ANTECEDENTES DE LA CRISIS GLOBAL
LA RENTA
LA RENTA
DE LA TIERRA
Y LA VIVIENDA
Escribe
JULIO BADIA
JUBILADO DEL BHU
PARTE 2
En medio de la actual crisis, que algunos señalan como la más profunda que ha sufrido el sistema capitalista, no he visto un sólo estudio sobre lo que señalaba anteriormente como un resabio feudal: el monopolio de la propiedad privada de la tierra y por ende su correlativa renta del suelo.
Esta crisis, se señala, tiene como origen el sistema financiero ¿Es realmente así o el sistema financiero está pagando los platos rotos de la brutal especulación que se ha hecho con la tierra? Por que en la tierra se planta soja, maíz transgénico, trigo, arroz, se cría el ganado bovino, cuya carne, junto con otros comóditis, fruto de una probable mayor demanda mundial y de una segura especulación por parte de las trading, alcanzaron precios históricos.
También la tierra alcanzó precios históricos, porque la renta derivada de su explotación creció en forma exponencial, tanto se utilizara en la producción de alimentos como en las zonas urbanas para la construcción de viviendas. Y así los precios del metro cuadrado, ya no de la hectárea, superó en algunas ciudades los U$S 10.000 y más también (se acaba de vender un apartamento en Pta.del Este en U$S 7.500.000). O sea que no estamos hablando de Nueva York, Hong Kong o San Pablo, donde posiblemente, como la demanda y la especulación son mayores, los precios también lo fueran. Y todo parecía tan normal.
¿DONDE ESTABA LA PELOTITA?
Como tan normal le parecieron a los bancos norteamericanos que una casa cuyo valor venal era en ese momento de U$S 100.000 dólares, fuera hipotecada en U$S 120.000, por que con la escalada de los precios, en poco tiempo su precio en el mercado superaría con creces el préstamo. Y como el capital ocioso había que colocarlo, se prestaba sin analizar debidamente al sujeto de crédito. Así fue creciendo la burbuja, ya que el crédito se securitizaba de un banco a otro, varias veces, al punto que se perdía referencia del sujeto y de la vivienda que estaban en el otro extremo del negocio.
Y se construía pagando cada vez más caro el metro cuadrado. Y los valores y la burbuja seguían creciendo. Hasta que explotó.
Se perdieron algunas referencias. En primer lugar la vivienda es la única mercancía producida por el hombre que no es trasladable. Si hoy no le podemos vender carne a EE.UU., probablemente se abra el mercado de Corea, o de Japón. El precio de la soja cayó a la mitad, pero siguen habiendo compradores. Ya no serán de tal continente, pero en otro continente habrá uno o más países que la compren. Y si no están la trading que, a precio futuro la pagarán un porcentaje menor que el precio de referencia en el mercado a esa fecha, pero que están seguros de colocarla con buenos márgenes de ganancia en algún país donde algún gobernante se beneficiará él también con esa compra.
La vivienda no. Si yo la construí en Nueva York, lo más que puedo pretender es que un norteamericano la adquiera, ya sea para vivir o para especular. O tal vez un europeo como el suizo que adquirió el apartamento de Punta del Este. Pero indudablemente el mercado se reduce en la demanda y quienes pusieron el capital para recuperarlo con una rentabilidad más o menos jugosa, hoy se encuentran que festejan si recuperan algo del capital. Así que la oferta se contrae. El que puede esperar porque no pidió para construir y por lo tanto no tiene que amortizar capital e intereses, desensillará hasta que aclare. Total, los ladrillos no son perecederos y la historia enseña que si se es paciente, por lo menos se empata que es mucho decir en estos tiempos.
UNA PREGUNTA ¿QUIEN GANO Y QUIEN PERDIO...?
