miércoles, 17 de marzo de 2010

ENTRE TRIBUTOS Y GASTOS...¿QUE DEPARA EL FUTURO? (2)


TRIBUTACIÓN TOPEADA,
¿GASTO TAMBIÉN?


(2)

Escriben
HORACIO BAFICO
Y
GUSTAVO MICHELIN
Suplemento “Economía y Mercado
“El País” Lunes 15 de Marzo de 2010

Las visiones acerca del papel y la estructura adecuada de los impuestos han ido cambiando con el paso del tiempo. Sin embargo, ya nadie discute que los impuestos altos no sólo desalientan y distorsionan la actividad económica, sino que son ineficaces como instrumento de distribución del ingreso. La globalización presiona a la baja a los impuestos que recaen sobre los factores de producción más móviles, caso capital y, en los últimos tiempos, la mano de obra altamente calificada. La base de la tributación se va reduciendo entonces a aquellas actividades o factores cautivos, que no pueden desarrollarse en otro país. En tal sentido, el menú de opciones se va reduciendo a impuestos al consumo de base amplia (caso IVA), rentas derivadas de factores de producción inmóviles internacionalmente (salarios), o impuestos más altos que recaen sobre ciertos artículos cuyo consumo se considera nocivo para la sociedad (en nuestro país el Imesi al alcohol o el tabaco).
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En el Gráfico Nº 1 se muestra la evolución de la participación de esta recaudación "cautiva" en el total recaudado por la DGI. Para su construcción se consideró la suma de la recaudación conjunta del IVA, Cofis (mientras estuvo vigente), Imesi, IRP (hasta su derogación) e IRPF (desde su implementación), en relación a la suma de la recaudación bruta de la DGI y el IRP. Estos impuestos representan aproximadamente las tres cuartas partes de la recaudación. Los años en que cayó su participación fueron aquellos en los que se eliminó el adicional del IRP, implementado a raíz de la crisis de comienzos de la década. Como se puede apreciar, nuestro país no era ajeno a la tendencia mundial antes de la reforma tributaria del año 2007, ni lo sigue siendo después. El IVA y el IRPF, cuya recaudación proviene fundamentalmente de los gravámenes a los salarios, representan actualmente el grueso de la recaudación. El otro tributo importante es el IRAE, pero la globalización le impone un tope. Por otra parte, los regímenes promocionales de inversión lo perforan.
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El Gráfico Nº 2 complementa la información y muestra la recaudación de los principales impuestos en el último año. En definitiva, la fuente última del grueso de la recaudación descansa en los salarios, sea directamente al momento de generar el ingreso (IRPF) o indirectamente al gastarlo (IVA). Es en este contexto que el papel de los impuestos debe ser el de obtener los ingresos necesario para financiar el gasto público, generando las menores distorsiones posibles. Pero esos ingresos tienen un límite. No se puede aumentar indefinidamente la tasa impositiva que recae sobre las fuentes cautivas, ya que poniendo de ejemplo al IVA, no sólo se desalentaría el consumo, sino que se fomentaría la evasión, con lo que la recaudación, seguramente terminase cayendo.
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ACTIVIDAD. El Gráfico Nº 3 puede ayudarnos a entender el tema, observando lo que ocurre en nuestro país. Se presenta allí la recaudación del IVA como porcentaje del PIB. Puede observarse que, mientras la economía se recuperaba de la grave crisis del año 2002, aumentaba la participación del tributo, estabilizándose hacia el año 2007, cuando se recuperó el terreno perdido, en valores cercanos al 10%.
Ese guarismo es el máximo de recaudación que puede rendir el impuesto, y la estabilidad relativa que mostró en los últimos años nos dice que su recaudación ha evolucionado acorde al nivel de actividad. De hecho, dado que la información relativa al IVA se divulga con un mes de retraso, frente a los tres que transcurren en el caso del PIB, el seguimiento de la recaudación de este impuesto es un indicador de avance bastante preciso sobre la marcha de la economía. Yendo entonces a los números, vemos que en el pasado mes de enero, la recaudación bruta de la DGI, en términos reales, aumentó un 1,7% en relación a igual período de 2009. Sin embargo, la recaudación real del IVA cayó un 2,1%.
