VEJEZ
La segunda
Juventud
Escribe
H. REVERTE COMA
Profesor de Antropología Médica
Universidad Complutense-Madrid
A todos mis amigos de más de sesenta años recomiendo siempre la lectura de una obrita de CICERON titulada: Catón el Viejo o de la Vejez". Es un auténtico mensaje de esperanza y de alegría y una pauta de lo que se debe hacer para llegar joven a los ochenta años. Decía CICERÓN que en la confección de aquel libro, había hallado tal placer que no sólo había barrido todas las molestias inherentes a la vejez, sino que además, había hecho posible que esta fuese más suave y agradable.
Es también plácida y suave la vejez de una vida que se ha deslizado con sosiego, con integridad y elegancia como tenemos noticias de PLATON quien escribió hasta los 80 años. Lo mismo que ISOCRATES que a los 94 años escribió su mejor libro: "Panatenaicus" y que vivió hasta los 100 años con su mente clara. LEONTINO cumplió 107 años y jamás cesó en su estudio.
La segunda
Juventud
Escribe
H. REVERTE COMA
Profesor de Antropología Médica
Universidad Complutense-Madrid
A todos mis amigos de más de sesenta años recomiendo siempre la lectura de una obrita de CICERON titulada: Catón el Viejo o de la Vejez". Es un auténtico mensaje de esperanza y de alegría y una pauta de lo que se debe hacer para llegar joven a los ochenta años. Decía CICERÓN que en la confección de aquel libro, había hallado tal placer que no sólo había barrido todas las molestias inherentes a la vejez, sino que además, había hecho posible que esta fuese más suave y agradable.
Es también plácida y suave la vejez de una vida que se ha deslizado con sosiego, con integridad y elegancia como tenemos noticias de PLATON quien escribió hasta los 80 años. Lo mismo que ISOCRATES que a los 94 años escribió su mejor libro: "Panatenaicus" y que vivió hasta los 100 años con su mente clara. LEONTINO cumplió 107 años y jamás cesó en su estudio.
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Nada tengo contra la vejez, nada tengo de qué acusar a la vejez".
Las cosas verdaderamente importantes no se realizan con fuerza, velocidad y aceleración de los movimientos del cuerpo, sino con reflexión, autoridad y juicio, precisamente las cualidades que son propias de las edades avanzadas.
Alguna vez amigos que tengo de 90 años me dicen:
"La memoria me falla". Y yo les contesto:
La memoria no les falla a los viejos que la ejercitan, la inteligencia y la memoria se conservan en aquellas personas que se esfuerzan por guardarla.
Al contrario, lo más Frecuente es encontrar hombres y mujeres de 80 a 90 años con una memoria prodigiosa. Por mi trabajo de Profesor de en la Universidad Complutense de Madrid y tengo centenares de alumnos que están realizando interesantes trabajos de campo para hacer sus tesis doctorales sobre la Antropología de los pueblos de España.
Nada tengo contra la vejez, nada tengo de qué acusar a la vejez".
Las cosas verdaderamente importantes no se realizan con fuerza, velocidad y aceleración de los movimientos del cuerpo, sino con reflexión, autoridad y juicio, precisamente las cualidades que son propias de las edades avanzadas.
Alguna vez amigos que tengo de 90 años me dicen:
"La memoria me falla". Y yo les contesto:
La memoria no les falla a los viejos que la ejercitan, la inteligencia y la memoria se conservan en aquellas personas que se esfuerzan por guardarla.
Al contrario, lo más Frecuente es encontrar hombres y mujeres de 80 a 90 años con una memoria prodigiosa. Por mi trabajo de Profesor de en la Universidad Complutense de Madrid y tengo centenares de alumnos que están realizando interesantes trabajos de campo para hacer sus tesis doctorales sobre la Antropología de los pueblos de España.