Pero el que utilizó plata ajena puede tener serios problemas. Si es un particular que le pidió a un banco, puede que éste termine quedándose con la propiedad. El particular perdió pero el banco no podemos decir que ganó. Porque para que gane tiene que convertir ese activo en dinero que pueda mantener en el circuito y cuando son muchas las propiedades recuperadas, el mercado tiende a saturarse, los precios a caer, dificultades para convertir esos activos en dinero y si para agravar la situación, a los depositantes hay que pagarles los intereses en fecha y, lo que ya es peor, devolverles los depósitos, entonces los bancos están gravísimos problemas.
En esta etapa podríamos continuar agregando variables, pero creo que no aclararían el análisis teórico del tema. La madre del borrego y sobre la cual nadie hable (quizás por ignorancia, tal vez por mal entendida inconveniencia política) es ese resabio feudal: el monopolio de la propiedad privada de la tierra. Probablemente las experiencias habidas en su estatización y explotación colectiva hayan contribuido a eludir el estudio del tema. Pero lejos de ser la mejor solución, el evitar la discusión del problema es la peor solución. Si este no se aborda desde todos sus ángulos, fundamentalmente el teórico, seguiremos asistiendo a un centro neurálgico de todas las crisis de ciclo largo (en "El crac del 29" J.K.Galbraith analizaba la incidencia de la especulaciones en bienes raíces como uno de los centros de la crisis). La izquierda se debe esta discusión más allá de los beneficios políticos inmediatos. Es más, probablemente un adecuado abordaje del tema, con todos los actores involucrados participando sería un buen comienzo.
En el tema específico de la vivienda hemos caído, como en esos juegos de los niños, en el casillero que dice "retrocede treinta años". La ley de agosto del 2002 (no recuerdo el número) que limitó y maniató al BHU y la 18.125 de creación de la Agencia, que era la gran oportunidad para retornar al marco sistémico de la 13.728, nos retrotrajo a antes de 1968. Sólo cabe esperar que los actores políticos involucrados comprendan esto y tomen las medidas para adecuar el marco normativo y el sistema nacional de vivienda a la realidad actual, estableciendo claras pautas de una política de Estado que debe recuperarse.
Y LA VIVIENDA
Escribe
JULIO BADIA
JUBILADO DEL BHU
PARTE 2
En medio de la actual crisis, que algunos señalan como la más profunda que ha sufrido el sistema capitalista, no he visto un sólo estudio sobre lo que señalaba anteriormente como un resabio feudal: el monopolio de la propiedad privada de la tierra y por ende su correlativa renta del suelo.
Esta crisis, se señala, tiene como origen el sistema financiero ¿Es realmente así o el sistema financiero está pagando los platos rotos de la brutal especulación que se ha hecho con la tierra? Por que en la tierra se planta soja, maíz transgénico, trigo, arroz, se cría el ganado bovino, cuya carne, junto con otros comóditis, fruto de una probable mayor demanda mundial y de una segura especulación por parte de las trading, alcanzaron precios históricos.
También la tierra alcanzó precios históricos, porque la renta derivada de su explotación creció en forma exponencial, tanto se utilizara en la producción de alimentos como en las zonas urbanas para la construcción de viviendas. Y así los precios del metro cuadrado, ya no de la hectárea, superó en algunas ciudades los U$S 10.000 y más también (se acaba de vender un apartamento en Pta.del Este en U$S 7.500.000). O sea que no estamos hablando de Nueva York, Hong Kong o San Pablo, donde posiblemente, como la demanda y la especulación son mayores, los precios también lo fueran. Y todo parecía tan normal.
¿DONDE ESTABA LA PELOTITA?
Como tan normal le parecieron a los bancos norteamericanos que una casa cuyo valor venal era en ese momento de U$S 100.000 dólares, fuera hipotecada en U$S 120.000, por que con la escalada de los precios, en poco tiempo su precio en el mercado superaría con creces el préstamo. Y como el capital ocioso había que colocarlo, se prestaba sin analizar debidamente al sujeto de crédito. Así fue creciendo la burbuja, ya que el crédito se securitizaba de un banco a otro, varias veces, al punto que se perdía referencia del sujeto y de la vivienda que estaban en el otro extremo del negocio.
