Escribe
JORGE ANICETO
MOLINRI (*)
sipagola@adinet.com.uy
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(*) JORGE ANICETO MOLINARI: Militante sindical y político desde épocas estudiantiles (en Paysandú) Dirigente y militante gremial en AEBU, CNT. Participó en la fundación del Frente Amplio. Actual miembro titular en el Consejo Honorario de Caja Bancaria (por Jubilados y Pensionistas) Consecuente estudioso del camino que abriera Carlos Marx y empecinado en creer que un mundo mejor es posible. Partidario de la moneda unica universal y del impuesto a las transacciones financieras, militante de ATTAC.-
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Los lineamientos que rigen los sistemas tributarios en el mundo, tienen que ver con el modo de producción capitalista.
Nadie puede evadirse de estos lineamientos. De todos modos no todas las experiencias son iguales, y tampoco las peripecias que a partir de esto se viven en cada país.-
El Uruguay puso en marcha una adecuación tributaria, a la que llamó reforma tributaria y vistió de declaraciones sobre justicia tributaria.
Era lo que se podía hacer y se hizo.- Las criticas y propuestas que se hacen para mejorar o reformar el actual sistema tributario no se discuten en el plano ideológico y/o político y esto es una gran carencia porque revela la impotencia actual para pensar dentro de la crisis actual del sistema capitalista. Más allá de que hoy estas propias circunstancias hacen vivir al Uruguay un auge económico en medio de su fractura social.
Los planteos que para justificar una posición toman parcialmente la realidad son calificados de oportunismo tributario. No tenemos objeción.
Pero nos tomamos el atrevimiento de señalar que el sistema tributario que nos rige es en esencia un producto del oportunismo tributario.
Veamos lo que decía el Ministerio de Economía en febrero del 2006 para explicar la reforma tributaria:
“Existen dos restricciones básicas a la mejora de la equidad tributaria: una de carácter internacional y otra propia de nuestra realidad. La restricción internacional está íntimamente vinculada a un fenómeno relativamente reciente, cuya presencia se manifiesta en cada uno de nuestros actos cotidianos: la globalización. Hoy con las nuevas tecnologías, los flujos de capital se mueven de un modo casi irrestricto, en el escenario de una competencia despiadada. La tributación sobre los rendimientos del capital es uno de los elementos –no el único- que incide en su localización, por lo que los países han disminuido drásticamente la imposición sobre tales rendimientos. . Por otra parte, dado que el Estado debe hacer frente a sus fines esenciales, la única forma de financiamiento legitimo provendrá de otras fuentes tributarias: básicamente las rentas de los factores menos móviles, como las provenientes del trabajo. ¿Es justo que quienes obtienen rentas del trabajo tributen más que quienes perciben rentas del capital? Desde luego que no. Sin embargo, nos guste o no, esa es la situación que debemos afrontar.-
Sobre esa realidad –a la que el experto italiano Vito Tanzi ha aludido como “la degradación de los sistemas tributarios” – no tenemos capacidad de incidir. Está ahí y nos marca una frontera ineludible. Si acudiésemos al expediente de prescindir de ella – estableciendo por ejemplo un sistema de imposición a la renta con tasas marginales muy elevadas aplicable a todas las rentas por igual – obtendríamos como resultado importantes niveles de evasión y elusión, retracción en la captación de inversiones de riesgo y de fuentes de financiamiento, lo que no solo afectaría la tesorería, sino las posibilidades de crear nuevos empleos y por lo tanto mayor bienestar “
Creemos que todos debemos hacer un esfuerzo para entender que está pasando realmente en la economía y no parapetarse cada uno en su posición no admitiendo el análisis más profundo de los hechos.
Se ha hablado también y es correcto, en la necesidad de equilibrios, necesarios para que la economía se desenvuelva.- Lo que no es correcto es no señalar que hoy el equilibrio de la economía mundial está basado en fuertes e innumerables desequilibrios. Y que nuestro destino está marcado por la suerte de estos, que hacen por ejemplo que los comodities tengan hoy el valor que tienen.-
Esos desequilibrios conducen inexorablemente a la guerra o a reformas de la que Uruguay debe ser partícipe, nos lo exige la suerte de las futuras generaciones.
