martes, 3 de marzo de 2009

DE ESTA NUESTRA AMERICA...


Festejo en una calle de la capital, al saberse el resultado...


N. de R. Dos días después de recibir esta nota del compañero Zunin, se realizo la votación en El Salvador y ya es publico el resultado. Un Gobierno de izquierda, por primera vez en la historia del hermano país, conducirá los destinos del pueblo salvadoreño. Por ahora todo lo que se va sabiendo es sobre los festejos del triunfo. Ojala se cumpla con una realidad que este en consonancia con la frase que cierra esta nota del compañero sanducero.

UN PAÍS
QUE NECESITA
UN “SALVADOR”

Escribe
HERNAN ZUNIN
JUBILADO BANCARIO
Paysandú, marzo de 2009

Con ese nombre tan inapropiado que parece una burla, se nombra a una región de Centroamérica que desde la “prehistoria” se vio regada por la sangre de sus habitantes en innúmeras guerras. Hace más de 1500 años que antiguos pobladores dejaron huellas que se encontraron en una cueva de otro raro nombre “Espíritu Santo”. Invadidos por el norte por los mayas y desde el sur por los pipiles, los pueblos uluas y xincas fueron dominados desde Copán primero y luego por los pipiles. Tanto es así que la lengua que encontraron los españoles de la Conquista era una combinación de chortí maya y nahuat de los pipiles, denominada alajuilak.

La brutalidad de los españoles de Pedro de Alvarado con un ejército de unos pocos españoles y 5000 indígenas “aliados” tlaxcaltecas, confesada por el Fray Bartolomé de las Casas en su “Brevísima relación de la destrucción de las Indias”, se extendió desde el primer desembarco de Andrés Niño en 1522 hasta 1540 cuando Pedro de Alvarado logra la “pacificación” asesinando a Copán Calel primero y a Lémpira el líder lenca después. ¿Cuántos indígenas fueron asesinados en estos 18 años? Nunca se sabrá.

Desde la Capitanía General de Guatemala, a los que quedaron se los “evangelizó” y mediante el régimen de “encomienda” se los esclavizó y repartió entre los poderosos señores conquistadores por “su servicio a la Corona”. El cacao y la extracción de la resina del árbol del bálsamo fueron las principales producciones, luego el cultivo del jiquilite, de donde se saca el colorante azul “añil” y El Salvador fue el principal productor para la Corona Española, hasta que fue sustituido por colorantes artificiales y el cultivo decayó.

LAS 14 FAMILIAS EXPROPIARON LAS RIQUEZAS...
Como en casi toda Latinoamérica, los ecos de la Revolución Francesa y la Independencia de los Estados Unidos, en el Salvador hubo un primer alzamiento de 1811 que fue rápidamente sofocado. Aunque en 1821 se declaró la Independencia de todas las provincias centroamericanas y que existía el ánimo de formar una federación, sobre todo para resistir al poderoso Imperio de México y su Emperador Agustín de Iturbide, al final, también como en toda Latinoamérica, toda Centroamérica se dividió en “naciones”.

El Salvador, rodeado por la poderosa Guatemala al norte, Honduras al este y Nicaragua al sur, tuvo o quiso guerrear en diferentes ocasiones con todas ellas. Unas veces como país invadido, otras como país invasor. Los poderosos caudillos salvadoreños estuvieron “desde siempre” contra la Federación establecida en 1821 y finalmente en 1841 se declaró la separación de ella y la fundación de un estado independiente. Desde esa fecha, casi hasta nuestros tiempos, liberales contra conservadores y clero, fueron de levantamiento en levantamiento.

Las “14 familias” (como si se tratara de Sicilia), se apoderaron de todas las riquezas (República Cafetalera – 1876-1931): agricultura, comercio, industria y comercio exterior. Luego la dictadura de Maximiliano Hernández Martínez que gobernó al país desde 1931 hasta 1944 con la excusa de la caída de los precios del café, exterminó a mas de 20.000 ciudadanos, fusilando a Farabundo Martí líder de la insurrección y también a Feliciano Ama, cacique de los indígenas Izalcos y a Francisco Sánchez, líder campesino.