Y se construía pagando cada vez más caro el metro cuadrado. Y los valores y la burbuja seguían creciendo. Hasta que explotó.
Se perdieron algunas referencias. En primer lugar la vivienda es la única mercancía producida por el hombre que no es trasladable. Si hoy no le podemos vender carne a EE.UU., probablemente se abra el mercado de Corea, o de Japón. El precio de la soja cayó a la mitad, pero siguen habiendo compradores. Ya no serán de tal continente, pero en otro continente habrá uno o más países que la compren. Y si no están la trading que, a precio futuro la pagarán un porcentaje menor que el precio de referencia en el mercado a esa fecha, pero que están seguros de colocarla con buenos márgenes de ganancia en algún país donde algún gobernante se beneficiará él también con esa compra.
La vivienda no. Si yo la construí en Nueva York, lo más que puedo pretender es que un norteamericano la adquiera, ya sea para vivir o para especular. O tal vez un europeo como el suizo que adquirió el apartamento de Punta del Este. Pero indudablemente el mercado se reduce en la demanda y quienes pusieron el capital para recuperarlo con una rentabilidad más o menos jugosa, hoy se encuentran que festejan si recuperan algo del capital. Así que la oferta se contrae. El que puede esperar porque no pidió para construir y por lo tanto no tiene que amortizar capital e intereses, desensillará hasta que aclare. Total, los ladrillos no son perecederos y la historia enseña que si se es paciente, por lo menos se empata que es mucho decir en estos tiempos.
UNA PREGUNTA ¿QUIEN GANO Y QUIEN PERDIO...?
Pero el que utilizó plata ajena puede tener serios problemas. Si es un particular que le pidió a un banco, puede que éste termine quedándose con la propiedad. El particular perdió pero el banco no podemos decir que ganó. Porque para que gane tiene que convertir ese activo en dinero que pueda mantener en el circuito y cuando son muchas las propiedades recuperadas, el mercado tiende a saturarse, los precios a caer, dificultades para convertir esos activos en dinero y si para agravar la situación, a los depositantes hay que pagarles los intereses en fecha y, lo que ya es peor, devolverles los depósitos, entonces los bancos están gravísimos problemas.
En esta etapa podríamos continuar agregando variables, pero creo que no aclararían el análisis teórico del tema. La madre del borrego y sobre la cual nadie hable (quizás por ignorancia, tal vez por mal entendida inconveniencia política) es ese resabio feudal: el monopolio de la propiedad privada de la tierra. Probablemente las experiencias habidas en su estatización y explotación colectiva hayan contribuido a eludir el estudio del tema. Pero lejos de ser la mejor solución, el evitar la discusión del problema es la peor solución. Si este no se aborda desde todos sus ángulos, fundamentalmente el teórico, seguiremos asistiendo a un centro neurálgico de todas las crisis de ciclo largo (en "El crac del 29" J.K.Galbraith analizaba la incidencia de la especulaciones en bienes raíces como uno de los centros de la crisis). La izquierda se debe esta discusión más allá de los beneficios políticos inmediatos. Es más, probablemente un adecuado abordaje del tema, con todos los actores involucrados participando sería un buen comienzo.
En el tema específico de la vivienda hemos caído, como en esos juegos de los niños, en el casillero que dice "retrocede treinta años". La ley de agosto del 2002 (no recuerdo el número) que limitó y maniató al BHU y la 18.125 de creación de la Agencia, que era la gran oportunidad para retornar al marco sistémico de la 13.728, nos retrotrajo a antes de 1968. Sólo cabe esperar que los actores políticos involucrados comprendan esto y tomen las medidas para adecuar el marco normativo y el sistema nacional de vivienda a la realidad actual, estableciendo claras pautas de una política de Estado que debe recuperarse.
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