DE LA HIPOCRESÍA
Escribe
ALFONSO J. PALACIOS (*)
Fuente “Rebelión”
19 de septiembre 2013
(*)
ALFONSO J. PALACIOS ECHEVERRÍA. Periodista. Escritor. cursó
estudios de grado en Humanidades Clásicas en la Universidad Católica del
Ecuador y de Administración Pública en la Universidad de Panamá, y estudios de
postgrado en Administración Financiera en la Northwestern University, en
Evanstone, Illinois, U.S.A. Posteriormente se especializó en Investigación y
Análisis Administrativo y en Prospectiva Organizacional, de las cuales materias
impartió las cátedras en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad
de Costa Rica, siendo actualmente profesor emérito de dicha universidad. "Medios de comunicación y manipulación", por: "El
elemento primordial del control social, es la prensa”.
Sin importar, para los efectos de estas consideraciones, si
fue el gobierno sirio o las tropas rebeldes las que utilizaron armas químicas
de destrucción masiva contra el pueblo indefenso, en una guerra intestina que
lleva más de dos años y suma más de cien mil muertos, conforme cálculos
conservadores, el tema central de esta tragedia se ubica en la hipocresía
antológica del
gobierno norteamericano y sus aliados guerreristas o
atemorizados por represalias similares. Y me explico. Como señala John Pilguer,
del periódico inglés The Guardian, ya en 1970 el Senado informó: Aquella fue la denominada Operación Hades, más
tarde rebautizada más amablemente como Operación Ranch Hand , origen de lo que
los médicos vietnamitas denominan "ciclo de catástrofe fetal". He
visto a generaciones enteras de niños afectados por deformaciones familiares y
monstruosas. John Kerry, a cuyo expediente militar le chorrea la sangre, seguro
que los recuerda. También los he visto en Irak, donde EEUU utilizó uranio
empobrecido y fósforo blanco, igual que hicieron los israelíes en Gaza. Para
ellos no hubo las "líneas rojas" de Obama, ni tampoco psicodrama de
enfrentamiento. El repetitivo y estéril debate sobre si se deben "tomar
medidas" contra dictadores seleccionados (es decir, si debemos vitorear a
EEUU y a sus acólitos en otra nueva matanza aérea) forma parte de nuestro
lavado de cerebro. Richard Falk, profesor emérito de Derecho Internacional y
relator especial de la ONU sobre Palestina, lo describe como "una pantalla
legal/moral unidireccional con ínfulas de superioridad moral y llena de
imágenes positivas sobre los valores occidentales e imágenes de inocencia
amenazada cuyo fin es legitimar una campaña de violencia política sin
restricciones". Esto "está tan ampliamente aceptado que es prácticamente
imposible de cuestionar". Se trata de la mayor mentira, parida por
"realistas liberales" de la política anglo-estadounidense y por
académicos y medios autoerigidos en gestores de la crisis mundial más que como
causantes de ella. Eliminando el factor humanidad del estudio de los países y
congelando su discurso con una jerga al servicio de los designios de las
potencias occidentales, endosan la etiqueta de "fallido",
"delincuente" o “malvada” a los Estados a los que luego infringirán
su "intervención humanitaria".
(
Nota de Alfonso J. Palacios )
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