Jueves
15 de diciembre de 2011
BIG
DATA:
Escribe
JORDI
SABATÉ (*)
Fuente
“Consumer”
14
diciembre 2011
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(*)
JORDI SABATÉ – (España) Es
licenciado en Biológicas e Ingeniero Agrícola. Tiene también un Master en
Periodismo por la Universidad Autónoma de Madrid donde reside. Se especializa
en temáticas relacionadas a la tecnología.Publica en varios medios de la prensa escrita y online.
http://300holandesas.wordpress.com/
http://300holandesas.wordpress.com/
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El
desarrollo de programas capaces de analizar grandes bases de datos pone en
creciente peligro la privacidad de los usuarios Cada vez que navegamos por la
Red, dejamos un rastro disperso de nosotros mismos en las páginas que
visitamos, las opiniones que vertemos en nuestras redes sociales favoritas, las
fotos que subimos a nuestros servicios de almacenamiento o que comentamos de
otros, etc... Todos estos datos comprenden un enorme volumen de información de
cada usuario que tiene gran valor para las empresas, ya que así perfilan al
máximo la oferta de sus productos, aunque por el momento son bases muy
difíciles de analizar dado su tamaño: es lo que se conoce como "big data".
Los especialistas
creen que su análisis es el gran reto de los próximos años e IBM asegura que en
el futuro el 83% de la inversión en innovación se dedicará a su estudio. Ahora
bien, ¿qué tienen que decir los usuarios, que verán su intimidad desnudada por
grandes ordenadores? Para los organismos y agencias nacionales de protección de
datos, "big data" también es un reto que consideran que debe
someterse a su control.
El
experto en seguridad digital más importante del mundo asegura que el
tratamiento de estas bases de datos puede excitar la codicia de las grandes
corporaciones. La reciente conferencia internacional de autoridades y agencias
nacionales de protección de datos y privacidad de los usuarios, celebrada el
pasado noviembre en México, dedicó una buena parte de su temario a debatir el
reto de la "big data”. IBM asegura
que son más de dos quintillones de bites al día- acumulados en grandes bases de
datos de las empresas y que estas pretenden utilizar para analizar el
comportamiento de los usuarios con el fin de afinar al máximo sus ofertas y los
desarrollos de futuros productos. Tal es el nivel de preocupación que genera
este nuevo fenómeno.
Cuando
entramos en un servicio y realizamos alguna actividad en él, dejamos un rastro
de nuestra actitud, nuestro ánimo, nuestra visión de los temas más variados o
nuestros gustos estéticos, entre otras muchas pistas que perfilan nuestra
identidad. En buena lógica, estos datos pueden corresponder a nuestro perfil
público en Internet, algo que todos tenemos y que se refiere a nuestra
identidad digital.
No se
debe olvidar que en la Red las relaciones e interacciones humanas se
multiplican, de modo que es mucho más complicado, y en ocasiones incoherente,
mantener los niveles de intimidad del mundo físico. Incluso puede ser interesante
que las empresas conozcan nuestro perfil público si con ello nos evitan
enojosas campañas de productos que no nos interesan. Ahora bien, no es lo mismo
el nivel de conocimiento de las identidades de los usuarios que se puede tener
con los ordenadores actuales, frente a lo que podría ser un análisis del
conjunto de la información que dejamos.
Analistas
como Kenneth Neil Cuckier, colaborador de la revista 'The economist',
consideran que esta información tendrá un enorme valor monetario cuando pueda
analizarse, por lo que nadie nos asegura que no acabe por ser objeto de tráfico
ilegal de datos hacia empresas con intenciones deshonestas, de modo que estas
bases puedan llegar a ser algo perjudicial para el usuario. El experto en
seguridad digital más importante del mundo, Bruce Schneier, en una entrada de
su blog, insiste en la misma dirección que Cuckier y asegura que el tratamiento
de estas bases de datos puede excitar la codicia de las grandes corporaciones,
que hoy acumulan información a marchas forzadas.
La
mayoría de estas empresas responden positivamente a las presiones de los
gobiernos con el aumento de los niveles de privacidad que puede asumir el
usuario, pero el problema es que en ocasiones este prefiere tener muchos de sus
datos en perfil público para llegar a más gente y comunicarse con más
intensidad. No son pocos los usuarios que no ven ningún mal en que se sepan
determinados datos personales y, en realidad, si muchos de estos datos fueran
privados, la Red sería mucho más ineficiente como herramienta de información y
comunicación.
El
problema, como indica en esta entrada de su blog el profesor del IE Business
School y analista tecnológico Enrique Dans, reside en que el peligro no son los
datos en sí, sino las herramientas capaces de sumarlos todos, tratarlos de un
modo integrado y extraer conclusiones de nuestra personalidad, en principio,
impensables y que quizá no nos guste que conozcan los demás. Y mucho menos que
se vendan en un oscuro mercado negro. En otras palabras, el tratamiento de las
grandes bases abre un importante dilema ético.
En el relato "El informe de la
minoría", de Phillip K. Dick, la policía de una ciudad americana era capaz
de predecir qué personas cometerían un delito antes de que lo hicieran y, por
tanto, ejecutarlas a tiempo para evitar el crimen. La predicción la realizaban
tres medium en estado de coma que vivían en una piscina de suero, cuyos
cerebros estaban conectados a unas pantallas que mostraban los sucesos
previstos. Sin duda, una alegoría de los ordenadores potentes del futuro,
capaces de analizar los "big data".
No es
difícil imaginar qué podrían hacer futuros gobiernos dictatoriales, o
simplemente celosos del orden, si tuvieran en sus manos ordenadores capaces de
integrar y analizar toda la información que los usuarios dejamos en la Red.
Podrían ponderar nuestro descontento, predecir nuestros enfados y asesinarnos o
encarcelarnos para evitar que nos sublevásemos. También podrían manipular con
facilidad a la opinión pública y así ganar elecciones y plebiscitos según su
conveniencia. Diversos agentes sociales ya han alertado de que este escenario
está menos lejos de la ciencia ficción de lo que pensamos.
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SACADO
DE CONTEXTO: La nota completa esta aquí
http://www.consumer.es/web/es/tecnologia/internet/2011/12/06/205118.php
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