Escribe
SILVIA RIBEIRO (*)
Columnista en
“La Jornada” de México
29 de ju nio 2013
(*) SILVIA RIBEIRO – Escritora.
Periodista. Militante ambientalista. Directora para América Latina del Grupo
ETC y trabaja en la oficina de México.. Ha sido periodista y coordinadora de
campañas en temas ambientales. Especialista en cambio climático: Detener el
calentamiento con manipulación del clima es un grave contrasentido. Escribe sobre
biotecnología y agronegocios. Impactos de los transgénicos; concentración corporativa,
propiedad intelectual, el papel de la ciencia y las nuevas tecnologías y los
peligros. Es grave e irresponsable el intento de FAO de legitimar los
transgénicos como solución al hambre y la crisis alimentaria
Hay
características que se repiten en todos los países, que lejos de la propaganda
de las empresas, son la verdadera realidad de los transgénicos. En ningún país los transgénicos son para
alimentar
personas. Son "comida
para comederos, no para comedores". Se plantan para forraje en inmensas
plantas industriales de cría confinada de pollos, cerdos y vacunos, todas con
alto nivel de contaminación, que conllevan violencia y fuertes impactos en la
salud animal y humana. Lejos de mejorar la alimentación humana, la empeoran.
Argentina, es un ejemplo contundente. Con inmensas áreas de soya transgénica han empeorado tanto
la calidad de la carne producida, como la alimentación de la población, sobre
todo infantil y en áreas rurales. Por
la ocupación de territorio con monocultivos y debido al empobrecimiento que
esto ha provocado, la población rural consume ahora leche y frijol de
soya, con demostrados impactos negativos
en
la salud debido al alto contenido de hormonas vegetales que contiene la
soya. Pediatras argentinos explican que contrariamente a la propaganda,
la soya sin fermentar es un alimento dañino que no debe consumirse nunca antes
de los 12 años y posteriormente solo en forma ocasional. En Argentina, ya existen varias asociaciones de "pueblos
fumigados", con múltiples testimonios de los efectos devastadores de los
agrotóxicos ligados a los transgénicos: malformaciones genéticas, leucemia,
enfermedades autoinmunes, además de daños en fauna y flora. La
introducción de los transgénicos ha sido siempre precedida por acciones ilegales, luego legalizadas: primero contrabando
y contaminación intencional, posteriormente leyes
a favor de las empresas,
tanto en bioseguridad como otras para asegurar a las empresas sus patentes y
otras formas de monopolio de semillas. México no es excepción. El caso más extremo de injerencia
política de la industria transgénica es el golpe de estado en Paraguay,
provocado por latifundistas,
relacionados con Monsanto y otras transnacionales. Poco espués
del golpe, se plantaron varios transgénicos nuevos, sin ningún proceso de
bioseguridad y contra las medidas precautorias del gobierno anterior.
(Nota completa de
Silvia Romero )
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