imposiciones
leoninas que nadie podrá explicar que fueron aceptadas por el libre albedrío de
algunos gobernantes. Por ejemplo se establecen
condiciones para que exista una
supuesta igualdad entre los empresas extranjeras y las nacionales.- Así se
prohíben las disposiciones que eran usuales pocos años atrás, por las que se
favorecían los emprendimientos nacionales en las licitaciones, o se establecían
otros modos de protección a la industria nacional. Sin embargo se admiten, y de
buen grado, los subsidios y exenciones que muchos países otorgan
a las
inversiones extranjeras y que constituyen claras ventajas respecto de los
nacionales. Y, para intentar evitar las naturales resistencias que estos
negociados generan en las sociedades, se establecen restricciones y secretos a
la información.- No se podrán divulgar las condiciones acordadas ni en el
momento en que se establecieron ni por varios años siguientes. Porque entre
otras cosas se pone en juego la verdadera solvencia y legitimidad de los
gobiernos que aceptan participar en este nuevo-viejo modo de explotación.- Se
acepta, por
ejemplo, que todos los países que se integran aceptan TODO lo que
está acordado, y que significa, entre muchas otras cosas, que todas las actividades
de servicio quedan incorporadas al acuerdo y , por tanto, se accede a la
competencia internacional en igualdad de condiciones los locales con los
foráneos –las hormigas con los dinosaurios. Para que pueda existir alguna
reserva el país interviniente tiene el derecho de presentar una lista con las
actividades que quiere reservar.- Es decir se invierte el criterio.- Lo que
antes debía ser concedido hoy lo está por definición.- Es como si se pasara del
concepto de que todos somos inocentes hasta probar lo contrario a que todos
somos culpables hasta probar nuestra inocencia.- ¡Menudo cambio! Y además, las
concesiones que se hagan por cada país interviniente no pueden ser luego
modificadas.- nada que cambie el derecho inicial de los actores, generalmente
conglomerados económicos , que por lo que se ve tienen más poder que los
países,.-
Es decir se renuncia a potestades que hasta ahora eran inalienables
de los estados por las normas nacionales que sus gobiernos establecían. ¿Qué es
lo que impulsa estas propuestas que se esconden detrás de siglas diferentes y
similares. TLC. TISA, TTIP, y muchas más?. La necesidad y el deseo de obtener
más ganancias.- Para eso se proponen maquiavélicos sistemas de acceso a los
espacios económicos y a las potestades de los países
miembros. Nin Novoa
aseguró que "es muy temerario decir que se está en contra del TISA cuando
no se sabe cuál es el alcance que va a tener". A su vez el Ministerio de
Relaciones Exteriores respondió a la intimación judicial solicitada por el
Fiscal Enrique Viana afirmando que: 5) “procede a dar cumplimiento a la
intimación realizada y, a dichos efectos, se adjunta el informe realizado por
la Dirección General para Asuntos Económicos Internacionales y la Dirección de
Organismos Internacionales Económicos” (ver recuadro); 6) “las negociaciones
internacionales – y más si las mismas se encuentran en curso -tienen
necesariamente un carácter reservado…; 7) Que la Constitución reconoce dicha
circunstancia y que el debate acerca del resultado de las negociaciones … se
realizará entre ambas cámaras del Poder Legislativo.”
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