DEMOCRACIA REAL
Y GOLPISMO INDUCIDO
Escribe
JOSÉ STEINSLEGER (*)
Fuente “La Jornada” de México
12 de febrero 2014
(*) JOSÉ STEINSLEGER | Escritor, analista politico y periodista nacido en Argentina, pero
afincado en México. Miembro fundador de la Federación Latinoamericana de
Periodistas . Columnista de La Jornada de México, Red Voltaire entre
varios otros medios del continente. “El día en que seamos ciudadanos de una
patria común, el siglo XX latinoamericano será recordado como el siglo de
Fidel”
Antes
era fácil: los políticos antidemocráticos y anticonstitucionales tocaban el
timbre de los cuarteles, y los militares se cuadraban para "salvar la nación".
Ahora es distinto: tras haber recibido algunas lecciones políticas, los
militares sólo se cuadran frente a la Constitución y los políticos
democráticos. Desde 1912, con la instauración del voto "secreto y
obligatorio" los argentinos padecieron poco más de 41 años de golpes
militares con apenas 57 de democracia Los números revelan
que el sentido profundo de
la democracia no ha sido el "plato fuerte". Resta por hacer y con dos
grandes problemas: el de ciertas izquierdas que en la democracia ven meros
subterfugios "clasistas", y el de las derechas que la sienten hostil
a sus intereses de clase. Al Estado le toca arbitrar ambas posiciones. Las
pugnas y contradicciones sociales le son inherentes. Por consiguiente, tampoco
hay sociedad (o país) ideal. Y los que así conciben o han concebido el asunto
suelen echar mano de métodos políticos que no son y nunca fueron democráticos. A
estas alturas de la historia parecería que los cambios sociales son imposibles
sin democracia. Porque antes que "consenso", la democracia es
conflicto. El conflicto de las clases y grupos económicos que se disputan eso
que los tecnócratas llaman "ingreso", y los pueblos,
"pastel". En 2003, el gobierno de Néstor Kirchner tenía varias
opciones para que los argentinos volvieran a tener un país socialmente justo.
¿Qué país es Argentina hoy? Digámoslo en cinco palabras: un país que se
respeta. Aunque no todos. Gracias a la democracia, las izquierdas virtualmente
peligrosas pueden escribir en murales "CFK (Cristina Fernández de
Kirchner) = Gestapo", mientras las derechas peligrosamente reales ensayan
agresivas campañas para destituir a CFK, y que en 2015 ganen
(¿democráticamente?) las fuerzas opuestas a las conquistas económicas y
sociales de su gobierno. ¿Podía el capitalismo no ser "salvaje"?
¿Podía el reformismo ser "revolucionario"?
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