PARAGUAY:
EL ESLABÓN MÁS DÉBIL (II).
(Abordando eso gris, que parece la teoría)
Escribe
JORGE
ANICETO
MOLINARI
(*)
(*) JORGE
ANICETO MOLINARI: Militante sindical y político desde épocas estudiantiles (en
Paysandú) Dirigente y militante gremial en
AEBU, CNT. Participó en la fundación del Frente Amplio. Actual miembro
titular en el Consejo Honorario de Caja Bancaria (por Jubilados y Pensionistas)
Consecuente estudioso del camino que abriera Carlos Marx y empecinado en creer
que un mundo mejor es posible. Partidario de la moneda unica universal y del impuesto
a las transacciones financieras, militante de ATTAC.-
Luego
de redactado el articulo inicial, con este título, me encuentro con que varios
analistas titularon sus notas de la misma forma.
Es que
todos los análisis que tomen en cuenta la realidad, tienen que concluir que en
Paraguay el desarrollo de su economía en los marcos actuales de la crisis del
modo de producción capitalista, no tiene la menor posibilidad de atender las
urgencias sociales, a las que de alguna manera responde el Presidente Lugo.
Ahora
¿por qué la derecha paraguaya se apresuró en destituir a Lugo? Es que sus
urgencias no son las del gobierno de EE.UU. y esto es un hecho que se nota,
porque la vieja autoridad imperial no tiene soluciones para las asfixias que se
vienen produciendo o amenazan producirse en las economías regionales, para los
que gerencian el capitalismo en estas zonas.
La
democracia en los tiempos actuales es cada vez más costosa en la medida de que
lo que pueden ofrecer los gobiernos está cada vez más condicionado por el
llamado mercado mundial.-
Tanto
Obama, como Cristina Fernández, como Chávez, etc. etc. necesitan dar salida a
las necesidades de su gente. Ahora ¿como lo hacen?, Obama emitiendo
permanentemente, Cristina hablando de un capitalismo en serio, pero que parte
de un sistema impositivo que aprovecha la coyuntura de los comodities.-
El
golpe contra Lugo que parte desde el momento en que se organiza la provocación
con la muerte de policías y campesinos está latente en todo el mundo. Es el
estado de guerra que en su punto más alto es la amenaza del uso de armas
nucleares.
La
apresuración de la oligarquía paraguaya raya con lo demencial y a ella se
abrazan franquistas como Luis Alberto Lacalle, como antes lo hizo con Francisco
Franco. O Julio María Sanguinetti, que ve como la jugada que antes se hizo con
el movimiento tupamaro para justificar el golpe de Estado ahora está mucho más
desnuda y con una posibilidad de respuesta como la adoptada por el Mercosur y
la Unasur.
Lo
grave de la situación no es la crisis en si, que lo es por si misma, sino la
falta de respuesta programática.
El
aprovechamiento de la coyuntura, de la que son hijos, todos los esfuerzos que
se hacen beneficio de la gente, sea en Uruguay, en Argentina, en Brasil, tienen
un límite en la propia crisis.
La
debilidad política del episodio paraguayo, es todo un símbolo, como lo fue
antes en Haití o en Honduras.- Las derechas no creen en populismos, y los
hechos políticos son para ellos meros episodios para defender su ubicación en
la economía.-
Las
limitaciones hacen que prácticamente es imposible en la dimensión del Planeta,
construir o reconstruir economías nacionales en beneficio de la gente, de toda
la gente, dentro de la predominancia del modo de producción capitalista; y a su
vez el desenganche también lo es.
Por eso
razonamos que la respuesta política dada a la crisis paraguaya siendo de una
enorme importancia, y todo un símbolo de los tiempos que corren, es aún
insuficiente.-
Con
toda humildad, decimos que tanto Cristina, como Dilma, como Chávez, como Mujica
no han medido que haciendo lo que hacen no es suficiente y es necesario llevar
los problemas que nosotros tenemos al seno de toda la humanidad. El arte de la
guerra es el de combatir en el terreno del otro.
Para
ello existen dos instrumentos claves: la moneda y los impuestos.
La
fiebre emisora actual que padecen las grandes potencias es de alguna manera una
respuesta a su incapacidad impositiva, que hasta ahora tiene como único sujeto
imponible el consumo y los ingresos de los trabajadores.
Seguiremos
analizando.
Jorge Aniceto Molinari.-
Montevideo, 2 de julio de 2012.-
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