jueves, 13 de febrero de 2014

A ESTAS ALTURAS PARECERÍA QUE LOS CAMBIOS SON IMPOSIBLES SIN DEMOCRACIA

   ARGENTINA:   
DEMOCRACIA REAL 
Y GOLPISMO INDUCIDO


Escribe JOSÉ STEINSLEGER (*)
 Fuente “La Jornada” de México 
12 de febrero 2014

(*) JOSÉ STEINSLEGER | Escritor, analista politico y periodista nacido en Argentina, pero afincado en México. Miembro fundador de la Federación Latinoamericana de Periodistas . Columnista de La Jornada de México, Red Voltaire entre varios otros medios del continente. “El día en que seamos ciudadanos de una patria común, el siglo XX latinoamericano será recordado como el siglo de Fidel”

Antes era fácil: los políticos antidemocráticos y anticonstitucionales tocaban el timbre de los cuarteles, y los militares se cuadraban para "salvar la nación". Ahora es distinto: tras haber recibido algunas lecciones políticas, los militares sólo se cuadran frente a la Constitución y los políticos democráticos. Desde 1912, con la instauración del voto "secreto y obligatorio" los argentinos padecieron poco más de 41 años de golpes militares  con apenas 57 de democracia  Los números revelan
que el sentido profundo de la democracia no ha sido el "plato fuerte". Resta por hacer y con dos grandes problemas: el de ciertas izquierdas que en la democracia ven meros subterfugios "clasistas", y el de las derechas que la sienten hostil a sus intereses de clase. Al Estado le toca arbitrar ambas posiciones. Las pugnas y contradicciones sociales le son inherentes. Por consiguiente, tampoco hay sociedad (o país) ideal. Y los que así conciben o han concebido el asunto suelen echar mano de métodos políticos que no son y nunca fueron democráticos. A estas alturas de la historia parecería que los cambios sociales son imposibles sin democracia. Porque antes que "consenso", la democracia es conflicto. El conflicto de las clases y grupos económicos que se disputan eso que los tecnócratas llaman "ingreso", y los pueblos, "pastel". En 2003, el gobierno de Néstor Kirchner tenía varias opciones para que los argentinos volvieran a tener un país socialmente justo. ¿Qué país es Argentina hoy? Digámoslo en cinco palabras: un país que se respeta. Aunque no todos. Gracias a la democracia, las izquierdas virtualmente peligrosas pueden escribir en murales "CFK (Cristina Fernández de Kirchner) = Gestapo", mientras las derechas peligrosamente reales ensayan agresivas campañas para destituir a CFK, y que en 2015 ganen (¿democráticamente?) las fuerzas opuestas a las conquistas económicas y sociales de su gobierno. ¿Podía el capitalismo no ser "salvaje"? ¿Podía el reformismo ser "revolucionario"?  

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