Escribe
GEORGE MONBIOT - Columnista de Internacionales de “The Guardian” Artículo
original: http://www.monbiot.com/2012/12/03/forbidden-planet/ Publico EcoPortal – lunes 10 de diciembre 2012
Lo que teóricos neoliberales llaman adelgazar el Estado se parece más a adelgazar
la democracia: reducir los medios por los que los ciudadanos pueden reducir el
poder de la elite. Lo que ellos llaman
“el mercado” se parece más a los intereses de las corporaciones y los muy
ricos. El neoliberalismo no parece más que una justificación de la plutocracia.
No podemos moderar el cambio climático sin una lucha política contra esa
plutocracia. La mayor crisis de la humanidad coincide con el auge de
una ideología que impide abordarla. A finales de los años 80, cuando resultó
evidente que el cambio climático causado por el hombre ponía en peligro el ecosistema
del planeta y a sus habitantes, se apoderó del mundo una doctrina política
extrema cuyos dogmas prohíben el tipo de intervención necesaria para detener el
peligro. El neoliberalismo, conocido
también como el fundamentalismo del mercado o la economía del laissez-faire,
pretende liberar el mercado de la interferencia política. El Estado, afirman,
lo único que tiene que hacer es defender la situación, proteger la propiedad
privada y eliminar las barreras a la empresa. En la práctica es otra cosa.
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