Miercoles
2 de noviembre de 2011
ALABAMA:
MANOS QUE TRABAJAN,
TEMEN Y ESPERAN...
TEMEN Y ESPERAN...
Escribe
MARIBEL
HASTINGS
Periodista de "America’s
Voice"
Fuente:
"TRIBUNA
HISPANA USA"
1 de
Noviembre de 2011
.
¿Cuántos
indocumentados en Alabama llenarían los requisitos de las nuevas regulaciones
federales sobre la priorización de deportaciones si fueran detenidos? Cada
historia narrada, cada drama familiar, parece describir casos que se supone
caigan en los lineamentos de esas regulaciones que establecen que la prioridad
de las deportaciones serán quienes realmente suponen una amenaza para la
seguridad pública y no padres y madres de familia que llegaron a ofrecer su
mano de obra en diferentes rubros y a forjar un mejor porvenir para sus
familias.
Con
todo, la HB 56 parcial y temporalmente bloqueada mantiene a la comunidad
inmigrante de Alabama en jaque. Con todo y la supuesta priorización de deportaciones,
esa comunidad enfrenta el constante temor a una potencial detención y
deportación por una ley que el propio Departamento de Justicia quiere frenar
por anticonstitucional. La Secretaria de Seguridad Nacional (DHS), Janet
Napolitano, dijo ante el Comité cameral Judicial que no están colaborando con
las autoridades de Alabama en la implementación de la ley y que están
cooperando con el Departamento de Justicia en su demanda para bloquear la ley.
Una gran ironía.
Sólo
mostrando sus manos, las mismas manos que llevan a cabo diversas labores
importantes para la economía del estado y para el sostén de sus familias, las
manos que acarician a los hijos que temen dejar atrás, algunos inmigrantes
narran cómo la HB 56 ha volteado sus vidas.
Ahora
que en el umbral del año electoral vuelven a soplar aires de proyectos de
reforma migratoria en el Congreso, lo único que espera la comunidad inmigrante
de Alabama y del país es dejar de ser explotada por políticos de diversa
ideología y agendas. Su sufrimiento es genuino. Su necesidad es inmediata. Su
espera ha sido larga.
Como
dijo un padre de familia indocumentado al hablar de los políticos: “que vean lo que está pasando aquí en
Alabama, que nos escuchen ahora que los necesitamos…Que no se olviden que somos
seres humanos como ellos”.
Testimonios
Matrimonio
indocumentado: “Salimos a la calle y se nos quedan viendo no sé si por odio o
por lástima”, dice un matrimonio indocumentado de Costa Rica. Llevan 15 años en
Alabama y tienen tres hijos: el menor, de 13 años, es nacido aquí y los otros dos arribaron
cuando eran bebés. Ahora tienen 17 y 16 años respectivamente, son Soñadores o
DREAMers y sus planes de estudios universitarios están paralizados.
Los
hijos indocumentados: “La ley me aísla de mis amigos porque no tengo las mismas
experiencias que ellos. Ellos tienen diferentes libertades… Yo tengo que ser
más maduro que ellos y estar más al tanto del mundo real, crecer más rápido que ellos”. Quiere estudiar
psicología y su hermano quiere lograr una beca deportiva a través del soccer
que practica. Sus sueños están en veremos.
Madre e
hija indocumentadas: “No entiendo cuál es la situación…El racismo no es contra
los inmigrantes, es contra los hispanos”,
dice otra madre de familia, también de Costa Rica y con diez años de residir en Estados Unidos,
siete de ellos en Alabama. Su hija mayor, de 18 años, es indocumentada, su hijo
menor es ciudadano estadounidense. Entre las ironías que narró, dijo que trató
de ir a pagar los impuestos por la casa móvil de la cual es propietaria, pero
no se los aceptaron por no tener documentación.
ROSA
MARÍA, MADRE DE DOS NIÑAS CIUDADANAS: “Para mí esto es odio, esto no es una
ley”.
FAMILIA
DE SITUACIÓN MIGRATORIA MIXTA: “Lo que queremos es que nos dejen trabajar
tranquilamente. No venimos a hacerle daño a nadie”. Con veintidós años en
Alabama y tres hijas ciudadanas, esta familia, espejo de otras tantas en
Alabama, vive constantemente atemorizada por el espectro de la separación.
ANA,
MUCAMA
DE UN HOTEL: “Éramos doce (trabajadores inmigrantes) y quedamos cuatro.
Aquí en el trabajo nos preguntan, ¿ustedes se van a ir, se van a cambiar de
estado? A veces decimos, puede ser, todo depende. Pero no quiero dejar mi
trabajo. Y esperemos en Dios a ver qué pueden hacer por nosotros”.
NIÑA
INDOCUMENTADA: Muchos niños en Alabama viven en constante temor. “Llego a
pensar que si nos quedamos solas no sabemos qué hacer, no tenemos a nadie que
nos apoye”.
JOVEN
INDOCUMENTADO: “A lo mejor el delito de uno es trabajar”, dice este joven cuya
familia se regresó a México y se quedó solo. “Me quise quedar porque creo en el
Sueño Americano, que esto que está pasando es como un mal sueño y que cuando
despierte, será el sueño que todos hemos venido a buscar”.
PADRE
DE FAMILIA: “El problema no (es sólo) en Alabama, el problema es nacional.”
No hay comentarios:
Publicar un comentario