EN EL MUNDO
Escribe
LEONARDO BOFF (*)
Viernes 31 de mayo 2013
(*)LEONARDO BOFF (BRASIL) Teólogo, filósofo y
escritor Uno de los fundadores de la Teología de la Liberación. n 1985, la
Congregación para la Doctrina de la Fe, dirigida por el Ratzinger (ex Papa) le
silenció por un año por su libro “La Iglesia, Carisma y Poder” . Profesor de,
ética y filosofía en Brasil. Conferencista en muchas universidades, como
Heidelberg, Harvard, Salamanca, Barcelona, Lund, Lovaina, París, Oslo, Turín. Escribió
más de 100 libros, traducidos a muchas lenguas. En 1997, el Parlamento Sueco le
otorgó el premio Right Livelihood
Desde
hace bastante tiempo se ha venido desarrollando toda una teología de los
"signos de los tiempos", como una forma de percepción de un plan
divino para la historia humana. Este
procedimiento es arriesgado porque para conocer los signos hay que conocer
primero los tiempos. Pero hay algunos hechos que se imponen a la consideración
de todos porque son evidentes en sí mismos. El primero es, sin duda, el
proceso de
planetización. Él anticipa lo que ya decía Pierre Teilhard de
Chardin en 1933 desde su exilio eclesiástico en China: estamos en la antesala de una nueva fase de la humanidad: la fase de
la noosfera, es decir, la convergencia de mentes y corazones constituyendo una
única historia junto con la historia de la Tierra. Espíritu, que es siempre de
unidad, de reconciliación y de convergencia en la diversidad. Otra
señal relevante está constituida por los Foros Sociales Mundiales que empezaron
realizarse a partir del año 2000 en Porto Alegre (RS). Por primera vez en la historia moderna, los pobres del mundo, como
contrapartida a las reuniones de los ricos en la ciudad suiza de Davos,
lograron acumular tanta fuerza y capacidad de articulación que acabaron
reuniéndose, miles y miles, para presentar sus experiencias de resistencia y de
liberación, y alimentar un sueño colectivo de que otro mundo es posible
y
necesario. ¿Quién podría negar
que, en una lectura bíblico-teológica, la crisis de 2008 que afectó
principalmente al centro del poder económico y financiero del mundo, allí donde
están los grandes consorcios económicos que viven de la especulación a costa de
la desestabilización de otros países y la desesperación de sus poblaciones, no
es también un signo del Espíritu Santo? En
contrapartida al signo negativo anterior está el signo positivo de los
movimientos de víctimas que se organizaron en Europa, como el de los
«Indignados» en España e Inglaterra y los «Ocupas de Wall Street» en Estados
Unidos. Los hechos no pueden ser negados: hemos tocado los límites de la Tierra, los ecosistemas se están
agotando cada vez más, la energía fósil, motor secreto de todo nuestro proceso
industrial, tiene sus días contados, y el calentamiento global, que no para de
aumentar, en algunas décadas podría poner en peligro toda la biodiversidad.
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