martes, 3 de marzo de 2009

LA VEJEZ... UN TIEMPO DE VIDA...


EXTROVERSION

Escribe
GONZALO
CANAL RAMÍREZ (*)

(PROSIGUE CON EL TEMA DE AYER...)

Las sensaciones y los sentimientos se educan, como todo en nosotros. No quiere decir esto que usted ha de reprimir siempre sus sensaciones y sentimientos. Esa represión, si es sistemática y metódica, le podrá causar depresión y esta también le hace mal. A toda edad existen cierto tipo de depresiones inevitables (afortunadamente pasajeras) más frecuentes en la vejez. ¿Por qué agregar las evitables? No se deje sobrecargar de sensaciones y sentimientos detenidos o reprimidos.
Comuníquelos, manifiéstelos, descárguese. Use para ello las válvulas proporcionadas por la naturaleza: las lágrimas, el llanto, el diálogo vivaz, la escritura, el canto, los mensajes de comunicación y exteriorización. En último caso, los gritos, aunque son de mal gusto. Después de esto usted se sentirá aliviado. Use estas defensas, tan naturales que los niños las emplean de modo maestro... Otra de las injusticias de la comunidad con el viejo es exigirle la contención, en nombre de una fementida “circunspección social” para impedirle extrovertirse, extravasarse y condenarlo así, por lo menos, a la neurastenia, al impedirle manifestarse espontánea y sinceramente.
No tema exteriorizar sus sentimientos. Procure, además compartirlos. El amor es el gran canal de las dos vías de comunicación. Hay otros muchos. No se deje imponer la represión por la cortesía (salvo en caso verdaderamente necesario, especialmente cuando hacen mal a los demás) y menos por la hipocresía, más venenosa que otros tóxicos. Aprende de la naturaleza. Los sentimientos son el hervor de la vida, la espuma de nuestro torrente interior en su curso desde la epidermis hasta el alma.
Sienta con la planta, con el animal, con la persona humana. Solo la persona comprende el sentimiento vegetal, el animal y el racional porque es él mismo todo eso. No embotelle sus sentimientos, déjelos fluir desde el llanto hasta la risa. Eso le hará bien, le mantendrá la apertura hacia los seres y las cosas, cuyo contacto es un elemento de vida. Pero no confunda los sentimientos hasta llevarlos al sensacionalismo y el sentimentalismo. Esos dos extremos son peligrosos para usted.
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(*) Gonzalo Canal Ramírez, es un reconocido especialista en temas de la Tercera Edad. De origen colombiano, esta radicado en España. Estos textos son del libro “ENVEJECER NO ES DETERIORARSE” que ha merecido innumerables ediciones y traducciones desde 1980, año de su aparición en España.

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