
EL PARTO
Tres días de parto y el hijo no salía:
–Tá trancado. El negrito tá trancado –dijo el hombre.
El venía d
e un rancho perdido en los campos.
Y el médico fue.
Maletín en mano, bajo el sol del mediodía, el médico anduvo hacia la lejanía, hacia la soledad, donde todo parece cosa del jodido destino; y llegó y vio.
Después se lo contó a Gloria Galván:
–La mujer estaba en las últimas, pero todavía jadeaba y sudaba y tenía los ojos muy abiertos. A mi me faltaba experiencia en cosas así. Yo temblaba. Estaba sin un criterio. Y en eso, cuando corrí la cobija, vi un brazo chiquito asomando entre las piernas abiertas de la mujer.
El médico se dio cuenta de que el hombre había estado tirando. El bracito estaba despellejado y sin vida, un colgajo sucio de sangre seca, y el médico pensó: No hay nada que hacer.
Y sin embargo, quien sabe por qué, lo acarició. Rozó con el dedo índice aquella cosa inerte y al llegar a la manito, súbitamente la manito se cerró y le apretó el dedo con alma y vida.
Entonces el médico pidió que le hirvieran agua y se arremangó la camisa.
EDUARDO GALEANO
“El Libro de los Abrazos”
–––
De: “EL PAIS de la COLA de PAJA” (*)
“El empleado vive siempre pendiente de la oficina; esta es el centro de su pequeño mundo. El amigo de la familia, los muchachos del barrio, son variantes de la amistad que tienden a desaparecer. (..) En el novicio que por primera vez gana un sueldo, hay una especie de deslumbramiento ante esos otros muchachotes experimentados y cancheros que de entrada le aconsejan como leer tiras cómicas en el cuarto de baño o como charlar de fútbol mientras se aparenta buscar la clásica, inencontrable diferencia. En general, los empleados de comercio cumplen con sus tareas; es un error suponer que (salvo en esas tradicionales jugarretas) esquivan el trabajo.
.
Pero el trabajo a veces se acaba y eso es siempre peligroso. La difundida consigna es no hacer propaganda del ocio, aun en los casos en que este es obligado. Hay que disimular, hay que aparentar que se trabaja. Es un máximo de respeto al patrón y un mínimo de respeto a si mismo. De ahí ese ejercicio del disimulo, inevitable dondequiera circulen planillas, recibos, comprobantes. Hoy en día el empleado que se estime, sabe que hay una forma de hacerse notar, de hacerse valer, y es convencer a sus superiores de que su función es compleja, engorrosa difícil.
.
En ese sentido, hay verdaderos maestros de la complicación y el aderezo, hábiles conversadores que convierten una simple gestión ante una oficina pública, en algo casi heroico. Curiosamente, ante los superiores o ante los patrones, esa cualidad suele ser una virtud y no un demérito. En esta hora del impudor mercantil cuando un comerciante quiere elogiar a uno de sus productores de ventas, suele decir: “Es un tipo hábil, sumamente inteligente, y sin ningún escrúpulo. Capaz de vender un buzón o un tranvía. Es genial, sencillamente genial.”
MARIO BENEDETTI
(*) “El País de la Cola de Paja”-bolsilibros ARCA-1960)
.
ALGUNA GENTE PENSO QUE...
El hombre arruinado lee su condición en los ojos de los demás con tanta rapidez que él mismo siente su caída.
SHAKESPEARE William
.
No puedes evitar que el pájaro de la tristeza vuele sobre tu cabeza, pero sí puedes evitar que anide en tu cabellera.
PROVERBIO CHINO
.
El amor tiene dos leyes: la primera, amar a los otros; la segunda, eliminar de nosotros aquello que impide a los otros amarnos.
CARREL Alexis
.
"Los hombres aprenden mientras enseñan."
SÉNECA, Lucio Anneo
–––
Tres días de parto y el hijo no salía:
–Tá trancado. El negrito tá trancado –dijo el hombre.
