miércoles, 21 de noviembre de 2012

IMPRESIONA LA DESTRUCCIÓN QUE DEJARON SEIS DÍAS DE ATAQUES EN UN LUGAR YA DAÑADO, DEBIDO A LA POBREZA, LAS GUERRAS Y EL BLOQUEO ISRAELÍ. NI HABLAR DE LOS MUERTOS, QUE YA SUMAN 100

TESTIMONIO IMPRESIONANTE:  Elisabetta Piqué es una periodista y politóloga nacida en Florencia, Italia, y criada en la Argentina, donde realizó sus estudios en Ciencia Política. En 1990 inicia su carrera periodística en la agencia italiana de noticias ANSA y desde ese momento abraza la profesión periodística especializándose en  la cobertura de conflictos bélicos. Ha estado en Haití, Bosnia, Kosovo, Afganistán e Irak y ahora en Gaza. A partir de 1999 se convierte en corresponsal de La Nación (Buenos Aires) en Roma. En publicó Diario de Guerra. Apuntes de una corresponsal en el frente. Afganistán 2001-Irak 2003. (Buenos Aires: Grupo Editorial Norma, 2003). Lean el estremecedor relato que hoy entrega en la edición de hoy en La Nación. Sobran los comentarios. 
ATILIO A BORON

OFENSIVA de ISARAEL
ENTRAR EN GAZA ES ENTRAR EN EL INFIERNO

Escribe  ELISABETTA PIQUÉ - Publicado en edición impresa de La Nación (Buenos Aires) - Martes 20 de noviembre de 2012

CIUDAD DE GAZA.- Columnas de humo negro que se elevan ahí donde cayó el misil, bombardeos que sacuden los edificios y dejan sin aliento, el ruido incesante de los drones (los aviones no tripulados israelíes) o de los helicópteros de combate Apache, fuerte olor a pólvora. La radio constantemente prendida para saber cuáles fueron los blancos de la jornada y cuántos muertos hay que agregar a la lista. Por las bombas que caen desde aire y mar, no hay un alma en la calle. "Nadie se anima a salir; cualquiera puede ser un blanco en Gaza", explica Ramez, mi intérprete, que fue a buscarme al precario puesto de seguridad levantado a dos kilómetros del paso fronterizo de Erez. Son las cuatro de la tarde y una fuerte explosión hace temblar todo. La radio indica que ahora cayó un misil sobre la Sharuk Tower, un edificio que no queda demasiado lejos del hospital Shifa. Una columna de humo negro se levanta desde allí. "Hubo dos mártires en la Sharuk Tower, uno es un líder de la Jihad Islámica", dice Zared. Ya de noche, cuando los bombardeos se hacen más pesados y es un suicidio salir a la calle, el boletín de guerra palestino indica que hubo "27 mártires y 60 heridos".

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