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Una buena parte de estos trabajos de campo consiste en conversar con los más viejos del pueblo, hombres y mujeres y resulta que son sus mejores informadores. Es increíble la cantidad de cosas que saben. Son auténticos libros vivientes. Mis alumnos se pasan horas con ellos charlando y hay que ver la enorme memoria remota propia de esas edades que tienen aunque se les olvide lo que van a hacer cuando van de una habitación a la otra.
Es lo propio de la edad avanzada, memoria remota exaltada, memoria próxima disminuida.
Esos grandes conversadores son los hombres viejos del lugar que se pasan la jornada sentados en la plaza del pueblo, tomando el sol con su boina negra, su bastón su chaqueta de pana y quizás su bufanda al cuello, en grupos, contando sus historias, son para nosotros como los libros antiguos.
Pueden estar algo apolilladas por fuera, llenos quizás del polvo de los siglos, por dentro contienen riquísimos materiales, información única sobre los más variados temas, como por ejemplo, las plantas medicinales de la región, los remedios caseros, los refranes populares, las canciones y poesías casi olvidada: de otros tiempos, la historia de su pueblo, la historia de todo lo sucedido en los últimos 80 años, la que aún no está escrita.
Una buena parte de estos trabajos de campo consiste en conversar con los más viejos del pueblo, hombres y mujeres y resulta que son sus mejores informadores. Es increíble la cantidad de cosas que saben. Son auténticos libros vivientes. Mis alumnos se pasan horas con ellos charlando y hay que ver la enorme memoria remota propia de esas edades que tienen aunque se les olvide lo que van a hacer cuando van de una habitación a la otra.
Es lo propio de la edad avanzada, memoria remota exaltada, memoria próxima disminuida.
Esos grandes conversadores son los hombres viejos del lugar que se pasan la jornada sentados en la plaza del pueblo, tomando el sol con su boina negra, su bastón su chaqueta de pana y quizás su bufanda al cuello, en grupos, contando sus historias, son para nosotros como los libros antiguos.
Pueden estar algo apolilladas por fuera, llenos quizás del polvo de los siglos, por dentro contienen riquísimos materiales, información única sobre los más variados temas, como por ejemplo, las plantas medicinales de la región, los remedios caseros, los refranes populares, las canciones y poesías casi olvidada: de otros tiempos, la historia de su pueblo, la historia de todo lo sucedido en los últimos 80 años, la que aún no está escrita.
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La memoria no disminuye si se la ejercita. Nunca he oído hablar de un viejo que se olvidara del Lugar donde escondió su tesoro. Se acuerdan de todas las cosas en que se interesan, de los compromisos adquiridos, de sus deudores. La facultades mentales permanecen en los hombres y mujeres de 80 a 90 años con tal que permanezca el interés y la actividad.
Hay que conservar ilusiones en la segunda juventud que termina a los 100 años.
Pero no creáis dice CICERON a quien aludía al comienzo de estas líneas que sólo los que se dedican a las labores intelectuales llegan a nonagenarios. Puedo citar labradores, amigos míos íntimos, a los que nunca se encuentra ausentes en sus pueblos en ninguna de las operaciones agrícolas de importancia ya sea la siembra, la recolección o el almacenaje de granos y frutos.
Nadie es tan viejo que no piense vivir un año más, pero trabajan con el mismo entusiasmo en aquellas cosas aunque sepan que no recogerán el fruto de lo que siembran.
Plantad árboles que puedan aprovechar al siglo venidero.
La memoria no disminuye si se la ejercita. Nunca he oído hablar de un viejo que se olvidara del Lugar donde escondió su tesoro. Se acuerdan de todas las cosas en que se interesan, de los compromisos adquiridos, de sus deudores. La facultades mentales permanecen en los hombres y mujeres de 80 a 90 años con tal que permanezca el interés y la actividad.
Hay que conservar ilusiones en la segunda juventud que termina a los 100 años.
