jueves, 5 de noviembre de 2009

LOS TOPOS DE LA HISTORIA NO PARAN...




¿PARA QUÉ
UNA REVOLUCIÓN?

Escribe
JORGE ANICETO
MOLINARI (*)

El 7 de noviembre se cumplen 92 años del triunfo de la revolución rusa (25 de octubre en el calendario de la vieja Rusia), y 130 años del nacimiento de León Trotsky.-

La sociedad vivía intensamente los avatares de una terrible guerra y la agudización al máximo de todas las contradicciones sociales.- El sistema crujía por todos lados y la cadena amenazaba romperse en varios de sus eslabones.

Rusia había vivido el derrocamiento del Zar en la revolución de febrero del mismo año, pero la dirección de la sociedad estaba en plena crisis. Alguien dijo en la Duma (una especie de Parlamento): aquí no existe ningún partido que se pueda hacer cargo de la situación y lograr un gobierno viable. ¡Ese partido existe! Respondió Lenin.

Lenin en dura lucha interna en su propio partido, había avanzado un programa en abril, que muchos identificaban con la predica de León Trotsky de estatizar la economía; ese fue el programa de la revolución de octubre.- Lenin había construido el partido para llevarlo a cabo, pero el partido iba a vivir una nueva realidad: su vinculación directa al poder. En plena revolución Lenin escribió una obra monumental “El Estado y la Revolución”, para lograr, en primer lugar, que los cuadros dirigentes se compenetraran de los desafíos que estaban planteados.

La crisis capitalista comenzó un periodo en que la catástrofe que significaba la guerra, le permitía pasada la misma pensar en un nuevo auge; en la década del 20 llega el Charleston, pero duró poco. Prosperaron en el mundo corrientes fuertemente estatistas, a la que no pudo escapar la naciente revolución rusa, la burocracia estatal cambió de color pero no de procedimientos. La muerte de Lenin, y de dirigentes que aunque poco conocidos, de una enorme importancia como Svedrov en 1920, a causa del tifus, fueron debilitando la lucha ideológica y los objetivos iniciales.- La NEP (nueva economía política de Lenin) fue desmontada.-

El capitalismo conocía ahora el mayor desarrollo de los estados nacionales en toda su historia.- De distinto signo como en el caso de la Unión Soviética, pero organizados de manera tal que parecían una respuesta ideológica negativa, a lo que Lenin había escrito.-

La crisis de 1929, la segunda guerra mundial y el nacimiento del neoliberalismo, son los hechos posteriores que pautan esta época en que ya estamos entrados en una nueva tremenda gran crisis.

Hoy los desafíos tienen un marco universal como nunca antes, el desarrollo del aparato económico producto de la revolución técnico-científica tienen una dimensión global.

La contradicción que en 1917, en Rusia, se resolvió por la existencia de un Partido preparado para asumir la dirección de la sociedad en defensa de la gente, aunque históricamente su vigencia fue muy breve; hoy tiene características totalmente diferentes, con el agravante de que no son pocos en el mundo los que aún sueñan con una organización al estilo de los bolcheviques del 17 y en su propia revolución nacional.

A esto hay que sumarle el hecho de que en no pocos Estados, el auge de la democracia ha ido permitiendo el ingreso al poder de más y más sectores representativos de las gentes.- Estos sectores llegados al gobierno afrontan importantes desafíos: no es posible desengancharse de la economía mundial, y esta golpea duramente en el desarrollo de la crisis. Por otra parte la fractura social exige afrontarla, dentro del sistema, con medios sumamente escasos; teniendo en cuenta que el sistema tributario descansa en los impuestos al consumo y al trabajo.

Hoy repitiendo lo del 17 nos podrían decir: no hay en el mundo ninguna organización que pueda afrontar la actual situación y lo que se está haciendo a nivel nacional es lo que se puede hacer.-

El desafío es enorme, pero los medios existen, las ideas que Marx y Lenin (para señalar los más destacados) desarrollaron, muestran toda su fuerza.- El avance tecnológico permite apuntando al centro del funcionamiento del sistema, la circulación del dinero, ver que hay salidas de progreso.

El partido de Lenin vivió históricamente muy pocos años, porque que no, la humanidad pueda hoy responder con una organización que permita democratizar el funcionamiento de la economía.-

¿Para que la revolución?: para eso, para que nuestras cabezas comprendan una realidad que exige salidas urgentes. Socialismo o barbarie.
5 de noviembre de 2009
Jorge Aniceto Molinari
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(*) JORGE ANICETO MOLINARI: Militante sindical y político desde épocas estudiantiles (en Paysandú) Dirigente y militante gremial en AEBU, CNT. Participó en la fundación del Frente Amplio. Actual miembro titular en el Consejo Honorario de Caja Bancaria (por Jubilados y Pensionistas) Consecuente estudioso del camino que abriera Carlos Marx y empecinado en creer que un mundo mejor es posible. Partidario de la moneda unica universal y del impuesto a las transacciones financieras, militante de ATTAC.-

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