MARGINALIDAD Y DESEMPLEO:
MECHAS DE LOS ESTALLIDOS QUE VIENEN
Escribe
MANUEL FREYTAS (*)
manuelfreytas@iarnoticias.com
Informe especial
(IAR Noticias) 10-Agosto-2011
(Sacado de contexto por el Blog)
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(*)MANUEL FREYTAS es periodista, investigador y analista, especialista en inteligencia y comunicación estratégica, y entre sus últimos trabajos publicados se cuentan, entre otros: •La nueva agenda del "terror" •El "efecto 11-S".•El mito y el negocio •La estrategia por izquierda y por derecha •Control mental •La "amenaza terrorista" •Guerra de Cuarta Generación - Parte I •Guerra de Cuarta Generación - Parte II
.Con Estados quebrados por la crisis de las deudas, con una recuperación incierta de la recesión (con países que siguen desacelerados), mercados financieros volátiles (vuelta a la desconfianza del sube y baja), contracción del crédito orientado a la producción, consumo social sin recuperación, bajas de recaudación y subas siderales del déficit, desempleo masivo persistente y ajustes salariales en ascenso, la "bomba social" (emergente de la crisis y de los ajustes) ya asoma como el desenlace más lógico en la eurozona y los propios EEUU
El malestar social que generan la desocupación crónica y el deterioro de las condiciones salariales, así como el achicamiento de la capacidad de consumo, alimenta y exacerba el estado de frustración colectiva, provoca pérdida de confianza en los políticos y alienta las huelgas y estallidos sociales que comienzan a extenderse por toda la geografía europea y ya amenazan a EEUU. El sistema está en un punto de inflexión: La pérdida de gobernabilidad. En este contexto hay que leer el reciente estallido social de los marginales en Gran Bretaña, el movimiento de los Indignados en España, y las protestas masivas contra el ajuste en Grecia, Italia y Francia.
La crisis fiscal de los Estados (que se expande por todo la eurozona) ya derivó en "crisis social" por medio de dos actores centrales: La baja de la capacidad de consumo y el desempleo crónico, que ya afecta a casi el 10% de la población, principalmente a los sectores más pobres y vulnerables de la sociedad europea y estadounidense. Pero a ese escenario emergente de la crisis que se proyecta desde el capitalismo central a la periferia, hay que agregar un informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) en París: El 60% de la población activa mundial trabaja sin contrato de trabajo ni prestaciones sociales. "Hay un claro vínculo entre empleo informal -sin contrato- y la pobreza", indica el informe que pronostica que en 2020 el trabajo sumergido implicará al 66% de la población.
La "crisis social" afecta de manera diferente en la pirámide social: En las clases altas y medias se proyecta como una "reducción del consumo" (principalmente suntuario), en cambio en las clases bajas y marginales se expresa en la desocupación y en una restricción del consumo de los productos básicos para la supervivencia (principalmente alimentos y servicios esenciales). Esta situación -según las estimaciones- va a derivar en que los sectores sin cobertura ni protección legal, sufran despidos en masa cuando la crisis devenga nuevamente en recesiva (como ya lo advirtieron la OCDE y el FMI) y las empresas decidan "achicar costos laborales" para preservar su rentabilidad.
(……..) Pero este escenario de masa laboral "desprotegida", que el sistema puede expulsar cuando quiere y sin ningún tipo de compensación, es parte integrante de un "cuadro general" de la exclusión y la marginalidad mundial formado por: 3000 millones de pobres, 963 millones de hambrientos y más de 190 millones de desempleados, registrados -según la ONU y el Banco Mundial- en situación precaria antes del colapso financiero en las metrópolis imperialistas. Mientras que en la pirámide del colapso recesivo global, para un rico o un clase media alta la "crisis social" significa un "achicamiento del cinturón" (prescindir de productos suntuarios o de algún confort), para un integrante de la clase baja significa quedar desocupado o perder capacidad de supervivencia a través de la reducción de su salario.
De manera tal, que en la crisis social se proyectan las mismas variables que en el resto de la economía capitalista: El peso de la crisis golpea con fuerza sobre la base del triángulo social más desposeído (obreros asalariados y pobres) mientras se atenúa en el medio y en el vértice (empresarios, ejecutivos y profesionales) , donde se concentra la mayoría de la riqueza acumulada por la explotación capitalista. En el 2009 se estimaba que el proceso de crisis financiera recesiva (que tuvo su epicentro en EEUU y Europa y que ya se extendió por las potencias centrales y el mundo periférico) iba a dejar unas 1000 millones de personas expulsadas del circuito del consumo por la desocupación masiva desatada sobre los trabajadores y sus grupos familiares por el cierre de fábricas y empresas.
(…………) Mientras las potencias capitalistas centrales se concentran en "combatir la pobreza" con un presupuesto de US$ 896 millones, los primeros veinte supermillonarios de la lista Forbes concentran juntos una cifra de más de US$ 400.000 millones. Esa cifra (en manos de sólo veinte personas) equivale casi al PBI completo de Sudáfrica, la economía central de Africa, cuya producción equivale a un cuarto de la producción total africana. Como contrapartida (y demostración de lo que produce el capitalismo), esas zonas marcadas por una altísima y creciente concentración de hambre y pobreza, figuran en las estadísticas económicas mundiales como las mayores generadoras de riqueza y rentabilidad empresarial capitalista de los últimos diez años.
(…..) Los medios locales e internacionales están ocupados en dilucidar la "disminución de las fortunas de los ricos" y la pérdida de rentabilidad de las empresas y bancos que han generado la crisis por exceso de depredación capitalista y de concentración de riqueza, por medio de la explotación y apropiación del trabajo social colectivo. A los especialistas del sistema sólo les preocupa el impacto de la crisis en el "mercado" y en las sociedades de los países centrales, pero nadie presta atención en el impacto (y en el desenlace) que finalmente va a tener la crisis con desocupación en las áreas subdesarrolladas y emergentes que cobijan a las poblaciones más pobres y desprotegidas del planeta.
(SACADO de CONTEXTO por el Blog)
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