Pero no creáis dice CICERON a quien aludía al comienzo de estas líneas que sólo los que se dedican a las labores intelectuales llegan a nonagenarios. Puedo citar labradores, amigos míos íntimos, a los que nunca se encuentra ausentes en sus pueblos en ninguna de las operaciones agrícolas de importancia ya sea la siembra, la recolección o el almacenaje de granos y frutos.
Nadie es tan viejo que no piense vivir un año más, pero trabajan con el mismo entusiasmo en aquellas cosas aunque sepan que no recogerán el fruto de lo que siembran.
Plantad árboles que puedan aprovechar al siglo venidero.
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Recuerdo la anécdota de aquel anciano que tomó a su nieto de la mano, diciendo:
"Ven conmigo. Hoy vamos a sembrar".
El nieto le siguió obediente contemplando cómo su abuelo colocaba con cuidado una serie de palitos en la tierra y los regaba.
"Qué es lo que haces abuelo?
"Siembro manzanos".
Se quedó pensando el nieto y en su infantil lógica, dijo:
"Pero, Àpara qué siembras esos manzanos si cuando den fruto, quizás ya no estés en el mundo para comerlas?"
A lo que el abuelo contestó:
"Si mis padres y abuelos hubiesen pensado así, ni tú ni yo hubiéramos comido manzanas. Siembra hijo mío como siembro yo para que tus hijos y tus nietos puedan comer estas ricas manzanas que ahora vamos a sembrar para ellos".
ÁCuántos aprenden cosas nuevas en la ancianidad! Hay que emprender a la vejez con verdadero ardor las cosas que nos ilusionan.
Recuerdo la anécdota de aquel anciano que tomó a su nieto de la mano, diciendo:
"Ven conmigo. Hoy vamos a sembrar".
El nieto le siguió obediente contemplando cómo su abuelo colocaba con cuidado una serie de palitos en la tierra y los regaba.
"Qué es lo que haces abuelo?
"Siembro manzanos".
Se quedó pensando el nieto y en su infantil lógica, dijo:
"Pero, Àpara qué siembras esos manzanos si cuando den fruto, quizás ya no estés en el mundo para comerlas?"
A lo que el abuelo contestó:
"Si mis padres y abuelos hubiesen pensado así, ni tú ni yo hubiéramos comido manzanas. Siembra hijo mío como siembro yo para que tus hijos y tus nietos puedan comer estas ricas manzanas que ahora vamos a sembrar para ellos".
ÁCuántos aprenden cosas nuevas en la ancianidad! Hay que emprender a la vejez con verdadero ardor las cosas que nos ilusionan.
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SOCRATES aprendió a tocar la lira en su vejez y le dió muchas satisfacciones.
Os voy a contar un secreto. Yo mismo que me jubilo este año, he aprendido aunque no lo hago muy bien a tocar la flauta dulce a los 60 años y aunque la que ha padecido mis ensayos ha sido mi mujer que está ya un tanto harta de oírme, ahora le gusta cuando escucha un melodía si no me equivoco en las notas.
Subía en cierta ocasión la escalera de la Opera de París, el compositor francés Daniel Auber, acompañado de un contemporáneo, el cual, comentando el esfuerzo que a los dos les costaba aquel ejercicio, exclamó melancólicamente:
"Nos hacemos viejos, amigo Auber, nos hacemos viejos!", a lo que contestó el autor de Fra Diavolo:
- "Envejecer es el único modo de vivir mucho tiempo".
Auber pasó de los 90 años.
Tengo muchas más historias que contare a mis lectores sobre temas que interesan a la segunda juventud, la que va de los 60 a los 90 años.
SOCRATES aprendió a tocar la lira en su vejez y le dió muchas satisfacciones.
Os voy a contar un secreto. Yo mismo que me jubilo este año, he aprendido aunque no lo hago muy bien a tocar la flauta dulce a los 60 años y aunque la que ha padecido mis ensayos ha sido mi mujer que está ya un tanto harta de oírme, ahora le gusta cuando escucha un melodía si no me equivoco en las notas.
