ARGENTINA:
FRACKING
PROGRESISTA
RAUL CIBECHI (*)
Fuente “La Jornada” de México
6 de
septiembre 2013
(*) RAÚL ZIBECHI- (URUGUAY
1952) Periodista, docente, investigador y escritor Analista internacional en Red Voltaire. Logró
en 2003 Premio José Martí por sus crónicas sobre Argentina. En diversos medios
del continente y del exterior, incursiona en una visión panorámica sobre las
luchas sociales en nuestra América. Escribe la sección internacional de
“Brecha” (Uruguay). Profesor en “Multiversidad Franciscana” de América Latina
La
debacle ética siempre antecede a la material. Aunque no existe una relación
mecánica entre ambas, la primera es condición de la segunda. Para las personas
de
izquierda la experiencia histórica podría servir de referencia e
inspiración, pero sobre todo como impulso hacia la coherencia más allá de las
conveniencias del momento, que de eso trata la ética.. Algo deberíamos haber
aprendido de la dramática experiencia del socialismo real. Quienes nos opusimos
en la calle a la invasión de Vietnam a menudo guardamos silencio ante la
invasión a Checoeslovaquia, por la sencilla razón de que el antimperialismo
(estadunidense) nos impedía cuestionar al expansionismo soviético porque lo
consideramos (erróneamente) enemigo de aquél. Terrible lógica que tuvo trágicas
consecuencias.(.) Algo similar está sucediendo en relación a iniciativas de los
gobiernos progresistas. El domingo 1º de septiembre Página 12 publicó un
artículo
titulado Fracking, en el que defiende la fractura hidráulica
porque oponerse sería tanto como sintonizar con la oposición derechista. Acusa
a los que se oponen a esa técnica de ser ecologistas, a los que define como
reaccionarios que antes se opusieron a la megaminería, a los transgénicos y los
agroquímicos.El articulista, en un medio que supo ser crítico del poder
neoliberal, señala que se trata de un pensamiento regresivo y asegura que “aún
no aparecieron argumentos convincentes contra los supuestos efectos
contaminantes del fracking”. Va más lejos y postula que “no hay razones
para pensar que el fracking será más riesgoso que otras actividades
extractivas”. Luego de despotricar contra los críticos, el articulista detalla
la trascendencia de las conveniencias del momento, ya que las reservas no
convencionales en el sur argentino serían 67 veces las actuales reservas de gas
y 11 veces las de petróleo. La magnitud de esta riqueza parece inconmensurable
desde la perspectiva actual y tras la reaparición del déficit energético
externo. Ese déficit apareció, por cierto, luego de la desastrosa política
privatizadora de Carlos Menem en la década de 1990. Menem se convirtió en
cadáver político porque en cierto periodo, hacia fines de la década en la que
gobernó, las conveniencias del momento empezaron a jugarle en contra. No fue
capaz de asumir las consecuencias de sus decisiones y su prestigio fue
enterrado por un ciclo de luchas iniciado en 1997 que tuvo su
clímax en el levantamiento popular del 19 y 20 de diciembre de 2001, que expulsó de la presidencia a su sucesor, Fernando de la Rua. Con el fracking, la megaminería y los monocultivos de soya sucede algo similar. Durante 10 años y gracias a los altos precios de las commodities la economía parece funcionar y hay dinero para pagar políticas sociales que aplacan la pobreza sin realizar cambios estructurales. Pero, ¿pueden los defensores del modelo mirar a la cara a las Madres de Ituzaingó, que vieron morir a sus hijos por los efectos de los plaguicidas, y decirles que son víctimas de un pensamiento regresivo y reaccionario?
( La nota de Raul Zibechi)
clímax en el levantamiento popular del 19 y 20 de diciembre de 2001, que expulsó de la presidencia a su sucesor, Fernando de la Rua. Con el fracking, la megaminería y los monocultivos de soya sucede algo similar. Durante 10 años y gracias a los altos precios de las commodities la economía parece funcionar y hay dinero para pagar políticas sociales que aplacan la pobreza sin realizar cambios estructurales. Pero, ¿pueden los defensores del modelo mirar a la cara a las Madres de Ituzaingó, que vieron morir a sus hijos por los efectos de los plaguicidas, y decirles que son víctimas de un pensamiento regresivo y reaccionario?
( La nota de Raul Zibechi)
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