domingo, 27 de marzo de 2011

LA EDUCACION, TEMA TRASCENDENTE EN LA OPINION DE KRUGMAN...

EMPLEO: LA EDUCACION NO ES LA RESPUESTA. . .
Escribe PAUL KRUGMAN (*)
Fuente: “Clarin” 13 de marzo 2011 .
(*) PAUL ROBIN KRUGMAN (1953) es un economista, divulgador y periodista norteamericano, cercano a los planteamientos neokeynesianos. Actualmente es profesor de Economía y Asuntos Internacionales en la Universidad de Princeton. Desde 2000 escribe una columna en el periódico New York Times y, también, para el periódico peruano Gestión y el colombiano “La República”. En 2008 fue galardonado con el Premio Nobel de Economía. Ha escrito más de 200 artículos y 21 libros -alguno de ellos académicos .

Es una verdad universalmente aceptada que la educación es la clave del éxito económico. Todo el mundo sabe que los empleos del futuro requerirán niveles de capacitación más altos que nunca. Es por esto que, en una reciente aparición junto al ex gobernador de Florida Jeb Bush, el presidente Obama declaró que "si queremos más buenas noticias sobre el empleo, tenemos que hacer más inversiones en educación".

Pero lo que todo el mundo sabe es equivocado. Un día después del encuentro Obama-Bush, The Times publicó un artículo acerca del uso creciente de software para realizar investigaciones legales. Resulta que las computadoras pueden analizar rápidamente millones de documentos, haciendo de un modo muy económico una tarea que requería ejércitos de abogados y asistentes.

En este caso, entonces, el progreso tecnológico está reduciendo, de hecho, la demanda de trabajadores con un alto nivel de educación. Y la investigación legal no es un ejemplo aislado. Como lo señala el artículo, el software también viene reemplazando a los ingenieros en tareas tales como el diseño de microprocesadores.

La idea de que la tecnología moderna elimina sólo empleos poco calificados, que los trabajadores con una sólida educación son claros ganadores, puede ser dominante en la discusión pública, pero se desactualizó hace décadas. El hecho es que desde 1990 aproximadamente el mercado laboral de EE.UU. se ha caracterizado no por un aumento generalizado de la demanda de capacitación, sino por un "vaciamiento": los empleos con mejor remuneración y los de salarios bajos crecieron rápidamente, no así los empleos de salarios medios, la clase de trabajos de los que dependemos para sostener a una fuerte clase media.

El agujero en el medio se fue agrandando; muchas de las ocupaciones bien remuneradas que experimentaron un rápido crecimiento en los 90 han crecido más lentamente en los últimos tiempos, aun cuando se aceleró el crecimiento del empleo de salarios bajos. ¿Por qué ocurre esto? La creencia de que la educación es cada vez más importante se basa en la noción ¬que suena plausible¬ de que los avances tecnológicos incrementan las oportunidades laborales para quienes trabajan con información; dicho en términos más sencillos, que las computadoras ayudan a los que trabajan con la cabeza y que perjudican a los que trabajan con las manos.
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Sin embargo, algunos años atrás, los economistas David Autor, Frank Levy y Richard Murnane argumentaron que esta era una manera errada de pensar el tema. Las computadoras, señalaron, sobresalen en tareas rutinarias, "tareas cognitivas y manuales que pueden realizarse siguiendo reglas explícitas".


Así, cualquier tarea rutinaria ¬categoría que abarca diversos trabajos administrativos, no manuales¬ está en la línea de fuego. Por el contrario, los trabajos que no se pueden llevar a cabo siguiendo reglas explícitas ¬categoría que incluye diversas clases de trabajo manual, desde choferes de camiones hasta porteros de edificios ¬tenderán a crecer aun a pesar del progreso de la tecnología.


Difícil de automatizar Y he aquí el nudo de la cuestión: la mayor parte del trabajo manual que todavía se hace en nuestra economía parece ser del tipo del que es difícil de automatizar. En particular, en momentos en que los trabajadores del sector manufacturero tienen en Estados Unidos un nivel de desempleo inferior al 6%, no hay muchos empleos de línea de producción que se puedan perder.


Mientras tanto, buena parte del trabajo administrativo que hoy realizan trabajadores con un alto nivel de educación y una remuneración relativamente elevada, pronto podrían ser computarizados. Las aspiradoras-robot (roombas) son lindas, pero todavía falta mucho para que haya porteros-robot; por su parte, la investigación legal automatizada y el diagnóstico médico por computadora ya están aquí. Y también hay que considerar la globalización.

