viernes, 27 de mayo de 2011

EL CALENTAMIENTO GLOBAL NO ESTA CONFORMADO POR UNA UTOPIA

LATINOAMÉRICA:
LLUVIAS DE LA MANO HUMANA

Escribe
ODALYS
TROYA FLORES (*)
(PRENSA LATINA)
27 de mayo de 2011
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(*) ODALYS TROYA FLORES. Licenciada en Educación, especialidad de Español y Literatura, desde 1990. Periodista desde el 2001. Ejerce actualmente en la agencia Prensa Latina de Cuba, en la Redacción de América Latina y el Caribe y en carácter de Enviado itinerante cubre acciones en el continente.
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La Habana, (PL) Pictografías en las paredes de las cuevas, danzas y cantos ceremoniales, fueron algunas de las maneras usadas por nuestros ancestros para invocar a las deidades encargadas de hacer que lloviera. Si después de la petición, la lluvia caía, era bienvenida e interpretado el hecho como una buena señal. Un temporal muy fuerte, en cambio, podría verse como un castigo. En los últimos meses, desde fines del pasado año a la fecha, pudiera parecer que poblaciones del norte de Suramérica, en especial de Colombia y Venezuela, por la cantidad excesiva de precipitaciones, sufren una especie de punición.

Lo cierto es que los aguaceros han dejado un cuantioso número de damnificados, inundaciones, deslaves, graves daños a redes viales, cultivos, viviendas, y presas colapsadas, en toda esa región. En Colombia, de acuerdo con el Departamento Administrativo Nacional de Estadística, el agua caída desde 2010 dejó más de 400 muertos, unos tres millones de afectados e incontables pérdidas económicas, por lo que se considera que este ha sido el peor invierno en la historia del país.

Igualmente en Venezuela, las lluvias de fines del pasado año, fueron mayores que las ocurridas durante la llamada Tragedia de Vargas, en 1999, aunque con las medidas aplicadas por el gobierno del presidente Hugo Chávez, como la creación de refugios para las personas proclives a ser afectadas, se evitaron más pérdidas de vidas humanas. Las autoridades de esa nación habilitaron cerca de mil albergues y pusieron en marcha un plan de construcción de viviendas con prioridad para quienes perdieron sus hogares en el temporal.

En estos momentos, las precipitaciones obligaron a las autoridades a declarar alerta en nueve estados venezolanos, y la situación más grave se presenta en Los Andes del país. Según expertos de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), el fenómeno climático La Niña es el responsable de esas lluvias torrenciales, que también dejó sus estragos en Brasil, Australia, Filipinas y Sri Lanka Por suerte, después de tanto desastre, de acuerdo con la OMM, para el segundo semestre de 2011 se esperan tiempos con menos agua.

En un comunicado, la organización mundial, con sede en Ginebra, descartó también un regreso del fenómeno contrario, conocido como El Niño. La Niña se caracteriza por temperaturas frías y perdurables más de lo normal en el océano Pacífico central y oriental. Tiene impacto sobre los patrones meteorológicos globales, mientras que El Niño destaca por sus temperaturas superiores a lo normal. Ambos, los ejemplos más evidentes de los cambios climáticos globales, perturban los regímenes de circulación oceánica y atmosférica a gran escala y tienen importantes repercusiones en numerosas regiones del planeta.

EL CASTIGO QUE NO CESA
Tanta lluvia con tanto desastre es consecuencia de la actividad humana, consideran los expertos quienes insisten en que el cambio climático va a generar un gran impacto en Latinoamérica. Debido a la emisión de gases de efecto invernadero, responsables del calentamiento global, como el dióxido de carbono, gas metano, óxido nitroso, hidrofluorocarbonos, perfluorocarbonos y hexafluoruro de azufre, se estima que habrá un incremento sostenido de las temperaturas en la región. Será de tal magnitud que podrían llegar a alcanzar los seis grados centígrados al final del siglo.

Tal situación provocará en pocas décadas el aumento del nivel del mar, la disminución del agua potable y las tierras fértiles, la contaminación de los océanos y la desaparición de muchas de sus especies.También generará más incendios forestales, afectaciones a zonas costeras debido al incremento del nivel del mar, daños a la salud y el aumento de la mortalidad por eventos extremos como huracanes. Incluso ya se advierte que los conflictos, hasta los bélicos, aumenten entre los países por el maneo del agua potable.

Durante la XVI Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, realizada en Cancún, México, se concluyó que el costo económico por esta causa será de más del uno por ciento del Producto Interno Bruto anual de la región. Las naciones andinas Centroamérica y el Caribe, serían las de mayores afectaciones porque son más susceptibles al calentamiento global. En tanto, en la Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra, celebrada el 22 de Abril Cochabamba, Bolivia, se concluyó que el sistema capitalista es el máximo responsable del cambio climático.

Y es que, señala el Acuerdo de los Pueblos, el capitalismo "nos ha impuesto una lógica de competencia, progreso y crecimiento ilimitado. "Este régimen de producción y consumo - añade- busca la ganancia sin límites, separando al ser humano de la naturaleza, estableciendo una lógica de dominación sobre ésta, convirtiendo todo en mercancía: el agua, la tierra, el genoma humano, las culturas ancestrales, la biodiversidad, la justicia, la ética, los derechos de los pueblos, la muerte y la vida misma. En el encuentro de Bolivia, contraparte de la Cumbre de Copenhague en la cual los países representados no llegaron a un acuerdo vinculante sobre el cambio climático que permita relevar el protocolo de Kyoto el cual expira en 2012, los participantes plantearon la necesidad de reconocer a la Madre Tierra como la fuente de la vida.

Asimismo, propusieron forjar un nuevo sistema basado en los principios de armonía y equilibrio entre todos y con todo, en el bienestar colectivo y satisfacción de las necesidades fundamentales en armonía con la Pachamama, entre otros, para enfrentar el cambio climático También exigieron a los países desarrollados, principales causantes del cambio climático, que asuman su responsabilidad histórica y actual, y que reconozcan y honren su deuda con la naturaleza en todas sus dimensiones.Esa sería, según consideran, la base para una solución justa, efectiva y científica al cambio climático.

Mientras otros países sufren sequías extremas, ya hace casi un año que no deja de llover en Colombia y Venezuela, podría decirse que escampa a intervalos. Esas precipitaciones, con su dura huella también en Brasil y otras naciones del continente, van de la mano de las nefastas prácticas humanas.Sin dudas, no se trata del castigo de las deidades, sino los efectos del calentamiento global, que en Latinoamérica ya está derritiendo los glaciares de los Andes y amenaza a las grandes extensiones boscosas del Amazonas.
 

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