Como es de público conocimiento, se ha desatado un conflicto en la banca oficial. Se están tomando medidas de lucha y acaba de realizarse una Asamblea del Sector. Dentro de los planteos no esta ajeno el tema de Caja Bancaria. Y eso se expresa en las expresiones del compañero Carlos Márquez, presidente del Sector Financiero Oficial, en la audición de Aebu del viernes 14. Sacamos de contexto esta parte de sus palabras en esa audición:
Las medidas no van a diferir demasiado de las que usualmente se toman al declararse una situación de este tipo. Pero antes queremos precisar cómo arribamos a esta situación, que es provocado por la permanente negativa del gobierno de aceptar los planteos del sindicato bancario durante las instancias de negociación por la renovación del convenio.
En un marco general de defensa de nuestra Caja Bancaria, también creemos que se deben discutir aspectos referidos al relacionamiento entre trabajadores y empresas, así como a la reorientación del sistema financiero. En ese sentido, hemos detectado deficiencias importantes, como la falta de control del BCU sobre ciertas empresas que se dedican a la actividad financiera, algo que afecta muy negativamente a nuestro instituto previsional. Son el 60 % de las empresas del rubro y manejan más de 2000 millones de dólares.
Siendo conscientes de la necesidad de defender nuestros derechos y beneficios y de profundizar las transformaciones iniciadas por el gobierno, hemos constatado un deterioro progresivo de nuestro salario. Hubo un corte en el proceso de recuperación salarial iniciado desde la renovación del convenio colectivo de 2005. Hay una carga reconocida en todos los ámbitos, que está incidiendo en las resoluciones que estamos tomando. Se trata de una presión fiscal absolutamente insoportable sobre nuestros ingresos. Además, asistimos a un aumento significativo del costo de vida y a la amenaza en ciernes de que la aplicación de la reforma tributaria no solo va a gravar nuestros ingresos sino que también hay posibilidad de perder calidad en los beneficios de salud que tienen los activos y pasivos de la banca pública.
Las medidas no van a diferir demasiado de las que usualmente se toman al declararse una situación de este tipo. Pero antes queremos precisar cómo arribamos a esta situación, que es provocado por la permanente negativa del gobierno de aceptar los planteos del sindicato bancario durante las instancias de negociación por la renovación del convenio.
En un marco general de defensa de nuestra Caja Bancaria, también creemos que se deben discutir aspectos referidos al relacionamiento entre trabajadores y empresas, así como a la reorientación del sistema financiero. En ese sentido, hemos detectado deficiencias importantes, como la falta de control del BCU sobre ciertas empresas que se dedican a la actividad financiera, algo que afecta muy negativamente a nuestro instituto previsional. Son el 60 % de las empresas del rubro y manejan más de 2000 millones de dólares.
Siendo conscientes de la necesidad de defender nuestros derechos y beneficios y de profundizar las transformaciones iniciadas por el gobierno, hemos constatado un deterioro progresivo de nuestro salario. Hubo un corte en el proceso de recuperación salarial iniciado desde la renovación del convenio colectivo de 2005. Hay una carga reconocida en todos los ámbitos, que está incidiendo en las resoluciones que estamos tomando. Se trata de una presión fiscal absolutamente insoportable sobre nuestros ingresos. Además, asistimos a un aumento significativo del costo de vida y a la amenaza en ciernes de que la aplicación de la reforma tributaria no solo va a gravar nuestros ingresos sino que también hay posibilidad de perder calidad en los beneficios de salud que tienen los activos y pasivos de la banca pública.
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