En otra época, sólo los obreros de fábrica tenían que preocuparse por la competencia de otros países, pero la combinación de computadoras y telecomunicaciones hizo posible proveer muchos servicios desde lejos. Y la investigación de mis colegas de Princeton Alan Blinder y Alan Krueger sugiere que los empleos bien pagos realizados por trabajadores con un alto nivel de educación tienden a ser más "tercerizables" que los trabajos realizados por trabajadores menos calificados y con sueldos bajos

De ser así, el crecimiento del comercio internacional de servicios agudizará aún más el vaciamiento del mercado laboral estadounidense. Lo que la universidad no puede ¿Pero, todo esto, qué dice de la política? Sí, necesitamos corregir la educación estadounidense. En particular, las desigualdades que experimentan los norteamericanos desde la línea de partida ¬los chicos brillantes de familias pobres tienen menos posibilidades de terminar la universidad que los chicos mucho menos capaces de familias ricas¬ no son solamente una atrocidad: representan un descomunal desperdicio del potencial humano de la nación.

Pero hay cosas que la educación no puede hacer. En especial, la noción de que poner más chicos en la universidad puede devolvernos la sociedad con clase media que supimos tener es una expresión de deseos. Ya no es tan cierto que un título universitario garantiza un buen empleo, y con el correr de las décadas es cada vez menos cierto. Por eso, si queremos una sociedad con más prosperidad para todos, la educación no es la respuesta: tendremos que ocuparnos de construir esa sociedad directamente.

Tenemos que restablecer el poder de negociación que la fuerza laboral perdió en los últimos 30 años, de modo que los trabajadores comunes así como las superestrellas puedan negociar buenas remuneraciones. Debemos garantizar las necesidades básicas, sobre todo el cuidado de la salud, para todos los ciudadanos. Lo que no podemos hacer es llegar adonde queremos ir simplemente otorgándoles a los trabajadores títulos universitarios, que pueden ser no más que pasaportes a empleos que no existen o no pagan salarios de clase media.

COMENTARIO
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Escribe
JORGE ANICETO MOLINARI 26 de marzo de 2011 .
¿DÓNDE TRABAJARÁN
NUESTROS NIETOS Y LOS NIETOS DE NUESTROS ADVERSARIOS? .
Ya en 1995 el catedrático de EE.UU. Jeremy Rifkin publicó “El fin del trabajo”, donde abordaba precisamente esta temática.-

Nuestra primera preocupación tanto ante el libro de Rifkin como ante esta nota de Krugman es que sería terrible para una sociedad como la actual, desmotivar la preparación de los jóvenes, pero la preocupación es real: ¿Dónde trabajarán nuestros nietos y los nietos de nuestros adversarios?, o mejor expresado como obtendrán sus sustentos.-

Lo primero es nuestra convicción de que el sistema capitalista tal como es en la actualidad no tiene soluciones para el tema. Pero tampoco la tiene para la crisis atómica actual que tiene su epicentro en Japón. O para cada una de las crisis actuales se desarrollen donde se desarrollen.

Lo que Krugman no admite al menos expresamente, es que el sistema ha llegado a sus límites y necesita medidas de transición que lo ayuden a morir en paz.

Hoy Cuba bloqueada infamemente y con un montón de problemas de organización empresarial, también del trabajo, da un ejemplo al mundo donde su gente preparada al mejor nivel para servir al resto de la sociedad, como pasa con la salud y la enseñanza, es ejemplo moral para el mundo.

La crisis que Krugman señala es la de una enseñanza que prepara egresados para ser funcionales al sistema y para emplearse en el mismo, el problema es que el sistema se adentra cada vez más en la mayor crisis de su historia, donde están haciendo lo que siempre hicieron para salir de la crisis: la guerra.

Además para hacer la guerra cada vez se necesita menos gente y a su vez son cada vez mayores las víctimas.- Seguramente en un futuro cercano si el mundo unido, o lo mejor de la humanidad unida, logra vencer a los guerreristas, nuestros nietos tendrán oportunidad de trabajar honestamente en empresas del complejo empresarial multinacional o al servicio de instituciones con base en los Estados y en las comunas.

Para ese entonces habrán muerto los paraísos fiscales y el sistema impositivo medido por una unidad monetaria universal ya no será este actual, que va contra los ingresos en salarios y pensiones y que tiene su centro en el impuesto al consumo.

Para esta tarea necesitamos que tanto Rifkin como Krugman no se queden en la orilla y avancen en su razonamiento.

Jorge Aniceto Molinari
26 de marzo de 2011.-

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