jueves, 25 de julio de 2013

TOMAR DE LOS QUE TIENEN DE MÁS Y PASARLO A LOS QUE TIENEN DE MENOS. ESTO NUNCA SE HA HECHO

EQUÍVOCOS CONCEPTUALES
EN EL GOBIERNO DEL PT

Escribe 
LEONARDO BOFF (*) lboff@leonardoboff.com  
 25 de julio 2013


(*)LEONARDO BOFF (BRASIL) Teólogo, filósofo y escritor Uno de los fundadores de la Teología de la Liberación. n 1985, la Congregación para la Doctrina de la Fe, dirigida por el Ratzinger (ex Papa) le silenció por un año por su libro “La Iglesia, Carisma y Poder” . Profesor de, ética y filosofía en Brasil. Conferencista en muchas universidades, como Heidelberg, Harvard, Salamanca, Barcelona, Lund, Lovaina, París, Oslo, Turín. Escribió más de 100 libros, traducidos a muchas lenguas. En 1997, el Parlamento Sueco le otorgó el premio Right Livelihood

El Atlas de la exclusión social - los ricos de Brasil (Cortés, 2004), aunque de hace unos años, mantiene su vigencia, como lo demuestra el investigador Marcio Pochman (Los padres de la desigualdad, Le Monde Diplomatique, octubre de 2007). Pasando por todos los ciclos
económicos, el nivel de concentración de la riqueza hasta la financiarización actual se ha mantenido prácticamente sin cambios. 5.000 familias poseen el 45% de la renta y la riqueza nacional. Son las que prestan al gobierno, a través de los bancos, según los datos de 2013, y cada año reciben 110 mil millones de dólares en intereses. Para los proyectos sociales (“bolsa familia” y otros) se destinan sólo unos 50 mil millones. Son los restos para los considerados el resto.Debido a esta distribución perversa de la renta, somos uno de los países más desiguales del mundo. Es decir, uno de los más injustos, lo que hace a
nuestra democracia muy frágil y casi absurda. Lo que sostiene la democracia es la igualdad, la equidad y la eliminación de los privilegios. En Brasil hasta ahora sólo se ha hecho una distribución desigual de la renta nacional, incluso con los gobiernos del PT. Es decir, no se ha tocado la estructura de la concentración de la renta. Lo que necesitamos con urgencia, si queremos cambiar la cara social de Brasil, es introducir una redistribución que implica tocar los mecanismos de apropiación de la renta.. Los detentadores del poder,
del saber y de los medios de comunicación han conseguido siempre detener esta revolución básica, sin la cual mantendremos indefinidamente vastos sectores de la población al margen de las conquistas modernas. El sistema político termina por servir a sus intereses. Por eso, en su tiempo, repetía con frecuencia Darcy Ribeiro que tenemos una de las elites más ricas, antisociales y conservadoras del mundo.



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