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ALFREDO JALIFE-RAHME (*) Fuente “La Jornada” de México – 20 de marzo 2013
(*) ALFREDO JALIFE-RAHME-Escritor
y periodista. Profesor de Ciencias Políticas y Sociales en la Universidad
Nacional Autónoma de México (UNAM). Especialista en relaciones internacionales.
Habitual columnista en importantes medios del continente. Editorialista y
maestro de postgrado en geopolítica y negocios internacionales de la UNAM.
Edito varios libros en esos temas.
Las
relaciones internacionales pasan por momentos delicados en varias partes del
mundo, cuando la dinámica de
confrontación entre China y Japón (azuzada por Estados Unidos) por la posesión
de las islas Diaoyu ha arrastrado a Norcorea, que ha endurecido su postura,
mientras Siria se desangra, y enfrente Chipre sufre un descalabro financiero que
ha puesto a temblar a la eurozona y ha enfurecido a Rusia, cuyos ciudadanos
tienen 3 mil 500 millones de dólares en depósitos en ese paraíso fiscal isleño.
Tampoco se puede soslayar la sensible coyuntura de Venezuela, la mayor reserva
de petróleo (convencional/no convencional) del planeta, donde Estados Unidos /España/Israel buscan dar un zarpazo para
apoderarse de su oro negro. Dadas las condiciones de alta tensión entre
las tres superpotencias geoestratégicas (Estados Unidos, Rusia, China), no es gratuito que la primera visita del
mandarín chino Xi Jinping sea a Rusia y luego a tres países del continente
africano durante su viaje de nueve días: Tanzania, Sudáfrica (a Durban: a la
quinta cumbre de los BRICS) y la República del Congo. No pasa inadvertido que
tres de los cuatro países que visita sean africanos. Estas visitas en
sí solas al más alto nivel denotan la hipercomplejidad de las relaciones, los
traslapes y desencuentros de los tres gigantes geoestratégicos. A juicio de Zhou Wa ( China Daily,
19/3/13), la visita de Xi Jinping "establecerá la dirección de los lazos
futuros entre China y Rusia", que pretenden alcanzar 200 mil millones de
dólares de comercio en el año 2020.
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