viernes, 25 de julio de 2014

MEDIOS DE COMUNICACIÓN EN LA PREPARACIÓN DE LAS GUERRAS SE CONVIERTEN EN UNIDADES MILITARES.

   BUITRES    
Y DESESTABILIZADORES MEDIÁTICOS

Escribe ARAM AHARONIAN  (*) 
 Fuente “Rebelión”  
24 de Julio0 2014

(*) ARAM  AHARONIAN. Es Magister en Integración Periodista y docente uruguayo-venezolano, director de la revista Question, fundador de Telesur, director del Observatorio Comunicación y Democracia (ULAC). presidente de la Fundación para la Integración Latinoamericana 

Todas las luces de alarma permanecen encendidas en el norte y en el sur del sur. Se han intensificado campañas para desestabilizar nuevamente en este 2014 a los gobiernos de Venezuela y Argentina, en experiencias que bien pueden ser replicadas en cualquier otro país latinoamericano cuyos recursos naturales sean apetecidos por las potencias
Roberto Savio
centrales. Hoy se ataca en dos flancos: a Argentina en lo financiero y a Venezuela en lo social, económico y militar. La creciente y orgánica participación de los medios de comunicación –nacionales y extranjeros- cartelizados, en la preparación y el desarrollo de las guerras y planes desestabilizadores liderados y promovidos por y desde Estados Unidos los ha llevado a convertirse en verdaderas unidades militares. Si hace 40 años necesitaban de ocupación militar o gobiernos de facto para imponer su proyecto imperial, hoy el escenario de guerra es simbólico y les basta con el control de los medios hegemónicos. Roberto Savio, mítico fundador de Inter Press Service, recuerda que en 1981 Ronald Reagan llegó a la presidencia de Estados Unidos y, hábilmente auxiliado por la primera ministra británica Margaret Thatcher, fue cambiado el concepto de las relaciones internacionales, hasta entonces basadas en la idea de la cooperación internacional. Reagan desdeñó el movimiento ecologista, al declarar:
"Los árboles causan más contaminación que los automóviles". Redujo los impuestos a los ricos aseverando que éstos “producen riqueza, los pobres la utilizan". Thatcher se hizo eco: "... no hay tal cosa como la sociedad. Hay hombres y mujeres, individualmente". Y desde entonces comenzó la caída de la ONU y de la idea de desarrollo y solidaridad internacional para sustituirla por la consigna, “comercio, no ayuda”. El Consenso de Washington, que abogó por el desmantelamiento del Estado de Bienestar y la reducción al mínimo del espacio público, fue impulsado en todo el mundo por el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el gobierno estadounidense. En 1991, en ocasión de la primera Guerra del Golfo ya el Pentágono
había logrado convertir el conflicto en espectáculo para las grandes masas de televidentes a nivel global, difundiendo mentiras, medias verdades y tergiversaciones, que años después de consumarse los hechos, vinimos a corroborar que eran falsedades convertidas en verdad única, mensaje único, imagen única. En 1982, los británicos habían aplicado la férrea censura de prensa y la verdad oficial cuando el conflicto con Argentina en el Atlántico Sur, experiencia que sirvió para su aplicación posterior en Granada, Somalia, Irak, Afganistán, y muchas otras regiones. Este mismo tipo de acciones ha venido acechando en los últimos años a gobiernos progresistas, con actos desestabilizadores y golpes de Estado, mediáticos para unos, suaves para otros. Pero siempre duros para nuestros pueblos.Tras la caída del Muro de Berlín, llegó la globalización y sus resultados: los 300 más ricos del mundo tienen la misma riqueza que 3.000 millones personas. En el último lustro, las tres cuartas partes (75%) de toda la riqueza producida han estado yendo al 1% de los ya inmensamente ricos.    
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