martes, 11 de agosto de 2009

LA VEJEZ... UN TIEMPO DE VIDA


ENVEJECEMOS

Blog de CARMEN COELLO (foto)
http://carmencoello.blogspot.com/

La sociedad de este nuevo siglo camina hacia un envejecimiento progresivo, siendo la española una de la mayor longevidad de Europa, con una esperanza de vida de las más altas, propia de un país desarrollado. Actualmente un 17% aproximadamente de nuestra población nacional tiene más de 65 años; esto supone un reto social y económico sin precedentes, una difícil papeleta que resolver en muchas familias.

Nuestros mayores -esos seres que nos apoyaron y nos sacaron adelante- necesitan vivir con dignidad la última etapa de su vida. Por lo pronto nuestras madres y padres deben sentirse arropados y útiles; es la mejor forma de seguir viviendo. Toda familia de bien debe formar un equipo sólido ante el reto de la vejez de sus familiares, de manera que ellos se sientan copartícipes de las tareas diarias y no pierdan la ilusión por seguir en la brega.

En época de vacaciones, en muchas familias los “mayores se convierten en un estorbo”, sin embargo en otras, son los abuelos los que están salvando las dificultades que se le presentan en el cuidado de los hijos a padres y madres que trabajan; al mismo tiempo la relación con sus nietos se hace más sólida, se sienten –con toda razón- imprescindibles. Decía Pablo Picasso “cuando me dicen que soy demasiado viejo para hacer una cosa, procuro hacerla enseguida”.

Mantener una buena calidad de vida favorece que en la vejez no nos convirtamos en una carga y podamos continuar con nuestra autonomía personal el mayor tiempo posible. Después de toda una vida trabajando nuestros mayores se merecen el mimo, la total consideración de los suyos y de la sociedad máxime cuando sabemos que en muchos momentos no se está guardando ese “respeto debido”. Deben participar de actividades lúdicas y de esparcimiento que ofrezcan los distintos estamentos sociales, aunque ésta no sea la única vía.

Los centros que los acogen no pueden convertirse en guarderías de mayores. Actividades que los relacionen con el mundo actual como: deportes, charlas coloquios, manualidades e informática -con el descubrimiento de Internet y todas sus posibilidades-, son vitales para sentirse seguro e integrado en la sociedad moderna. Pueblos y ciudades están obligados a adaptarse al reto que supone una abundante población mayor y todos como sociedad, debemos exigir las infraestructuras adecuadas con: parques, bancos, aparatos para hacer ejercicios al aire libre, así como espacios seguros y cómodos donde se puedan reunir.

Los presupuestos sociales en cuanto a la mal llamada tercera edad, no debe ser el vagón de cola de la crisis, puesto que todos nuestros progenitores han producido lo suficiente, durante su vida laboral, para tener en la vejez una situación digna. Los mayores de nuestras islas desean envejecer en casa, por lo que el entramado municipal y social debe favorecer esta situación mediante la correcta aplicación de la Ley de Dependencia.

Todos conocemos familias que no tienen más remedio que ingresar a sus seres queridos en un centro, cuando su salud no les permite seguir viviendo solos en sus domicilios; no obstante una buena implantación de redes de ayuda a domicilio, de rehabilitadores y de personal de compañía puede paliar el dolor que supone para muchos verse lejos de los suyos en un lugar desconocido y al final de la vida. Haber llegado a la vejez es todo un éxito y estar ahí con tu familiar hasta el último día puede ser altamente reconfortante tanto para el anciano como para los suyos.

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