LA NUEVA CONSTITUCION CONTRA EL SALVADOR...
El dictador condonó todas las deudas de los poderosos señores del café y fundó el Banco Hipotecario que les concedió a los mismos, nuevos créditos en condiciones ridículas. Este dictador fue sustituido por otro en 1945, el general Salvador Castro Castañeda que gobernó hasta 1948, cuando nació el PRUD, una burda imitación del PRI mexicano. El PRUD gobernó también a través de militares: Tte. Cnel. Oscar Osorio (1950-1956) y luego el Tte. Cnel. José María Lemus y estableció reformas socialdemócratas como el Seguro Social.

Impulso de la industria como sustituto de importaciones, obra pública como la Carretera del Litoral y la Presa Hidroeléctrica. Todo esto gracias al alza del precio del café y un nuevo cultivo como el algodón, también con muy buenos precios internacionales. Este período duró hasta 1960 cuando estos precios volvieron a caer y el PRUD fue derrocado y una nueva dictadura se instaló con la Junta de Gobierno de pocos meses de duración (octubre de 1960 a enero de 1961), cuando fuera sustituida por el Directorio Cívico Militar que gobernó por un año.

Hasta que en 1962 se redactó una nueva Constitución fascista y anticomunista que “prohibía las doctrinas anárquicas y contrarias a la democracia” y se fundó, también por militares el Partido de Conciliación Nacional, cuyo primer presidente el Cnel. Julio Adalberto Rivera gobernó hasta 1967, siendo sustituido por otro militar el Cnel. Fidel Sánchez Hernández hasta 1972, apoyados en la “Alianza para el Progreso” de John F. Kennedy para aplastar cualquier levantamiento que se creía que impulsaba Cuba. Desde ese instante EE.UU. se apoderó de El Salvador.

EL TIO SAM Y LOS MILITARES CONTRA EL FUTURO
Fundó la Organización Democrática Nacionalista de curiosa sigla: ORDEN, se establecieron asesores del Instituto Americano del Desarrollo del Sindicalismo Libre (IADSL) para organizar la Unión Comunal Salvadoreña (UCS) y la Asociación Nacional de Indígenas Salvadoreños (ANIS). Estos movimientos fueron “pagados” con pseudo reformas agrarias que repartieron tierras entre sus amanuenses. Una nueva guerra con estúpidos nombres se produjo cuando El Salvador invadió a Honduras en 1969, unos la llamaron “la Guerra del Fútbol” y otros “la Guerra de las 100 horas”.

Luego al partir de 1970 con la creación de las “Fuerzas Populares de Liberación Farabundo Martí” que luego se transformó en el “Ejército Revolucionario del Pueblo” todo fue “guerra civil”.
En 1972 otra vez los militares… La alianza UNO (Unión Nacional Opositora) formada por el Movimiento Nacionalista Revolucionario, la Unión Democrática Nacionalista y el Partido Demócrata Cristiano de José Napoleón Duarte, ganó las elecciones pero los militares le dieron el triunfo al Cnel. Arturo Armando Molina del PCN y Duarte tuvo que escapar a Venezuela.

Esta guerra civil continúa casi hasta nuestros días, sucesión de gobiernos de militares, el asesinato del arzobispo Romero y la violación y muerte de 4 monjas estadounidenses (todo obra del cruel asesino mayor Roberto d’Aubuisson, jefe del Departamento de Inteligencia G-2 y fundador de varios grupos de para militares), puso en alerta a un mundo sordo y ciego que no oía, que no veía, que no sabía que varios cientos de miles de salvadoreños han sido asesinados en esta sucesión de dictadores militares y “demócrata cristianos” como Napoleón Duarte.

De estos genocidios nadie se acuerda, no se encienden cirios, no se decretan lutos, no se erigen monumentos… Hoy todo puede cambiar si Mauricio Funes, líder del Frente Farabundo Martí gana las elecciones, derrotando a la derechista ARENA. Esperemos que así sea.
Hernán Zunin
15 de Marzo de 2009

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