Y USOS DE LOS RECURSOS PÚBLICOS
Escribe
JULIO CESAR GAMBINA (*) Fuente BLOG del autor. Publica
“ARGENPRESS Info”
Viernes 7 de abril 2013.
(*)GAMBINA
JULIO CESAR – Doctor en Ciencias Sociales (UBA) Profesor de Economía Política
en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Rosario, Presidente de
la Fundación de Investigaciones Sociales y Políticas, FISYP, e Integrante del
Comité Directivo del consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales, CLACSO.
Miembro del Consejo Académico de ATTAC-Argentina y dirige el Centro de Estudios
Formación de la Federación Judicial Argentina.
Por
estas horas todos hablan de la tormenta que asoló la Capital Federal, el Gran
Buenos Aires, y especialmente a la ciudad de La Plata, con un saldo elevado de
50 muertes evitables y miles de afectados con secuelas aún no evaluadas, no
solo económicas, sino humanas, de salud, e incluso culturales. Por muchas razones, entre otras el cambio
climático, resulta recurrente que se presenten situaciones catastróficas, no
solo en Argentina, sino en el mundo. Un imperativo de la época es analizar las
consecuencias del cambio climático y prevenirlas y más aún, combatirlas. Eso
nos lleva al modelo productivo hegemónico a escala mundial que degrada a la
naturaleza, que la agrede en múltiples formas, con monocultivos, e
industrialización acompañada de organismos genéticamente modificados, todo con
el afán del crecimiento para satisfacer objetivos de lucro empresario, más que
en atender necesidades alimentarias de la población. Es por ello que
buena parte de la producción
del agro se utiliza para producir energía. Así, la
energía disputa con la alimentación la utilización de la producción agraria. Es
una mayor producción disputada para alimentar personas o máquinas. La
consecuencia sobre la naturaleza es gravosa, afectando el metabolismo natural y
la huella ecológica, con lo que se consume más naturaleza que la que se puede
auto reproducir. Pero esa rentabilidad acrecida es también utilizada en el negocio
inmobiliario con fines especulativos, sin planificación del hábitat para el
vivir bien de la población en su conjunto. El proceso de urbanización resulta
de la aplicación de ganancias al negocio de la construcción, más como resguardo
de inversión que para satisfacer la necesidad de techo de una población cercana
a los 5 millones de personas. Las
inundaciones y sus consecuencias sociales son adjudicadas a la naturaleza, y es
cierto, pero convengamos también que
esa naturaleza está condicionada por el tipo de modelo productivo y de
desarrollo en curso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario