
AUDICION del 13 de JULIO
Entre las bases del documento está la reformulación del modelo de financiamiento de la caja, porque el aporte obrero-patronal está perimido y no solo para la caja sino para todo el sistema de seguridad social en el país y en el mundo. También es importante la ampliación del campo afiliatorio, porque al día de hoy son miles y miles los trabajadores del sistema financiero que están por fuera de la caja. Solo un 25 % de las empresas y un 60 o 65 % de los trabajadores del sistema financiero aportan a la caja. Atacando esas causas será posible solucionar el problema, pero si no se atacan, estaremos acompañando a la caja hacia su liquidación con un grave costo no solo para los bancarios sino para el Estado. El impuesto a las transacciones financieras es a cada transacción y el gravamen a los activos está más relacionado con las propias empresas. Una empresa puede tener 20 trabajadores pero tener ganancias anuales de 20 millones de dólares. El BROU el año pasado tuvo una ganancia de 100 millones de dólares pero aporta por 3500 trabajadores. Nosotros decimos que la aportación sobre la actividad es la que más sustentaría la financiación de la caja y la haría más equitativa. Nosotros no estamos pidiendo que paguen o se sacrifiquen los demás. Nos parece claro que una actividad que hace 200 millones de dólares puede aportar a una solución para la previsión social de los funcionarios de esa misma actividad. Nunca descartamos que el aporte tuviera que ser de todos –ni en la propuesta aprobada en la asamblea de 2001– y de hecho lo estamos haciendo así. En todo este tiempo la caja se ha venido sosteniendo en base a aportes extraordinarios de los compañeros, en particular, de los jubilados. Varios millones de dólares han salido de los bolsillos de activos y jubilados para sustentar a la caja y hacer frente a una situación de la que no somos responsables.
Entre las bases del documento está la reformulación del modelo de financiamiento de la caja, porque el aporte obrero-patronal está perimido y no solo para la caja sino para todo el sistema de seguridad social en el país y en el mundo. También es importante la ampliación del campo afiliatorio, porque al día de hoy son miles y miles los trabajadores del sistema financiero que están por fuera de la caja. Solo un 25 % de las empresas y un 60 o 65 % de los trabajadores del sistema financiero aportan a la caja. Atacando esas causas será posible solucionar el problema, pero si no se atacan, estaremos acompañando a la caja hacia su liquidación con un grave costo no solo para los bancarios sino para el Estado. El impuesto a las transacciones financieras es a cada transacción y el gravamen a los activos está más relacionado con las propias empresas. Una empresa puede tener 20 trabajadores pero tener ganancias anuales de 20 millones de dólares. El BROU el año pasado tuvo una ganancia de 100 millones de dólares pero aporta por 3500 trabajadores. Nosotros decimos que la aportación sobre la actividad es la que más sustentaría la financiación de la caja y la haría más equitativa. Nosotros no estamos pidiendo que paguen o se sacrifiquen los demás. Nos parece claro que una actividad que hace 200 millones de dólares puede aportar a una solución para la previsión social de los funcionarios de esa misma actividad. Nunca descartamos que el aporte tuviera que ser de todos –ni en la propuesta aprobada en la asamblea de 2001– y de hecho lo estamos haciendo así. En todo este tiempo la caja se ha venido sosteniendo en base a aportes extraordinarios de los compañeros, en particular, de los jubilados. Varios millones de dólares han salido de los bolsillos de activos y jubilados para sustentar a la caja y hacer frente a una situación de la que no somos responsables.
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