EL PODER POLÍTICO LO EJERCEN LAS ÉLITES.
SE BENEFICIAN DE ÉL, OLVIDANDO
EL SUJETO DEL PODER QUE ES EL PUEBLO.
Escribe
LEONARDO BOFF (*)
Viernes 19 de Septiembre 2014
(*)LEONARDO
BOFF (BRASIL) Teólogo, filósofo y escritor Uno de los fundadores de la Teología
de la Liberación. en 1985, la Congregación para la Doctrina de la Fe, dirigida
por el Cardenal Ratzinger (ex Papa) le silenció por un año por su libro “La
Iglesia, Carisma y Poder” . Profesor de, ética y filosofía en Brasil.
Conferencista en muchas universidades, como Heidelberg, Harvard, Salamanca,
Barcelona, Lund, Lovaina, París, Oslo, Turín. Escribió más de 100 libros,
traducidos a muchas lenguas. En 1997, el Parlamento Sueco le otorgó el premio
Right Livelihood
Estamos en tiempo de elecciones. En primer lugar hay que
distinguir entre una política escrita con p mayúscula y otra con p minúscula, o
entre la política social (P) y la política partidaria (p). La política social
(P) se relaciona con el bien común de la sociedad; así por ejemplo, la
organización de la salud, la red escolar, los transportes, los salarios, etc.
tienen que ver con la política social. Luchar para
conseguir un centro de salud
en el barrio, unirse para traer la línea de bus hasta lo alto del monte es
hacer política social. Esa política significa la búsqueda común del bien común.
En ese nivel todos los ciudadanos y todos los cristianos católicos o
evangélicos pueden y deben participar. La política partidaria (p) representa la
lucha por el poder del estado para conquistar el gobierno municipal, estatal y
federal. Los partidos políticos existen en función de llegar al poder, ya sea
para cambiarlo (proceso liberador), ya sea para ejercerlo así como se encuentra
constituido (gobernar el estado que existe). El partido, como la misma palabra
dice, es parte y parcela de la sociedad, no toda la sociedad. Cada partido
tiene detrás intereses de grupos o de clases que elaboran un proyecto para toda
la sociedad. Si llega al poder del estado (gobierno) van a dirigir llevar a
cabo las políticas públicas conforme a su programa y a su visión partidaria de
los problemas. Con referencia a la política partidaria es importante
considerar
los siguientes puntos: ver cuál es el programa del partido; cómo entra el
pueblo en este programa, si fue discutido en las bases, si atiende a las
reclamaciones históricas del pueblo; si prevé la participación del pueblo,
mediante sus movimientos y organismos, en su concepción, implementación y control;
quienes son los candidatos que representan el programa, qué biografía tienen,
si están en la lista de ficha sucia, si han mantenido siempre una ligazón
orgánica con las bases, si son verdaderamente aliados y representantes de las
causas de la justicia y del cambio social necesario o si quieren mantener las
relaciones sociales así como están, con las contradicciones e injusticias que
encierran. Este último modo de poder político ha sido ejercido históricamente
por nuestras élites a fin de beneficiarse de él, olvidando el sujeto de todo el
poder que es el pueblo. ¿Cómo entra la fe en todo esto? Concretamente, fe y
política se encuentran juntas en la vida de las personas. La fe incluye la
política, es decir, un cristiano por el hecho de ser cristiano debe empeñarse
por la justicia y el bienestar social; también debe optar
por programas y
personas que se aproximen lo más posible a aquello que entiende ser el proyecto
de Jesús y de Dios en la historia. Fue lo que resaltó el Papa Francisco cuando
estuvo en Brasil. Una política que use métodos liberadores, es decir, que use
procesos de participación del pueblo, de abajo hacia arriba y de dentro hacia
fuera; esa política pretende más que una democracia representativa/delegaticia,
una democracia participativa por la cual el pueblo con sus organizaciones ayude
a discutir, a decidir y a resolver las cuestiones sociales. Esa fue la gran
reclamación de las manifestaciones de junio de 2013 y que se exige firmemente
ahora. (… ir a la
reflexión completa)
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