IRAK EN ESTADO DE SHOCK
Fuente: VIENTO SUR -
21 de junio 2014
En los últimos meses la guerra en Siria entró en una fase
agotamiento. Tras meses de impasse la situación parecía inclinarse a favor del
presidente Assad. Sin embargo, la ofensiva desencadenada por el Ejército
Islámico de Irak y Levante (EIIL) sobre Irak ha desmentido, aunque sea de forma
parcial, estas previsiones. Quizás la guerra en Siria pase temporalmente a un
segundo plano pero el traslado de los enfrentamientos a Irak abre un escenario
si cabe más difícil y complejo por las consecuencias que pudiera tener. Con
buena parte del protagonismo mediático centrado en Siria no eran muchos los
analistas que
advertían de la inestable y compleja situación existente en Irak
donde estaban convocadas elecciones para finales de abril de este año. Diversos
analistas señalaban que en los últimos años se ha incrementado la pobreza en un
país destruido por la guerra. De hecho se habla de seis millones de iraquíes
viviendo en los límites de la miseria lo que facilita la inestabilidad y
radicalización de segmentos importantes de la población. A la pobreza rampante
habría que añadir otros elementos como son el fracaso en lo referente a la
estabilidad y seguridad con un ascenso continuado de los atentados terroristas
y por otro lado estaría el empeoramiento de sus relaciones con los países
vecinos. La retirada norteamericana permitió albergar alguna esperanza con
respecto al incremento de la estabilidad en el país. En efecto, retiradas las
tropas invasoras
parecía que los niveles de violencia disminuirían de forma
drástica en la medida que una parte significativa de los atentados se dirigían
contra ellas. Pero esta idea se sustentaba en que únicamente la presencia
americana era la causante de la violencia en Irak olvidando un elemento tan
importante como es la violencia sectaria protagonizada por sunnies y chiitas.
Si se hubiera hecho un esfuerzo real por integrar a la comunidad sunnita en el
proceso es posible que la situación no se hubiera deteriorado tanto como lo
hizo en los últimos cuatro años. Pero la realidad es que los árabes sunnies han
seguido sintiéndose como los grandes marginados y excluidos lo que ha
favorecido su rechazo hacia el nuevo régimen al tiempo que alimentaban una creciente
radicalización.
(…ir
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