2) Desde este otro enlace pueden llegar a la nota de Jorge Aniceto Molinari “ EN LA CRUZ DE LOS CAMINOS” ( a la que se refiere Jorge en su comentario) aquí en el Blog en el que estuvo varios días en el mes de marzo pasado:
http://cajaencrisis.blogspot.com/2011/03/la-izquierda-ideologicamente-paralizada.html
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LIBIA, LO JUSTO Y LO INJUSTO
Escribe
IGNACIO RAMONET (*)
“LE MONDE Diplomatique”
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(*) Ignacio Ramonet (1943 España) Entre 1990 y 2008 fue director de Le Monde Diplomatique. Es doctor en Semiología e Historia de la Cultura por la École des Hautes Études en Sciences Sociales (EHESS) de París y catedrático de Teoría de la Comunicación en la Universidad Denis-Diderot (Paris-VII). Especialista en geopolítica y estrategia internacional y consultor de la ONU, actualmente imparte clases en la Sorbona de París.
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Lo que sigue esta sacado de contexto por el BLOG
.Los insurgentes libios merecen la ayuda de todos los demócratas. El coronel Gadafi es indefendible. La coalición internacional que lo ataca carece de credibilidad. No se construye una democracia con bombas extranjeras. Por ser en parte contradictorias, estas cuatro evidencias nutren cierto malestar, en particular en el seno de las izquierdas, con respecto a la operación Amanecer de la Odisea comenzada el pasado 19 de marzo.
La insurrección de las sociedades árabes constituye el mayor acontecimiento político internacional desde el derrumbe, en Europa, del socialismo autoritario de Estado en 1989. La caída del muro del Miedo en las autocracias árabes es el equivalente contemporáneo de la caída del muro de Berlín. Un auténtico terremoto mundial. Por producirse en el área de mayores reservas de hidrocarburos del planeta, y en el epicentro del "foco perturbador" del mundo (ese "arco de todas las crisis" que va de Pakistán al Sahara Occidental, pasando por Irán, Afganistán, Irak, Líbano, Palestina, Somalia, Sudán, Darfur y Sahel), su onda de expansión modifica toda la geopolítica internacional.
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Mucho más sorprendente fue, durante esta primera fase (de mediados de diciembre a mediados de febrero), el silencio de los gobiernos progresistas de América Latina, considerados por toda una parte de la izquierda internacional como su principal referente contemporáneo. Sorpresa tanto más grande puesto que estos Gobiernos tienen mucho en común con el movimiento insurreccional árabe: habían llegado al poder mediante las urnas, aupados por poderosos movimientos sociales (en Venezuela, Brasil, Uruguay y Paraguay) que, en varios países (Ecuador, Bolivia, Argentina), después de haber resistido a dictaduras militares, también habían derrocado pacíficamente a gobernantes corruptos.
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Inmediata debía de haber sido allí la solidaridad con las insurrecciones árabes, réplicas de sus propios alzamientos cívicos. No lo fue. Y eso que el carácter izquierdista del movimiento no ofrecía dudas. El conocido intelectual egipcio Samir Amin lo describe así: "Las fuerzas principales en movimiento durante los meses de enero y de febrero eran de izquierdas. Demostraron que tenían una resonancia popular gigantesca pues llegaron a movilizar a ¡más de quince millones de manifestantes en todo Egipto! Los jóvenes, los comunistas, fragmentos de las clases medias democráticas constituyeron la columna vertebral de ese movimiento"
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Pero cuando, naturalmente, esa rebelión se extendió a los Estados autoritarios del mal llamado "socialismo árabe" (Argelia, Libia, Siria), cayó de nuevo un pesado mutismo en las capitales del progresismo latinoamericano. Políticamente podía aún interpretarse de dos maneras: simple prolongación del prudente silencio que hasta entonces, globalmente, habían observado esas cancillerías con respecto a acontecimientos muy alejados de sus principales centros de interés; o expresión de un malestar político frente al riesgo de perder, en su pulso con el imperialismo, a aliados estratégicos...
-COMENTARIO de
JORGE ANICETO MOLINARI
No ha habido en la historia de la humanidad una movilización de masas mayor que la que provocó la segunda guerra mundial, compañeros de la izquierda europea no han sacado aún buenas conclusiones de esto.-
No basta con la movilización es necesario un programa, y hoy las masas y la izquierda no lo tienen, navegan en las aguas brucelosas de las estatizaciones, necesarias cuando hay que organizar la defensa de la gente pero insuficientes para abordar la organización empresarial del mundo actual.-
La derecha mundial estimula las movilizaciones en los países árabes, movilizaciones que surgen del derecho de los pueblos a una vida mejor, pero que ellos buscan controlar en el marco del caos capitalista.- Lo hicieron en el mismo sentido, con las guerrillas en America Latina, jugaron con fuego y Cuba se les fue de las manos, era la mejor forma de romper los movimientos de masas. Lo habían hecho antes en la guerra civil española utilizando el juego miserable del stalinismo y la tradición heroica del comunismo español.-
El Presidente bolivariano Hugo Chávez, ha estado conciente de esta situación y sus propuestas van en el sentido de la defensa de la gente; hicimos esta valoración en una pequeña nota llamada “En la cruz de los caminos” con fecha 20 de marzo de 2011.-
Lo grave del planteo del compañero Ramonet, es que no hay ninguna valoración de la relación de esta crisis con la que está viviendo Europa.- La derecha europea no juega a la democracia en el mundo árabe juega a la guerra para equilibrar los desaguisados internos que son cada vez mayores.- Sería terrible que una vez más una izquierda europea acompañe las aventuras de guerra que en este caso además con la crisis energética tiene consecuencias suicidas para la sociedad humana toda.
Jorge Aniceto Molinari
4 de abril de 2011.-
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