Escribe SILVIA RIBEIRO (*)
Fuente “La Jornada” de México
28
de diciembre 2013
(*) SILVIA RIBEIRO – Escritora. Periodista. Militante
ambientalista.Directora para América Latina del Grupo ETC y trabaja en la
oficina de México.. Ha sido periodista y coordinadora de campañas en temas ambientales.
Especialista en cambio climático: Detener el calentamiento con manipulación del
clima es un grave contrasentido. Escribe sobre
biotecnología y agro negocios. Impactos de los transgénicos; concentración
corporativa, propiedad intelectual, el papel de la ciencia y las nuevas
tecnologías y los peligros. Es grave e irresponsable el intento de FAO de
legitimar los transgénicos como solución al hambre y la crisis climática.
OJALÁ PODAMOS SER CAPACES DE SEGUIR CAMINANDO LOS CAMINOS
DEL VIENTO, A PESAR DE LAS CAÍDAS Y LAS TRAICIONES Y LAS DERROTAS, PORQUE LA
HISTORIA CONTINÚA, MÁS ALLÁ DE NOSOTROS, Y CUANDO ELLA DICE ADIÓS, ESTÁ
DICIENDO: HASTA LUEGO. Eduardo Galeano
Apenas consumado el asalto legal más tremendo de la historia
reciente de México, la privatización del petróleo, cuando van las
trasnacionales por otro de sus tesoros: el maíz. El 19 de diciembre, Agrobio
(asociación "civil" de las trasnacionales
Monsanto, Syngenta,
Pioneer, Dow y Bayer) emitió un boletín celebrando que el juzgado que en septiembre
ordenó la suspensión de la liberación de maíz transgénico en tanto dirimía las
demandas de una acción civil colectiva, ahora había rechazado la demanda en su
totalidad y por tanto ya se podía autorizar la siembra transgénica. Les duró
poco el festejo, porque el Tribunal Unitario aceptó la apelación de los
demandantes y se reafirmó la suspensión en la misma semana. El saqueo de los
recursos de México ha sido brutal en las últimas décadas: los sistemas hídricos
han sido privatizados, directa o indirectamente, por contaminación, represas y
concesiones absurdamente beneficiosas para grandes empresas, al igual que en
minería, donde las concesiones ocupan más de la cuarta parte del territorio
nacional, con un saldo de enorme devastación ambiental y saqueo impune por las
mineras trasnacionales. Todo acompañado de un proceso de urbanización salvaje,
nuevamente a favor del lucro empresarial, que contamina y roba territorios
campesinos e indígenas dejando en su lugar casuchas que parecen celdas, grandes
basureros, autopistas para acelerar la devastación. Y mucho más, como lo ha
documentado la Asamblea Nacional de Afectados Ambientales. En muchas
iniciativas cunde la ilegalidad (pese a decisiones contrarias de tribunales, se
procede con obras de alto impacto), pero la mayoría son supuestamente legales,
aprobadas por gobiernos y aparatos legislativos, en los que al igual que en
petróleo, maíz, minería y agua, así como en la contrarreforma indígena de 2001,
contaron con la participación de todos los partidos políticos. A contrapelo, la
resistencia de comunidades y organizaciones de base, rurales y urbanas,
sindicatos democráticos.
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