OBAMA, DEL REINICIO
A OTRA GUERRA FRIA
Escribe JAVIER C. ESCALERA –
Periodista. Analista en Radio
“La Voz de Rusia” RIA ROVOSTI -
30 de julio 2014
Es posible que el presidente de EEUU, Barack Obama, entre en
la historia de su país como el político que comenzó una nueva guerra fría. Así
lo cree el jefe del Comité de Exteriores de la Duma Estatal, Alexéi Pushkov:
"Ya todos se han olvidado de su Premio Nobel de la Paz", escribió el
político en su blog. Es cierto que si alguien evitó que Obama pasase a la
historia como el inductor de una nueva guerra fue el presidente ruso, Vladimir
Putin, cuando en el último momento hizo desistir a su homólogo estadounidense
de lanzar una nueva guerra en Siria. Pero ahora en Ucrania la tensión y la
desconfianza acumulada durante años entre Washington y Moscú ha estallado. La
anexión de Crimea, la firmeza de Putin ante el coro de críticas occidental...
todo tiene un sabor a agravios pasados: la ampliación de la OTAN, las
“revoluciones de colores” teledirigidas desde Occidente y
el apoyo callado a la
incipiente protesta en las capitales rusas. Son pendencias que salen a flote en
las verdes praderas del este de Ucrania.
Washington también da por enterrado el “reinicio” de sus relaciones con
Rusia: la política armamentística de Moscú y su apoyo a dictadores “condenados”
por EEUU son motivos para romper la baraja. Esta semana EE UU ha acusado
formalmente a Moscú de violar el tratado de 1987 sobre misiles nucleares de
mediano y corto alcance. Así lo dice el informe anual sobre el cumplimiento de
tratados sobre control de armas, en el que acusó públicamente a Rusia de violar el acuerdo bilateral sobre la no
proliferación de misiles de medio alcance con capacidad nuclear. El disfraz de
“villano” para Rusia hace tiempo que está confeccionado, pero se le siguen añadiendo
prendas por si acaso. Pero cada vez es más pertinente la pregunta de en qué se
beneficia, por ejemplo, el ciudadano de EEUU de la presión que ejerce
Washington sobre Moscú. Sobre todo en un momento en el que la cooperación con
Rusia es más importante que nunca respecto a los problemas de Siria, el
radicalismo islámico, el presente de Afganistán o el futuro papel de China.
Tanto las élites rusas como las norteamericanas permanecen demasiado atadas al
estribillo de la guerra fría, sin darse cuenta de que la música ha cambiado y
hay más instrumentos que nunca sonando a la vez. Tal vez porque no hay nadie
que entienda la partitura. Sin la alternativa bélica, la paz carecería de
interés. Y es el olvido de las penurias de la contienda lo que ha permitido a
unos y a otros frivolidad sobre lo terrible de la guerra.
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