sábado, 2 de noviembre de 2013

EQUILIBRIO DE LAS FUERZAS NO ES ALGO DADO, SINO POR ALGO POR HACER

  DOS FUERZAS EN TENSIÓN:   
LA AUTO-AFIRMACIÓN 
Y LA INTEGRACIÓN


Escribe 
LEONARDO BOFF (*)
 Viernes 1 de noviembre 2013

 (*)LEONARDO BOFF (BRASIL) Teólogo, filósofo y escritor Uno de los fundadores de la Teología de la Liberación. n 1985, la Congregación para la Doctrina de la Fe, dirigida por el Ratzinger (ex Papa) le silenció por un año por su libro “La Iglesia, Carisma y Poder” . Profesor de, ética y filosofía en Brasil. Conferencista en muchas universidades, como Heidelberg, Harvard, Salamanca, Barcelona, Lund, Lovaina, París, Oslo, Turín. Escribió más de 100 libros, traducidos a muchas lenguas. En 1997, el Parlamento Sueco le otorgó el premio Right Livelihood

Biológicamente los humanos somos seres carentes (Mangelwesen). No estamos dotados de ningún órgano especializado que nos garantice la supervivencia o nos defienda de los peligros, como ocurre con los animales. Algunos biólogos llegan a decir que somos un «animal enfermo», un “faux pas”, (un paso en falso), un «paso»
Pelicula 2001 Odisea del Espacio
(Übergang) hacia otra cosa, y por eso nunca fijado, enteros pero incompletos.Tal verificación nos obliga continuamente a garantizar nuestra vida mediante el trabajo y la intervención inteligente en la naturaleza. De este esfuerzo nace la cultura que organiza de forma más estable las condiciones infraestructurales y también humano-espirituales para vivir humanamente en sociedad. Hay que añadir todavía otro dato, presente también en todos los seres del universo, pero que adquiere especial relevancia a nivel humano. Existen dos fuerzas: una es la autoafirmación, y la otra la integración, que actúan siempre en conjunto en un equilibrio difícil y siempre dinámico. Por la fuerza de la autoafirmación cada ser se centra en si mismo y su
instinto es conservarse, defendiéndose frente a todo tipo de amenaza contra su integridad y su vida. Nadie quiere morir; quiere vivir, evolucionar y crecer. Esta fuerza explica la persistencia y la subsistencia del individuo. En este punto necesitamos superar totalmente el darwinismo social según el cual solamente los más fuertes triunfan y permanecen. Es esta una media verdad que está a contramano del proceso evolutivo. Este no privilegia a los más fuertes y adaptables. Si fuera así, los dinosaurios estarían todavía entre nosotros. El sentido de la evolución es permitir que todos los seres, también los más vulnerables expresen virtualidades latentes dentro de la evolución. Este es el valor de la interdependencia de todos con todos y de la solidaridad cósmica. Todos, débiles y fuertes, se ayudan para coexistir y coevolucionar. Por la fuerza de la integración, el individuo s
e descubre envuelto en una red de relaciones, sin las cuales, sólo como individuo no viviría ni sobreviviría. El individuo existe, pero viene de una familia, forma parte de un grupo de trabajo, vive en una ciudad y habita en un país con un tipo de organización social. Está ligado a toda esta cadena de relaciones. Así todos los seres están interconectados y viven unos por los otros, con los otros y para los otros. El individuo se integra, pues, por naturaleza, en un todo mayor. Y aunque el individuo muera, el todo garantiza que la especie continúe permitiendo que otros representantes vengan a sucedernos. 
( leer más La reflexión de Leonardo Boff )

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