SIGUE EL ENGAÑO
DE LA "MINERÍA RESPONSABLE"
Escriben CARLOS ZORRILLA,
WILLIAM SACHER Y ALBERTO ACOSTA
(*)
Fuente: “Rebelión” http://www.rebelion.org/
9 de febrero2014
(*) CARLOS ZORRILLA: Activista. Cofundador de la DECOIN, de la
Asociación de Caficultores de Íntag y de la Red Nacional de Bosques Privados.
Residente de la zona de Íntag desde 1978. WILLIAM SACHER: PhD en ciencias
atmosféricas y oceánicas. Candidato a doctor en economía en la FLACSO-Ecuador. ALBERTO ACOSTA: Profesor e investigador de la
FLACSO-Ecuador. Exministro de Energía y Minas. Expresidente de la Asamblea
Constituyente. Excandidato a la Presidencia de la República.
Este discurso ha sido diseñado por las grandes
transnacionales mineras, en el marco de la Iniciativa Minera Global (Global
Mining Initiative), hace más de 10 años. Es un paquete publicitario que incluye
la noción de que todos los problemas que la gran minería genera son
estrictamente técnicos, y que se pueden resolver con “tecnología de punta”.
Asimismo, se quiere vender la idea de que la gran minería moderna -con sus
pretendidos altos estándares- rompe con las taras de la minería de “antaño” (y
las de la pequeña minería) en cuanto a sus
impactos sociales y ambientales. En
el Ecuador, estamos bombardeados por estos discursos. El Gobierno del
presidente Rafael Correa, mucho más que en los gobiernos neoliberales, ha sido
de los más dedicados a difundir los mitos de la “minería responsable”. El mismo
presidente, afirmó por ejemplo que “con la minería responsable se puede
recuperar el 95% de los impactos”. La empresa minera transnacional ECSA y altos
funcionarios del Ministerio de Recursos No Renovables, llegaron incluso a
afirmar que el agua usada para extraer el cobre de la mina a cielo abierto del
proyecto Mirador será devuelta al medio ambiente “en mejores o iguales
condiciones que fue captada” . Desde su portal de internet, la empresa minera
estatal, la ENAMI, irónicamente se compromete por su lado a promover “la
minería para el buen vivir”, caminando “juntos por una minería responsable”. A
est
a creencia ingenua, basta oponer la historia reciente de la megaminería en
el mundo, que demuestra hasta la saciedad cuáles son sus enormes y nocivas
huellas. Una amplia documentación que circula a nivel internacional evidencia
los múltiples impactos sociales, ambientales, económicos y políticos que
provocan las grandes empresas mineras: contaminaciones crónicas y accidentales
de las aguas, del suelo y aire; destrucción irreversible del paisaje; afectaciones
graves a la salud pública; pérdida de soberanía alimentaria; destrucción de
economías basadas en actividades productivas sustentables; Esta intervención
destruye de forma permanente la capa vegetal, no solamente del área de la mina
en sí, sino también de miles de hectáreas alrededor, las cuales muchas veces
son utilizadas como botaderos de desechos sólidos, piscinas de relave y para
otras instalaciones sin las cuales las minas no pudieran funcionar.
Alberto Acosta |
William Sacher |
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