lunes, 9 de mayo de 2011

POLITICA Y REALIDAD CON VARIOS ENFOQUES ¿Y SOBRE LA GENTE CON SUS ESPERANZAS Y SUS ESPERAS...QUE SE LES DICE...?

 DANILO ASTORI: “Para conocer la pasión, el entusiasmo, el compromiso más pleno hay que mirar la propia experiencia; no alcanza con los relatos …”
JORGE MOLINARI “…como que hubiéramos arribado al puerto con el que soñamos toda la vida ...el riesgo cierto es de que el cambio en el viento…”

DANILO ASTORI:
¿PODEMOS ENTUSIASMARNOS?

(UyPress - Agencia Uruguaya de Noticias)

En estos días he participado en diversas actividades y he leído algunos textos, donde sobrevolaba esta interrogante. En realidad, muchas veces me he interrogado sobre la relación entre la razón y la pasión, entre el análisis político y el entusiasmo.

No hay recetas, ni invocaciones posibles para convocar a la pasión, a las ganas y el entusiasmo por las causas políticas. No es tampoco un problema de edades. Aunque creo que hoy en día los jóvenes son los menos receptivos a las pasiones políticas.

No pretendo en absoluto proponer caminos, ensayar propuestas, para que colectivamente nos entusiasmemos en este complejo proceso que estamos viviendo. Es una reflexión que necesito compartir, pero que tiene valor para mi mismo. Los cargos, por importantes que parezcan o sean, no son una garantía de pasiones. A menos que nos rebajemos a la pasión por los cargos. Esa ya será otra cosa.

No puedo evitar mirar hacia el pasado. Para conocer la pasión, el entusiasmo, el compromiso más pleno hay que mirar la propia experiencia; no alcanza con los relatos, con historias verdaderas, pero ajenas, o con la buena literatura. Hay que mirarse dentro de cada uno de nosotros.

Recuerdo cuando en la universidad, como estudiante, como docente o decano, la épica de nuestras convicciones estaba a flor de piel, con el peligro y las tensiones al máximo. ¿Pero era ese el motivo de nuestras pasiones? Una parte; la otra, la más importante eran nuestros sueños, nuestros sueños posibles y alcanzables, es decir la lucha por alcanzar un mundo diferente, donde la justicia, la más absoluta libertad, la igualdad de las oportunidades y las capacidades, fuera posible y cotidiano.

Era ese gran objetivo el que condicionaba nuestra vida personal, nuestros estudios, nuestros esfuerzos, nuestras pasiones, nuestra propia identidad. Y nos permitía afrontar todos los peligros, porque el trofeo era demasiado importante.

No Danilo...yo no dije eso en la audición... lo
entendiste mal... no mencione zonas francas...


Muchas cosas han cambiado, el mundo ha cambiado y nos ha cambiado a nosotros. ¿Esos sueños debemos abandonarlos?, ¿están sepultados en los escombros de alguna historia?

Primero voy a responderme a mí, desde mi racionalidad, porque lo necesito hacer todos los días, para echarme a andar como decía Martí. Me siento aportando todo lo que puedo, todo lo que aprendí y de lo que soy capaz, por ese gran objetivo de un país más justo y más libre.

He tenido que pasar de los sueños a la realidad, a las exigencias concretas e implacables de la economía, de las políticas sociales, del Uruguay productivo, de la generación de más y mejor trabajo, de construir relaciones laborales más democráticas y justas, de hacer que mi país, el nuestro, crezca, sea más prospero y más justo.

Y creo que no nos ha ido mal. Que en ese camino hace seis años que venimos construyendo sueños, concretos, tangibles. Lo comparto con mis compañeros de ruta, con los uruguayos en su conjunto, con los frenteamplistas y con mis compañeras y compañeros del gobierno. No me siento solo, al contrario. Y eso para mi es muy importante.

No todo es como yo lo soñé, o como más fríamente lo planifiqué. Tuvimos que aprender, que equivocarnos, que corregir, que seguir aprendiendo y sobre todo estudiando y capacitándonos.

Siento que hay mucha gente que por un lado se siente contenta con los avances pero se siente lejana, ajena, y a veces, preocupada con ciertas debilidades y problemas. Este es un país donde las encuestas se hacen a diario, en la calle, en el supermercado, en el club, en las reuniones políticas, en las charlas entre amigos y familiares.

Hay una compleja sensación de que avanzamos pero que dejamos peligrosos flancos descubiertos, y sobre todo, no despertamos pasiones, ganas y entusiasmos.

En parte podríamos atribuirlo a una época que no es de grandes pasiones, de grandes sueños o de lejanos horizontes. Sería una visión parcial. No somos juguetes de las épocas o de las tendencias globales, somos seres humanos pensantes y sufrientes capaces de construir nuestros propios impulsos.

