miércoles, 24 de junio de 2015

ENGAÑO Y PEOR PESADILLA: NEGAR CAMBIO CLIMÁTICO

HOY SABEMOS QUE MILLONES HAN MUERTO 
POR ENFERMEDADES  CAUSADAS POR EL TABACO. 
¿ESPERAMOS QUE ESO VUELVA EN OTROS MILLONES PARECIDOS, 
ANTES DE ACEPTAR  LA REALIDAD DEL CAMBIO CLIMÁTICO?
  
Escribe 
NAOMI ORESKES (*) 
Fuente “TomDispatch”
Publica “Rebelión”
Tradujo Carlos Riba García. 
Martes 23 de junio 2015

(*) NAOMI ORESKES- Una de las principales historiadoras del mundo de la ciencia. Profesora de Ciencias del Planeta, en la Universidad de Harvard. Con   Eric Conway son co-autores de “Merchants of Doubt: How a Handful of Scientists Obscured the Truth on Issues from Tobacco Smoke to Global Warming”.( Los comerciantes de la duda: ¿Cómo un puñado de científicos oscurece la verdad desde Cuestiones de Humo de Tabaco al calentamiento global) Su libro más reciente, escrito junto con Eric Conway, es “The Collapse of Western Civilization: A View from the Future” (El colapso de la civilización occidental: una visión desde el futuro) dijo que…”los que luchan contra   el cambio climático no se están centrando en la ciencia, sino en la economía”. 


Para mi nieto, que todavía no tiene tres años, pasárselo bien es jugar al escondite: esconderse de pronto tras un arbusto demasiado pequeño para ocultarlo o en la entrada de una casa donde está a la
vista mientras yo doy vueltas y vueltas preguntando en alta voz en qué sitio estará. En este juego hay una especie de pensamiento mágico y de negación de la realidad que tiene su gran encanto. Cuando similares acciones de negación son cometidas por adultos, cuando se niegan a ver lo que está delante de sus ojos –las aceras y carreteras derritiéndose en India, los embalses casi vacíos en una reseca California, las lluvias extremas y las inundaciones en Texas y Oklahoma, las noticias de que el calentamiento global de año pasado fue un record histórico

y que este año ya amenaza ser otro, o la de que Alaska acaba de pasar el mayo más caluroso de su historia, o la de que 13 de los 14 años desde que las temperaturas empezaron a registrarse han tenido lugar en este siglo XXI, o la de que la supuesta “pausa” en el proceso de calentamiento del planeta después de 1998 fue una fantasía– el encanto se esfuma rápidamente. Cuando descubres que detrás de este negacionismo de la realidad hay por lo menos 125


millones de dólares de dinero negro, ese encanto se esfuma aún más rápidamente. En apenas tres años, fuentes conservadoras sin identificar han volcado cifras alucinantes en un sitio web de laboratorios de ideas y grupos de activistas dedicados a impulsar la negación del cambio climático (en esas cifras no están incluidas las enormes sumas que la Gran Industria Energética continúa aportando a la promoción del negacionismo, como lo viene haciendo desde los ochenta del siglo


pasado). En otras palabras, algunos de los intereses más poderosos y lucrativos del mundo están resueltos a negar la realidad con una notable ferocidad con el fin de confundir al público y poner obstáculos a cualquier acción o movimiento que pretenda proteger el medio ambiente del planeta que siempre ha alimentado a la humanidad. Es un espectáculo carente de todo encanto.  La verdad es que ellos, los negacionistas, son el engaño y de momento, allí donde miremos veremos que ahí están en la entrada de
una casa cercana, crudamente desnudos y bien a la vista. Aun así, con el respaldo de tanto dinero, controlan el Partido Republicano y el Congreso con mayoría republicana en ambas cámaras (hoy, por ejemplo, el 72 por ciento de los senadores republicanos niega el cambio climático). Esto significa que para el grupo cada día más nutrido de candidatos a la presidencia por el Partido Republicano, la frase “Yo no soy científico, sin embargo...” seguida de dudas o del rechazo a la ciencia del clima será un tópico del año electoral 2016. No podría ser un cuadro más sombrío, aunque cada día es más posible que en las
décadas que vienen vivamos un cambio cada día más veloz del clima debido a la emisión de gases de efecto invernadero. Esto significa, por supuesto, que enfrentarse directamente con los negacionistas del cambio climático no puede ser más importante. Por esta razón, TomDispatch tiene la suerte de poder contar otra vez con la historiadora de la ciencia Naomi Oreskes –que ha testimoniado recientemente ante la comisión del Congreso controlada por los republicanos en la que
militan numerosos negacionistas del clima– para hacerse cargo de sus falsos reclamos, fantasías y mentiras. Junto con Erik Conway, ella es coautora del ya clásico Merchants of Doubt sobre los procedimientos utilizados por la corporación de los combustibles fósiles, como ya lo había hecho antes la industria del tabaco, para crear una sensación de pública incertidumbre sobre el peligro de sus productos. Más recientemente, otra vez junto con Conway, escribió The Collapse of
Western Civilization: A View from the Future, una mirada retrospectiva a los efectos del calentamiento global y el negacionismo climático desde el punto de vista de un historiador de 2393. En las últimas décadas, ciertamente, los republicanos han dado un golpe de timón hacia la derecha en muchos temas y ahora atacan regularmente los hallazgos científicos que amenazan su plataforma política. En los ochenta, cuestionaron de obviedad de la lluvia ácida; en los noventa, los ataques fueron contra la ciencia que se ocupaba del ozono; y en lo que va de este siglo, lanzaron los ataques más feroces no solo contra la ciencia que estudia el clima sino también personalmente contra los propios científicos de esta disciplina.   

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