ETANOL en BRASIL:
ALERTAN SOBRE POSIBLE
EMERGENCIA ALIMENTARIA
PABLO GIUILIANO (*)
Lula, a favor del etanol. En su estrategia para posicionarse como potencia mundial, Brasil apuesta por el etanol, y su presidente, Luiz Inácio Lula da Silva, despliega una intensa campaña internacional para presentar a su país como un proveedor seguro de biocombustibles que a mediano y largo plazos reemplacen al petróleo como principal fuente de energía. Analistas del país coinciden en que Brasil se proyecta como "la Arabia Saudita verde" y que el etanol será la gran estrella de la exportación brasileña, como en el pasado fueron el caucho, la madera, el café, y más recientemente, los productos industriales de la región de Sao Paulo.
Brasil producirá este año 17 mil 500 millones de litros de etanol, extraído fundamentalmente de la caña de azúcar y de la soya. Según el Ministerio de Minas y Energía, la meta oficial es aumentar la producción a 23 mil 300 millones de litros en 2010 y a 36 mil 900 millones de litros en 2015. Esta última cifra equivale a 636 mil barriles de gasolina. "Tenemos la ilusión de que Brasil abastecerá de etanol al mundo. Será el combustible del siglo XXI", proclamó ante la prensa Eduardo Pereira de Carvalho, presidente de la Unión de Industrias de la Caña de Azúcar (Única), que aglutina a los productores de etanol de Sao Paulo.
El gobierno brasileño intenta colocar el biocombustible en el mercado mundial a través de contratos de futuro -como actualmente sucede con el oro y el petróleo- y alienta las inversiones de este rubro. Además, el Ministerio de Minas y Energía calcula que las inversiones para producir etanol serán de 9 mil millones de dólares entre 2007 y 2010, y Pereira de Carvalho las estima en 15 mil millones para la zafra 2012-2013, lo que permitirá aumentar la producción de caña de azúcar de las actuales 425 millones de toneladas a 694 millones. En algunos de esos núcleos financieros participan famosos multimillonarios, como George Soros, quién compró 150 mil hectáreas en el estado de Mato Grosso do Sul por 900 millones de dólares
No en balde, el presidente estadounidense, George W. Bush, visitó Brasil en marzo pasado y pidió conocer el proceso de fabricación de etanol en la empresa estatal Petrobras. Estados Unidos y Brasil producen 74% de etanol del mundo, pero los estadounidenses lo extraen del maíz, cuyos costos de producción son más elevados que los de caña de azúcar. Además, el cereal está sujeto a fluctuantes precios internacionales. Por la fiebre por el etanol brasileño tiene un lado oscuro: millones de hectáreas de tierra que actualmente se dedican a cultivar alimentos de consumo humano podrían ser utilizadas para sembrar la caña de azúcar de la que se extrae el etanol. Expertos y organizaciones civiles advierten que ello provocará una eventual emergencia alimentaria.
ALERTAN SOBRE POSIBLE
EMERGENCIA ALIMENTARIA
PABLO GIUILIANO (*)
Lula, a favor del etanol. En su estrategia para posicionarse como potencia mundial, Brasil apuesta por el etanol, y su presidente, Luiz Inácio Lula da Silva, despliega una intensa campaña internacional para presentar a su país como un proveedor seguro de biocombustibles que a mediano y largo plazos reemplacen al petróleo como principal fuente de energía. Analistas del país coinciden en que Brasil se proyecta como "la Arabia Saudita verde" y que el etanol será la gran estrella de la exportación brasileña, como en el pasado fueron el caucho, la madera, el café, y más recientemente, los productos industriales de la región de Sao Paulo.
Brasil producirá este año 17 mil 500 millones de litros de etanol, extraído fundamentalmente de la caña de azúcar y de la soya. Según el Ministerio de Minas y Energía, la meta oficial es aumentar la producción a 23 mil 300 millones de litros en 2010 y a 36 mil 900 millones de litros en 2015. Esta última cifra equivale a 636 mil barriles de gasolina. "Tenemos la ilusión de que Brasil abastecerá de etanol al mundo. Será el combustible del siglo XXI", proclamó ante la prensa Eduardo Pereira de Carvalho, presidente de la Unión de Industrias de la Caña de Azúcar (Única), que aglutina a los productores de etanol de Sao Paulo.
El gobierno brasileño intenta colocar el biocombustible en el mercado mundial a través de contratos de futuro -como actualmente sucede con el oro y el petróleo- y alienta las inversiones de este rubro. Además, el Ministerio de Minas y Energía calcula que las inversiones para producir etanol serán de 9 mil millones de dólares entre 2007 y 2010, y Pereira de Carvalho las estima en 15 mil millones para la zafra 2012-2013, lo que permitirá aumentar la producción de caña de azúcar de las actuales 425 millones de toneladas a 694 millones. En algunos de esos núcleos financieros participan famosos multimillonarios, como George Soros, quién compró 150 mil hectáreas en el estado de Mato Grosso do Sul por 900 millones de dólares
No en balde, el presidente estadounidense, George W. Bush, visitó Brasil en marzo pasado y pidió conocer el proceso de fabricación de etanol en la empresa estatal Petrobras. Estados Unidos y Brasil producen 74% de etanol del mundo, pero los estadounidenses lo extraen del maíz, cuyos costos de producción son más elevados que los de caña de azúcar. Además, el cereal está sujeto a fluctuantes precios internacionales. Por la fiebre por el etanol brasileño tiene un lado oscuro: millones de hectáreas de tierra que actualmente se dedican a cultivar alimentos de consumo humano podrían ser utilizadas para sembrar la caña de azúcar de la que se extrae el etanol. Expertos y organizaciones civiles advierten que ello provocará una eventual emergencia alimentaria.
Por su parte, Artur Henrique, presidente de la Central Única de Trabajadores (CUT) de Brasil -creada por Lula en los ochenta, cuando era dirigente de los obreros metalúrgicos en el Gran Sao Paulo-, dice a Proceso: "Tenemos que encarar las dudas sobre el etanol y poner sobre la mesa puntos tales como las condiciones de trabajo en los ingenios, no poner en riesgo la seguridad alimentaria y evaluar el impacto de la internacionalización de las tierras debido a la compra de éstas por parte de grupos económicos extranjeros".Hasta el momento, la selva del Amazonas ha perdido un territorio similar de Francia, unas 70 millones de hectáreas. La mayor parte de su deforestación se debe a la actividad ganadera y al cultivo de soya, pero los expertos afirman que la siembra de caña para producir etanol es actualmente su mayor amenaza.
(SACADO de CONTEXTO)* De la revista mexicana PROCESO
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