LA COMIDA (2)Escribe
GONZALO
CANAL RAMÍREZ (*)
(CONTINUA del BLOG de AYER)
¿Sabe usted bien como debe ser su dieta? Ante todo, no debe ser una dieta traumatizante. La obsesión de la dieta es tan perjudicial como cualquiera otra. Esos viejos que, antes de sentarse a la mesa, necesitan una tabla de proteínas, vitaminas, minerales y calorías, están cerca de la obsesión mental. Ni tanto, ni tampoco. Su organismo necesita de todo. Y coma de todo. Lo importante es la proporción, la dosis, la integración.
Y si está enfermo, es el médico el único que puede indicárselo. Cualquier examen de laboratorio le dice hoy al médico lo que a usted le sobra o le falta. Pero si está sano, un poco de información sobre el caso lo capacita para ser usted mismo quien determine su dieta, sin afanes ni prejuicios. Las grasas animales, en exceso, producen colesterol. ¿Cómo está usted de colesterol? El abuso de harinas y dulces le aumentan las calorías y la grasa. A su edad con 1600 calorías diarias usted tiene. ¿Está por debajo o por encima de ellas en su dieta? El exceso de minerales lo súper calcifica y daña su digestión. La deficiencia lo debilita.
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Las vitaminas son todas necesarias pero en equilibrio de unas con otras. Aún puede usted atrofiar algunos de sus órganos, súper desarrollar otros. Para el Dr. Mosqueira y el Dr. Ulene el asunto es claro: las comidas deben ser un placer, no deben realizarse hasta hacerse obligatorias; una dieta variada es mejor que las privaciones –algo de todo y mucho de nada el contenido de las comidas debe rotarse. Se debe comer cuando se tiene hambre. Para no sobrecargar la digestión, es mejor comer poco varias veces, que mucho una sola vez.
Las vitaminas son todas necesarias pero en equilibrio de unas con otras. Aún puede usted atrofiar algunos de sus órganos, súper desarrollar otros. Para el Dr. Mosqueira y el Dr. Ulene el asunto es claro: las comidas deben ser un placer, no deben realizarse hasta hacerse obligatorias; una dieta variada es mejor que las privaciones –algo de todo y mucho de nada el contenido de las comidas debe rotarse. Se debe comer cuando se tiene hambre. Para no sobrecargar la digestión, es mejor comer poco varias veces, que mucho una sola vez.
El sistema alemán es bueno: desayuno y almuerzo normales, comida de la noche frugal. El vino bien dosificado es agradable y útil; los alcoholes fuertes no le perjudican, si evita los excesos que le matan multitud de neuronas, tan necesarias ahora. La mejor bebida es el agua higiénica. Cualquier bebida a grandes sorbos, fuera de descortés, es dañina. Como en todo, la vejez no es tiempo de privaciones, sino de dosificaciones y selecciones y variaciones. Embellezca la hora de comer, dignifíquela, y ritualícela, no para sentarse va la mesa porque es la hora, aunque no tenga hambre.
Eso no. Sí con el propósito de crear un clima agradable y ennoblecedor para comer. Eso ayuda. Un mantel limpio. Platos y cubiertos bien dispuestos, un florero a medio día, unas velas encendidas por la noche... eso ayuda. Y practíquelo, no como vanidad social para sus invitados. Para ellos también. Pero, ante todo para usted mismo. La comida es un reflejo de su cultura. Y comer satisfactoria, agradablemente, no solo por lo que se come, sino por el ambiente dentro del cual se come, es una garantía para su buena digestión.
En la vejez comer es menos importante. Lo importante es que comer. Los especialistas están de acuerdo comer poco, pero seleccionado y balanceado. Aquí como en todo, la vejez es la época de cambiar lo cuantitativo por lo cualitativo, la superficie por la profundidad. Edad de selección en todos los dominios, de aquilatar y acrisolar. Todo lo superfluo sobra, más que nunca, y todo lo necesario se exige, más que nunca. No estamos de regreso. Eso es una metáfora falsa, otro tabú. En la vida nunca se está de regreso. La vida es, como el río, sin retorno.
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(*) Gonzalo Canal Ramírez, es un reconocido especialista en temas de la Tercera Edad. De origen colombiano, esta radicado en España. Estos textos son del libro “ENVEJECER NO ES DETERIORARSE” que ha merecido innumerables ediciones y traducciones desde 1980, año de su aparición en España.
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