Jorge Aniceto Molinari
JORGE ANICETO
MOLINRI (*)
sipagola@adinet.com.uy
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(*) JORGE ANICETO MOLINARI: Militante sindical y político desde épocas estudiantiles (en Paysandú) Dirigente y militante gremial en AEBU, CNT. Participó en la fundación del Frente Amplio. Actual miembro titular en el Consejo Honorario de Caja Bancaria (por Jubilados y Pensionistas) Consecuente estudioso del camino que abriera Carlos Marx y empecinado en creer que un mundo mejor es posible. Partidario de la moneda unica universal y del impuesto a las transacciones financieras, militante de ATTAC.-
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Los lineamientos que rigen los sistemas tributarios en el mundo, tienen que ver con el modo de producción capitalista.
Nadie puede evadirse de estos lineamientos. De todos modos no todas las experiencias son iguales, y tampoco las peripecias que a partir de esto se viven en cada país.-
El Uruguay puso en marcha una adecuación tributaria, a la que llamó reforma tributaria y vistió de declaraciones sobre justicia tributaria.
Era lo que se podía hacer y se hizo.- Las criticas y propuestas que se hacen para mejorar o reformar el actual sistema tributario no se discuten en el plano ideológico y/o político y esto es una gran carencia porque revela la impotencia actual para pensar dentro de la crisis actual del sistema capitalista. Más allá de que hoy estas propias circunstancias hacen vivir al Uruguay un auge económico en medio de su fractura social.
Los planteos que para justificar una posición toman parcialmente la realidad son calificados de oportunismo tributario. No tenemos objeción.
Pero nos tomamos el atrevimiento de señalar que el sistema tributario que nos rige es en esencia un producto del oportunismo tributario.
Veamos lo que decía el Ministerio de Economía en febrero del 2006 para explicar la reforma tributaria:
“Existen dos restricciones básicas a la mejora de la equidad tributaria: una de carácter internacional y otra propia de nuestra realidad. La restricción internacional está íntimamente vinculada a un fenómeno relativamente reciente, cuya presencia se manifiesta en cada uno de nuestros actos cotidianos: la globalización. Hoy con las nuevas tecnologías, los flujos de capital se mueven de un modo casi irrestricto, en el escenario de una competencia despiadada. La tributación sobre los rendimientos del capital es uno de los elementos –no el único- que incide en su localización, por lo que los países han disminuido drásticamente la imposición sobre tales rendimientos. . Por otra parte, dado que el Estado debe hacer frente a sus fines esenciales, la única forma de financiamiento legitimo provendrá de otras fuentes tributarias: básicamente las rentas de los factores menos móviles, como las provenientes del trabajo. ¿Es justo que quienes obtienen rentas del trabajo tributen más que quienes perciben rentas del capital? Desde luego que no. Sin embargo, nos guste o no, esa es la situación que debemos afrontar.-
Sobre esa realidad –a la que el experto italiano Vito Tanzi ha aludido como “la degradación de los sistemas tributarios” – no tenemos capacidad de incidir. Está ahí y nos marca una frontera ineludible. Si acudiésemos al expediente de prescindir de ella – estableciendo por ejemplo un sistema de imposición a la renta con tasas marginales muy elevadas aplicable a todas las rentas por igual – obtendríamos como resultado importantes niveles de evasión y elusión, retracción en la captación de inversiones de riesgo y de fuentes de financiamiento, lo que no solo afectaría la tesorería, sino las posibilidades de crear nuevos empleos y por lo tanto mayor bienestar “
Creemos que todos debemos hacer un esfuerzo para entender que está pasando realmente en la economía y no parapetarse cada uno en su posición no admitiendo el análisis más profundo de los hechos.
Se ha hablado también y es correcto, en la necesidad de equilibrios, necesarios para que la economía se desenvuelva.- Lo que no es correcto es no señalar que hoy el equilibrio de la economía mundial está basado en fuertes e innumerables desequilibrios. Y que nuestro destino está marcado por la suerte de estos, que hacen por ejemplo que los comodities tengan hoy el valor que tienen.-
Esos desequilibrios conducen inexorablemente a la guerra o a reformas de la que Uruguay debe ser partícipe, nos lo exige la suerte de las futuras generaciones.
Jorge Aniceto Molinari
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