sábado, 18 de julio de 2015

GRECIA SE HUNDE, EUROPA NO GANA, ALEMANIA IMPERA...

ALEMANIA AFIRMA SU IMAGEN DE POTENCIA. 
INCLUSO EMPUJA GRECIA HACIA RUSIA 
ASÍ ESTADOS UNIDOS POTENCIA EL FLANCO
MILITAR EUROPEO EN BENEFICIO ALEMÁN.


Escribe 
JUAN TORRES LÓPEZ (*) 
Fuente: 
BLOG en “Público.es” 
12 de Julio 2015

 (*) JUAN TORRES LÓPEZ –ESPAÑA (Granada 1954) - Catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Sevilla. Ha escrito alrededor de 15 libros, algunos de referencia, como el manual Economía Política o Análisis Económico del derecho: Panorama doctrinal, entre otros. Sobre la crisis económica ha escrito varias obras de gran divulgación. entre las que destacan entre otros de “El gran despilfarro: La crisis bancaria en España” “Banco Central Europeo: un pirómano al servicio de la banca privada”” Los amos del mundo. Las armas del terrorismo financiero.”  .

El Gobierno griego prácticamente ha renunciado a sus ideales y aspiraciones iniciales pero Europa le pide más, como seguiría
ocurriendo si Tsipras volviera a renunciar y presentase una nueva propuesta. Cuanto mayores sean sus renuncias, más le van a exigir, tal y como decía en sus memorias Rosa Parker que le ocurría a los negros en Estados Unidos: “Cuanto más obedecimos, peor nos trataron”. En primer lugar, quizá no sea exagerado decir que el euro ya ha muerto, al menos tal y como lo hemos conocido hasta ahora.

No fracasará cuando salga un país sino que lo ha hecho ya, desde el momento en que no ha sido capaz de evitar la quiebra y la destrucción de economías que lo conforman (y mucho más cuando no se trata precisamente de las más grandes y difíciles de controlar). No estoy seguro, sin embargo, de que sea para mejor. Las potencias europeas no van a dejar que Grecia salga del euro, por mucho que amenacen con ello.
Alemania, porque es la principal beneficiaria de que países como Grecia, Portugal o España formemos parte de una unión monetaria conscientemente mal diseñada para que actúe en su favor.
También porque sabe que después de un periodo de sufrimiento (incluso quizá no mayor del que ya ha pasado) Grecia recobraría su economía y niveles de bienestar, mostrando así a otros países que, más allá del
euro alemanizado, hay otro mundo más satisfactorio económicamente y con menos problemas para la gente –esto último se podría lograr a muy corto plazo, por cierto, con una moneda complementaria al euro dedicada a realizar pagos del circuito económico interno–. Pero, a pesar de ello, tampoco se puede descartar que Alemania tensa al máximo la situación para reforzar su imagen de potencia europea todopoderosa e incluso para empujar a Grecia hacia Rusia y obligar así a que Estados Unidos potencie el flanco militar europeo en beneficio alemán.
Por eso Francia y los demás países se opondrían a que los alemanes acosen en exceso a Grecia, pues
quieren evitar que a su potencia económica e institucional se sume un papel aún mayor como gendarme y potencia militar europea que ya sabemos cómo utilizó en otras ocasiones. Desgraciadamente para todos, el único plan y la única alternativa con la que juega la mayoría del Eurogrupo es imponer su solución al Gobierno griego aunque para ello tenga que hacer saltar por los aires los resortes más básicos de la estabilidad financiera, económica y social del país heleno. Los grandes grupos económicos no quieren otra cosa y los dirigentes europeos y los políticos, los economistas y los periodistas que conforman los valores y la opinión

pública en Europa, no saben pensar de otro modo.

No entienden que haya otro camino y, aunque quisieran y les agobie la situación, su ceguera les impedirá encontrarlo. Syriza sabe que están dispuestos a destruir a su país y que pueden hacerlo, así que lo más seguro es que termine aceptando lo que le imponga el Eurogrupo. El cual, además, tratará de hacerlo con la mayor humillación posible y con el máximo desgaste político de Syriza
, pues las políticas de austeridad no se aplican solamente para conseguir distribuir la renta y la riqueza a favor de los más ricos sino también para someter y disciplinar a la población.   Sabemos que Grecia pierde porque las medidas económicas que se le imponen forman parte de un protocolo de actuación que se ha aplicado docenas de veces en todo el mundo desde hace años y cuyos efectos están perfectamente estudiados.

Isabel Ortiz y Matthew Cummins, por ejemplo, han estudiado lo que ha ocurrido en 181 países después de aplicar medidas de austeridad como las que
exige el Eurogrupo a Grecia (The Age of Austerity: A Review of Public Expenditures and Adjustment Measures in 181 Countries).  Gracias a su estudio sabemos que la disminución de salarios públicos se ha llevado a cabo en 74 países de bajo ingreso y en 23 de alto; la reducción o eliminación de subsidios, en 78 países de bajo ingreso y 22 de alto; el incremento de impuestos al consumo, en 63 de bajo ingreso y 31 de alto; la reforma de las pensiones y de los sistemas de salud, en 47 de bajo ingreso y 39 de alto; las reformas en los sistemas de protección social orientadas a limitar su alcance, en 55 países de bajo ingreso y 25 de alto, y la flexibilización del mercado de trabajo, en 32 países según el FMI o en 40 según la OIT… 

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