Subía en cierta ocasión la escalera de la Opera de París, el compositor francés Daniel Auber, acompañado de un contemporáneo, el cual, comentando el esfuerzo que a los dos les costaba aquel ejercicio, exclamó melancólicamente:
"Nos hacemos viejos, amigo Auber, nos hacemos viejos!", a lo que contestó el autor de Fra Diavolo:
- "Envejecer es el único modo de vivir mucho tiempo".
Auber pasó de los 90 años.
Tengo muchas más historias que contare a mis lectores sobre temas que interesan a la segunda juventud, la que va de los 60 a los 90 años.
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Algunos me conocéis porque habréis visto mis programas de la Serie de Televisión titulada "POR LA RUTA DE LOS DESCUBRIDORES que se emitió por TVE durante los años 1974 a 1977.
Si me lo permitís, creo que podemos iniciar aquí y ahora una fértil colaboración. Vosotros me contáis vuestras historias, las más interesantes lo que recordáis de vuestra vidas aquello que os ha dado más alegrías, más placer y más satisfacciones y me escribís.
Yo os contaré mis aventuras y hablará de las vuestras. Todos tenemos muchas aventuras interesantes que contar. Yo os contaré las que he vivido en las selvas, entre los indios, alrededor del mundo y todo lo que ido aprendiendo por ahí.
Será para vosotros y para mí una hermosa experiencia, una forma de volver a vivir, que es recordar.
Será para vosotros y para mí un mensaje de esperanza, una forma de crear ilusiones que quizás estén ahora dormidas, de justificar esta segunda juventud de que disfrutamos y que os deseo muy prolongada, llena de salud y bienestar.
Algunos me conocéis porque habréis visto mis programas de la Serie de Televisión titulada "POR LA RUTA DE LOS DESCUBRIDORES que se emitió por TVE durante los años 1974 a 1977.
Si me lo permitís, creo que podemos iniciar aquí y ahora una fértil colaboración. Vosotros me contáis vuestras historias, las más interesantes lo que recordáis de vuestra vidas aquello que os ha dado más alegrías, más placer y más satisfacciones y me escribís.
Yo os contaré mis aventuras y hablará de las vuestras. Todos tenemos muchas aventuras interesantes que contar. Yo os contaré las que he vivido en las selvas, entre los indios, alrededor del mundo y todo lo que ido aprendiendo por ahí.
Será para vosotros y para mí una hermosa experiencia, una forma de volver a vivir, que es recordar.
Será para vosotros y para mí un mensaje de esperanza, una forma de crear ilusiones que quizás estén ahora dormidas, de justificar esta segunda juventud de que disfrutamos y que os deseo muy prolongada, llena de salud y bienestar.
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El hombre o la mujer jubilados que están en una residencia, el hombre y la mujer del pueblo más recóndito de España que nadie conoce más que sus familiares, y en fin todos aquellos a los que llegue este mensaje estoy seguro de que disfrutarán leyendo sus propias experiencias que me van a contar a mí y yo se las devolveré con mis comentarios y mis propias vivencias. Se podrá establecer así un contacto que puede ser muy provechoso para todos y podrá estimular en quién nos lea el deseo de contarnos sus propias aventuras.
Salud y bienestar os deseo una vez más a todos.
Hasta la próxima
El hombre o la mujer jubilados que están en una residencia, el hombre y la mujer del pueblo más recóndito de España que nadie conoce más que sus familiares, y en fin todos aquellos a los que llegue este mensaje estoy seguro de que disfrutarán leyendo sus propias experiencias que me van a contar a mí y yo se las devolveré con mis comentarios y mis propias vivencias. Se podrá establecer así un contacto que puede ser muy provechoso para todos y podrá estimular en quién nos lea el deseo de contarnos sus propias aventuras.
Salud y bienestar os deseo una vez más a todos.
Hasta la próxima
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