El venía d

Y el médico fue.
Maletín en mano, bajo el sol del mediodía, el médico anduvo hacia la lejanía, hacia la soledad, donde todo parece cosa del jodido destino; y llegó y vio.
Después se lo contó a Gloria Galván:
–La mujer estaba en las últimas, pero todavía jadeaba y sudaba y tenía los ojos muy abiertos. A mi me faltaba experiencia en cosas así. Yo temblaba. Estaba sin un criterio. Y en eso, cuando corrí la cobija, vi un brazo chiquito asomando entre las piernas abiertas de la mujer.
El médico se dio cuenta de que el hombre había estado tirando. El bracito estaba despellejado y sin vida, un colgajo sucio de sangre seca, y el médico pensó: No hay nada que hacer.
Y sin embargo, quien sabe por qué, lo acarició. Rozó con el dedo índice aquella cosa inerte y al llegar a la manito, súbitamente la manito se cerró y le apretó el dedo con alma y vida.
Entonces el médico pidió que le hirvieran agua y se arremangó la camisa.
EDUARDO GALEANO
“El Libro de los Abrazos”
–––
De: “EL PAIS de la COLA de PAJA” (*)

“El empleado vive siempre pendiente de la oficina; esta es el centro de su pequeño mundo. El amigo de la familia, los muchachos del barrio, son variantes de la amistad que tienden a desaparecer. (..) En el novicio que por primera vez gana un sueldo, hay una especie de deslumbramiento ante esos otros muchachotes experimentados y cancheros que de entrada le aconsejan como leer tiras cómicas en el cuarto de baño o como charlar de fútbol mientras se aparenta buscar la clásica, inencontrable diferencia. En general, los empleados de comercio cumplen con sus tareas; es un error suponer que (salvo en esas tradicionales jugarretas) esquivan el trabajo.
.
Pero el trabajo a veces se acaba y eso es siempre peligroso. La difundida consigna es no hacer propaganda del ocio, aun en los casos en que este es obligado. Hay que disimular, hay que aparentar que se trabaja. Es un máximo de respeto al patrón y un mínimo de respeto a si mismo. De ahí ese ejercicio del disimulo, inevitable dondequiera circulen planillas, recibos, comprobantes. Hoy en día el empleado que se estime, sabe que hay una forma de hacerse notar, de hacerse valer, y es convencer a sus superiores de que su función es compleja, engorrosa difícil.
.
En ese sentido, hay verdaderos maestros de la complicación y el aderezo, hábiles conversadores que convierten una simple gestión ante una oficina pública, en algo casi heroico. Curiosamente, ante los superiores o ante los patrones, esa cualidad suele ser una virtud y no un demérito. En esta hora del impudor mercantil cuando un comerciante quiere elogiar a uno de sus productores de ventas, suele decir: “Es un tipo hábil, sumamente inteligente, y sin ningún escrúpulo. Capaz de vender un buzón o un tranvía. Es genial, sencillamente genial.”
MARIO BENEDETTI
(*) “El País de la Cola de Paja”-bolsilibros ARCA-1960)
.
ALGUNA GENTE PENSO QUE...
El hombre arruinado lee su condición en los ojos de los demás con tanta rapidez que él mismo siente su caída.
SHAKESPEARE William
.
No puedes evitar que el pájaro de la tristeza vuele sobre tu cabeza, pero sí puedes evitar que anide en tu cabellera.
PROVERBIO CHINO
.
El amor tiene dos leyes: la primera, amar a los otros; la segunda, eliminar de nosotros aquello que impide a los otros amarnos.
CARREL Alexis
.
"Los hombres aprenden mientras enseñan."
SÉNECA, Lucio Anneo
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¿SERA CIERTO
QUE...EL HUMOR
ES COSA SERIA?
QUE...EL HUMOR
ES COSA SERIA?
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