lunes, 17 de febrero de 2014

EN EE UU 5,8 MILLONES NO PUEDEN VOTAR DE POR VIDA SI HAN CUMPLIDO O CUMPLEN UNA CONDENA

ESTADOS UNIDOS:
LAS MINORÍAS RACIALES 
ESTÁN PERDIENDO EL DERECHO AL VOTO

Escriben 
AMY GOODMAN Y DENIS MOYNIHAN(*) 
14 de febrero 2014 


(*) AMY GOODMAN Locutora, periodista y escritora progresista de EE UU. Egresada de Harvard University en 1984, Fundo”Democracy Now” noticiero internacional que se emite diariamente en más de 750 emisoras de radio y televisión en inglés y en más de 400 en español. Es co-autora del libro "Los que luchan contra el sistema: Héroes ordinarios en tiempos extraordinarios en Estados Unidos", editado por Le Monde Diplomatique Cono Sur. Traducido por Mercedes Camps. Edición: María Eva Blotta y Democracy Now! en español.

"Llegué al punto de estar parado frente a las vías del ferrocarril en el sur de Florida, esperando que pasara el tren para tirarme debajo de él y acabar con mi vida", me dijo Desmond Meade, al contarme cómo era su vida hace nueve años. No tenía donde vivir, estaba desempleado, recién salía de la cárcel y era adicto a las drogas y el alcohol. El tren nunca pasó. Cruzó las vías y se inscribió en un programa de
rehabilitación para adictos. Más adelante fue a la Universidad y hoy le faltan apenas unos meses para recibirse de abogado. Sin embargo, Meade no podrá ejercer el derecho en el estado de Florida. En ese estado, las personas que estuvieron en la cárcel no pueden ser miembros del Colegio de Abogados. Ese es solo uno de los derechos del que lo han privado en forma permanente las leyes draconianas de Florida. Meade, por ser un ex recluso de Florida, también perdió el derecho al voto por el resto de su vida. La ley tiene carácter permanente en once estados de Estados Unidos: Alabama, Arizona, Florida, Iowa, Kentucky, Mississippi, Nebraska, Nevada, Tennessee, Virginia y Wyoming. En trece estados y en el Distrito de Columbia una persona que ha estado presa recupera sus derechos al ser liberada. En otros estados, es preciso haber cumplido libertad condicional o libertad bajo palabra. En Maine y Vermont, los presos conservan el derecho de voto, incluso durante su encarcelamiento.  

No hay comentarios: