domingo, 30 de junio de 2013

¿POR QUÉ UNA JUVENTUD SIN FUTURO SE LIMITA A GESTICULAR?

EN UN UNIVERSO EXTRAÑO


Escribe  
RAFAEL POCH-DE-FELIU (*)
Periodista itinerante de
 “La Vanguardia” de España
 en diversos países. 
27 de junio 2013.

(*) RAFAEL POCH-DE-FELIU (Barcelona, 1956) ha sido veinte años corresponsal de La Vanguardia en Moscú y Pekín. Antes estudió historia contemporánea en Barcelona y Berlín Oeste, fue corresponsal en España de 'Die Tageszeitung', redactor de la agencia alemana de prensa DPA en Hamburgo y corresponsal itinerante en Europa del Este (1983 a 1987). Actual corresponsal de La Vanguardia en Berlín

 “El futuro es un país extraño”. Así tituló su último libro-epílogo de una historia mundial del pasado medio siglo el historiador Josep Fontana. Confieso que  ese título me desconcertó un poco. Ahora, examinando la actualidad, no podría encontrar otro mejor. Hubo un momento en el que parecía que la sociedad europea, por lo menos aquella más azotada por la estafa neoliberal, despertaba. Islandia, Indignados, Bepe Grillo, Ocuppy, Portugal… En Francia parecía que el Front de
Gauche disputaba cierto espacio de malestar y de reacción nacional republicana al Front National. Ahora la sensación es que todo aquello fue poco; en algunos casos débil y disperso, en otros demasiado despolitizado, y en todos insuficiente. Solo Grecia con sus 17 huelgas generales en dos años, mientras Syriza ascendía hacia posiciones cercanas a las de primera fuerza política, ha dado la talla, sin desmerecer la alargada e inquietante sombra del “Amanecer Dorado”. Pero solo Grecia no alcanza para que Bruselas, Berlín y el establishment global que determina la gran política, tengan miedo y aflojen. Hacían falta tres o cuatro Grecias para empezar. Mucha más desobediencia y legítima ilegalidad. No se ha llegado a ello, ni hay, de momento, perspectiva. ¿Qué es lo que falla? ¿Por qué una juventud sin futuro se limita a gesticular? Esta involución ha venido para quedarse y tiene consecuencias y
tendencias políticas muy claras, porque un mundo tan desigual, unas sociedades tan injustas y desesperanzadas solo pueden ser gobernadas con métodos e ideologías en sintonía con ello. Y eso es lo que asoma. Sí, es un buen momento para releer La Agonía de Francia que Manuel Chaves Nogales. Hay que hacer un gran esfuerzo para recordar que hace unos 30 años “Le Monde” todavía era un gran periódico con una visión del mundo diferente a la anglosajona. Pero lo fundamental es otra cosa: que el antifascismo ha perdido el apoyo mayoritario que tuvo en la sociedad francesa. Lo alarmante es ese cambio de sentido común. Un claro aviso de que a Europa le están asomando las viejas orejas pardas.
( La nota completa de Poch-De-Feliu )

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