Siento que cada vez que una uruguaya o un uruguayo consigue un empleo, aumenta su salario o las jubilaciones, o arriesga con un nuevo emprendimiento, o deja de morir un bebé por pobreza y enfermedades curables, o una familia sale de la indigencia y de la pobreza, entregamos una computadora a un escolar o un liceal, o le damos cobertura médica a más personas y tantos hechos cotidianos, estamos avanzando, y estamos redistribuyendo la riqueza. Aunque siempre nos parezca poco.

También no puedo ocultarme que cuando somos desprolijos, cuando nos falta concreción, cuando transmitimos inseguridad o no estudiamos y nos capacitamos para nuestras altas responsabilidades, estamos perdiendo un bien valioso e irrecuperable: el tiempo.

Hay pasiones colectivas, pero en definitiva son la suma de muchas pasiones en las que hay causas comunes, momentos compartidos, pero donde cada uno obligatoriamente le agrega su propia vida, su propia sensibilidad, su propia épica.

Lo que no debemos hacer es desgastarnos en el desorden, en la falta de claridad en el rumbo, en las pequeñas heridas que van minando nuestras fuerzas. La discusión es fundamental para la izquierda, para la democracia, pero cuando se gobierna y se hace política hay que saber combinar el debate con la acción, la polémica con las obligaciones. Y una de las características principales de la izquierda uruguaya fue asumir sus responsabilidades en cada etapa, arriesgarse en sus opiniones y en sus acciones. Esa es parte de nuestra mejor historia.

He querido salir de las obligaciones concretas de la política, de la acción de gobierno y compartir estas ideas con ustedes porque en estos años he aprendido que sin pasión, sin ese impulso intangible, no se pueden construir grandes obras.

Necesitamos un rumbo, una orientación clara, capacidades y esfuerzos colectivos e individuales surgidos del estudio y de la preparación, pero además necesitamos pasión. Y no una pasión genérica, abstracta, sino muy concreta, necesitamos apasionarnos por la política, por la acción de gobierno a todos los niveles, por hacer las cosas bien, por ser generosos, en primer lugar con el país, con el departamento, con nuestro municipio, con nuestra sociedad. Y sobre todo, con nuestro imprescindible Frente Amplio.
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JORGE ANICETO MOLINARI
ENTUSIASMAR, ENAMORAR,
esas cosas de la vida.

El Vicepresidente de la República, Cr. Danilo Astori, hace de alguna manera un encendido llamado a entusiasmarse con el curso actual de los acontecimientos y por lo tanto con la conducción política de los mismos.-

Nosotros que hemos coincido con el curso económico dado por el gobierno, pero hemos discrepado con la explicación política que se ha dado a los mismos, creemos humildemente y en el marco de la modestia de nuestro conocimientos que el compañero Danilo Astori confunde entusiasmo con enamoramiento.

Hay en este excelente equipo económico y en particular en el Cr. Astori, una exaltación de la situación como que hubiéramos arribado al puerto con el que soñamos toda la vida. Nosotros somos de los que pensamos que se está aprovechando con buena nota una coyuntura de la grave crisis actual del capitalismo.

Que se ha pasado una buena mano de pintura, que da un aspecto mejorado, a la vieja sociedad de clases.

Recordamos al mismo Cr. Astori en sus textos juveniles sobre las zonas francas, sobre la deuda externa, sobre el costo social de las políticas económicas, es sobre eso que se ha dado esto que llamamos una mano de buena pintura.

Nosotros ya en aquel entonces entusiasmado por nuestras lecturas de Marx y de Lenin entre otros, leíamos con atención esos estudios a la vez que ya llegábamos a entender que el capitalismo iba de crisis en crisis, hasta que la humanidad encontrara de conjunto una salida, y que esos planteos (las zonas francas, la deuda externa, el costo social de las políticas económicas) tenían un limite nacional en el que no se podían resolver.

Ahora Astori llama a entusiasmarse con esto de hoy, y es legítimo en tanto esta convencido como entonces de la justicia de sus planteos.

Nosotros creemos que el riesgo cierto es de que el cambio en el viento obligue al velero a maniobras para las cuales no se viene preparando.

Nos estamos dirigiendo a compañeros que como nosotros sienten hasta los tuétanos la injusticia social del sistema capitalista, pero que han adoptado una actitud de justificación de la sociedad de clases que no puede entusiasmar a nadie.- Nuestro llamado es a reflexionar para poder abordar con entusiasmo los cambios que la humanidad va a abordar más temprano que tarde si logra superar la amenaza del uso de armas nucleares.
Jorge Aniceto Molinari.
8 de mayo de 2011.-


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