LA VOLUNTADEscribe
GONZALO
CANAL RAMÍREZ (*)
Las características esenciales que tipifican a la especie humana son la razón y la voluntad: las facultades de informarnos, comprender y querer. Es decir de saber que vamos a hacer y decidirnos a ejecutarlo. Es consenso universal exigirle al viejo más razonamiento y más voluntad que a las anteriores edades –con base en la lógica de haber tenido más tiempo para desarrollarlas– o, al contrario, considerarlo un ser agotado sin voluntad y sin razón. Ni una ni otra posición son absolutas.
-
El cerebro es el órgano de mejor función en el viejo normal. Y es entonces cuando los conocimientos acumulados durante la vida –materia prima para la experiencia– deben permitir mejor la comprensión y el razonamiento con su dialéctica propia. Posible es también que la voluntad por haber sido ejercida tanto tiempo esté más fortificada y porque la voluntad, si es normal el viejo, está más abastecida e iluminada por la información y el conocimiento a quienes la acción sigue. “Nada hay en acto que no esté en el entendimiento”.
El cerebro es el órgano de mejor función en el viejo normal. Y es entonces cuando los conocimientos acumulados durante la vida –materia prima para la experiencia– deben permitir mejor la comprensión y el razonamiento con su dialéctica propia. Posible es también que la voluntad por haber sido ejercida tanto tiempo esté más fortificada y porque la voluntad, si es normal el viejo, está más abastecida e iluminada por la información y el conocimiento a quienes la acción sigue. “Nada hay en acto que no esté en el entendimiento”.
-
Prescindamos de cuanto se nos exige (todo o nada) en materia de razón y voluntad y concretémonos a nosotros mismos, a cuidar nuestro cerebro, a mejorar nuestra razón, a vigorizar nuestra voluntad, y ante todo, a la voluntad de tener voluntad, “a la voluntad de querer”, como en el título del libro de Jankelevitch. La voluntad, fuerza decisoria, como todo se desgasta si la utilizamos tanto hasta hacer de ella la única solución, o se anula ni no la empleamos para nada.
No cometamos el error de gastar el cuchillo a fuerza de afilarlo, o dejarlo herrumbrar por no usarlo. Contentémonos con estar listos para que nuestra voluntad sea como la voluntad de vuelo de las aves, tan bien descripta por Jankelevitch: “El pájaro no es un doctor en ciencias que pueda explicar para sus cohermanos el secreto del vuelo. Mientras se discute sobre su caso, la golondrina, sin más explicaciones, emprende el vuelo ante los doctores sorprendidos.”
Prescindamos de cuanto se nos exige (todo o nada) en materia de razón y voluntad y concretémonos a nosotros mismos, a cuidar nuestro cerebro, a mejorar nuestra razón, a vigorizar nuestra voluntad, y ante todo, a la voluntad de tener voluntad, “a la voluntad de querer”, como en el título del libro de Jankelevitch. La voluntad, fuerza decisoria, como todo se desgasta si la utilizamos tanto hasta hacer de ella la única solución, o se anula ni no la empleamos para nada.
No cometamos el error de gastar el cuchillo a fuerza de afilarlo, o dejarlo herrumbrar por no usarlo. Contentémonos con estar listos para que nuestra voluntad sea como la voluntad de vuelo de las aves, tan bien descripta por Jankelevitch: “El pájaro no es un doctor en ciencias que pueda explicar para sus cohermanos el secreto del vuelo. Mientras se discute sobre su caso, la golondrina, sin más explicaciones, emprende el vuelo ante los doctores sorprendidos.”
-
“E igualmente no hay voluntad tan sabia que pueda explicar a la academia el mecanismo de la decisión; pero en menos tiempo del necesario para decir el monosílabo (hágase), el pájaro voluntad ya ha realizado el salto peligroso, el aventurado paso, el heroico vuelo de querer; la voluntad abandonando el apoyo del ser, se ha lanzado ya en el vació”
La voluntad es la autora de la decisión, y usted tendrá que decidirse muchas veces. Es decir: usar la voluntad. Hay caracteres naturalmente de voluntad, fáciles a la decisión y a su ejecución y a su ejecución, los univalentes, y otros apáticos, difíciles a decidirse, ambivalentes. Y a maneras de formación para los dos.
“E igualmente no hay voluntad tan sabia que pueda explicar a la academia el mecanismo de la decisión; pero en menos tiempo del necesario para decir el monosílabo (hágase), el pájaro voluntad ya ha realizado el salto peligroso, el aventurado paso, el heroico vuelo de querer; la voluntad abandonando el apoyo del ser, se ha lanzado ya en el vació”
La voluntad es la autora de la decisión, y usted tendrá que decidirse muchas veces. Es decir: usar la voluntad. Hay caracteres naturalmente de voluntad, fáciles a la decisión y a su ejecución y a su ejecución, los univalentes, y otros apáticos, difíciles a decidirse, ambivalentes. Y a maneras de formación para los dos.
-
No confunda la voluntad con lo voluntarioso, ese capricho de imponer sin razón su voluntad a los demás, ni con el “voluntarismo”, esa exagerada escuela moral tan frecuentes en algunas pedagogías.
Pedagogías que afirman. “querer es poder” para imponer una rígida formación de la voluntad, con metas casi heroicas, fácilme3nte degenerables en manías ineficaces, palabras y gestos vacíos, exhuberancias temperamentales. En el viejo eso es peligroso. Porque la voluntad mal aplicada, sin objetivos sanos y decisiones razonables, es la voluntad contera la voluntad, destructora de sí misma. Aquí si el símil de Smiles cuando afirma ser el hombre como las piedras del mollino: cuando entre ambas hay trigo muelen harina, cuando no se muelen a si mismas.
-
(*) Gonzalo Canal Ramírez, es un reconocido especialista en temas de la Tercera Edad. De origen colombiano, esta radicado en España. Estos textos son del libro “ENVEJECER NO ES DETERIORARSE” que ha merecido innumerables ediciones y traducciones desde 1980, año de su aparición en España.
Pedagogías que afirman. “querer es poder” para imponer una rígida formación de la voluntad, con metas casi heroicas, fácilme3nte degenerables en manías ineficaces, palabras y gestos vacíos, exhuberancias temperamentales. En el viejo eso es peligroso. Porque la voluntad mal aplicada, sin objetivos sanos y decisiones razonables, es la voluntad contera la voluntad, destructora de sí misma. Aquí si el símil de Smiles cuando afirma ser el hombre como las piedras del mollino: cuando entre ambas hay trigo muelen harina, cuando no se muelen a si mismas.
-
(*) Gonzalo Canal Ramírez, es un reconocido especialista en temas de la Tercera Edad. De origen colombiano, esta radicado en España. Estos textos son del libro “ENVEJECER NO ES DETERIORARSE” que ha merecido innumerables ediciones y traducciones desde 1980, año de su aparición en España.
No hay comentarios:
Publicar un comentario