martes, 3 de marzo de 2009

LA VEJEZ... UN TIEMPO DE VIDA


LA SALUD

Escribe
GONZALO
CANAL RAMIREZ (*)

Es la base de su bienestar. Vejez no es enfermedad, ni caquexia, ni decrepitud. Usted puede evitar estar caquéctico, decrépito. Ante todo evitando “el complejo de enfermedad” tan común en las personas añosas, más por aprehensiones mentales que por lesiones físicas. Usted tiene el derecho a la salud, pero también la obligación de conservarla y vigilarla. La vejez tampoco es renunciamiento o privación. Usted no debe renunciar a nada de aquello que su cuerpo o su mente le permiten y, menos, privarse de las satisfacciones normales de su edad.

Pronto va a aparecer en la literatura médica y sicológica un nuevo complejo: el de Howard Hughes, dueño de un imperio periodístico norteamericano, que pensó con servar su vida exagerando la asepsia y la higiene, con purificadores de aire y vidrios entre él y sus interlocutores para librase de los “contagios” posibles según él, hasta en la respiración de las mariposas. A este complejo de puritanismo higiénico, se opone también el de Daniel Ludwing, a los 82 años explorador industrial del Amazonas.

Entre uno y otro hay, indudablemente, un justo medio. Aunque la vejez no es período de “mediatización”, ni de “mediocridad” así ella sea “dorada”, los “justos medios son en ella necesarios. No somos atletas juveniles, pero tampoco cadáveres ambulantes. Debemos cuantificarnos a nosotros mismos, pero también calificarnos. Si estamos sanos. Nuestro cerebro es mejor que antes y nuestro cuerpo funciona adecuadamente. El secreto es no perder de vista esa “adecuación” para cuanto para cuanto servimos y como servimos.

Seremos más, seguramente, si derribamos las barreras mentales negativas. El exceso de cuidados de Hughes, fuera de ser económicamente imposibles para quien no sea multimillonaria en dólares, es ridículo, y sobre todo contraproducente. En vez de evitar la enfermedad la acelera en el cuerpo porquen lo priva de sus defensas y le cohíbe la mente porque obsesiona. Los maniáticos de la salud se enferman más ligero que los temerarios de la salud. La prevención excesiva es peor que el riesgo, porque debilita las resistencias del cuerpo y del espíritu e impide la formación de nuevas defensas. El Ludwig, empresario en la selva amazónica, es la reacción contraria. Y ahí, octogenario, con una fábrica flotante de pulpa sobre el río.

Para muchos el corazón es la caja de la vida y en él ponen el secreto de la salud. Para mí el secreto de la vida es el uso activo de mente, de la inteligencia y de todo el cuerpo. Es la inteligencia la que ha defendido a la humanidad, a través de tantos milenios, para permitirle vivir y supervivir. Es ella la autora del notable aumento de la longevidad actual. Sin duda, usted y yo le debemos a ella los años que estamos viviendo.
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(*) Gonzalo Canal Ramírez, es un reconocido especialista en temas de la Tercera Edad. De origen colombiano, esta radicado en España. Estos textos son del libro “ENVEJECER NO ES DETERIORARSE” que ha merecido innumerables ediciones y traducciones desde 1980, año de su aparición en España.

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