DOS
AÑOS DE PREOCUPANTE SILENCIO
Escribe
ROBERTO PECCIA: es arquitecto y autor del libro “Energía nuclear, réplicas
humanas y urbanas”.- Rosario, (Argentina) Fuente “Rebelión” 13 de marzo 2013
Japón sufrio un violento terremoto y tsunami. La
letal catástrofe en la central nuclear fueron
causados por graves errores técnicos y humanos. La forma de enfrentar el
accidente nuclear, estuvo “plagada de irregularidades e incluyó situaciones
extremadamente inapropiadas”. El Informe no hace sino confirmar lo que se ha
negado: la seguridad carece de base cierta y efectiva Fueron 25 mil muertos y
desaparecidos, 140 mil evacuados, 125 mil personas en refugios
provisorios, 45 millones m3. de desechos radioactivos, etcétera, etcétera.
Japón carece de combustibles fósiles que
debe importar a un alto costo, y con su producción nucleoeléctrica participa en
más de un tercio del total de la matriz. En
reducido territorio, con 54 plantas en actividad y densa urbanización, el
complejo Fukushima Daichi se encuentra ubicado a sólo 150 kilómetros de la
mayor Area Metropolitana del mundo (Tokio) habitada por 36 millones de seres
humanos. Es pertinente recordar que Asia es la región más poblada del planeta,
ubicando a Seúl (20,5 millones, Corea del Sur) como segunda (y próxima)
megaciudad global. La tragedia del 11.03 posee externalidades preocupantes y no
bien registradas. En Fukushima no se ha podido acceder (transcurrido
dos años) al relevamiento de dos reactores afectados (por carencia de
instrumental idóneo a la fecha), se encuentra en delicada situación el edificio
(volaron sus tres pisos superiores) de
la piscina de almacenamiento que contiene más de 1.500 barras de combustible a
la intemperie (con una vida radioactiva estimada en miles de años) de muy
compleja manipulación-transportación.
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