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A lo largo del pasado año aconteció algo similar ya que la recaudación de la DGI se incrementó un 4,1% en términos reales con respecto al 2008, en tanto que el IVA apenas creció un 0,9% real. En definitiva, durante el pasado año, y en el primer mes de 2010, no fue el impuesto más importante el que hizo crecer a la recaudación. En el cuadro que acompaña la nota se presenta la evolución de la recaudación de los principales impuestos a lo largo de los cuatro trimestres del pasado año. Se constata el escaso dinamismo del IVA frente al de los otros tributos.
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Lo primero que podemos decir respecto a esta evolución, es que los impuestos que crecen están relacionados con el pasado, pero poco nos pueden agregar respecto a la marcha presente de la economía. Por ejemplo el IRAE, que subió un 5% real en el último año, con crecimientos en tres de los cuatros trimestres. La caída fue en el segundo trimestre, debido a la menor contribución de UTE, debido al peor resultado en 2008 asociado a la sequía. Descontando el efecto de UTE, la recaudación del IRAE subió en ese lapso. Pero la suba explica el buen desempeño que mostraron las empresas en 2008. El resultado de 2009 fue más modesto, y eso se verá reflejado en la recaudación del presente año.
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El IPF crece de la mano del mayor empleo y del crecimiento de los salarios reales. En este caso las perspectivas son similares, el salario real ya no podrá seguir aumentando al mismo ritmo que en el pasado, so pena de afectar seriamente la competitividad de las empresas y el nivel de empleo. Como ya dijimos, el impuesto que mejor anticipa el nivel de actividad es el IVA, que subió modestamente en el último año, y cayó en enero del presente. Eso nos habla de una economía, que si bien no cayó en recesión, se desaceleró notoriamente. A la prudencia que están mostrando los uruguayos a la hora de gastar, debemos agregar una temporada turística que no colmó las expectativas.
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TOPES. Existe un límite a la presión tributaria, que depende del nivel de ingreso del país, su estructura productiva, demográfica, etc. El Banco Mundial en su informe anual del año 2004 analizó la desigualdad en América Latina, analizando entre otros temas la política tributaria en el hemisferio. Se señala allí que, en promedio, la presión tributaria está por debajo de lo que indica el desarrollo relativo de la región, o sea que existe capacidad de aumentar la carga tributaria. Sólo dos países se encuentran en la situación inversa, esto es, la presión fiscal está al límite, o un poco más allá. Se trata de Nicaragua y Uruguay. Ello quiere decir que, dados los fundamentos del país, la capacidad de la población de pagar impuestos llegó al máximo. En tal sentido, y en la medida que ello sea posible, debería caer la presión fiscal. Avanzando un paso más en el razonamiento, y teniendo en cuenta que la función de los impuestos es financiar el gasto público, debemos señalar que el nivel de los egresos públicos, en relación al PIB, no puede seguir aumentando ya que no existe financiamiento genuino para ello.
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Una nueva administración acaba de asumir la conducción del Estado. En estos primeros días se han bosquejado algunos lineamientos de lo que serán las principales líneas de acción para el próximo quinquenio. Nuevamente aparece el tema de la reforma del Estado como "la madre de todas las reformas". En el discurso que pronunciara el presidente Mujica en el Parlamento al asumir el cargo se preguntó, refiriéndose a la educación "¿a qué cosas debemos renunciar para darle más recursos a la educación?" reconociendo explícitamente las restricciones que enfrenta en materia de gastos. Esa pregunta es la que las nuevas autoridades deben hacer ante cada demanda que enfrenten, reclamando un gasto mayor. Si esa es la línea que prevalece y el gasto corriente resultante del Presupuesto Nacional no evoluciona por encima del crecimiento de largo plazo de la economía, se habrá dado un paso muy importante hacia una verdadera transformación del Estado.

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